En busca de estrategias para compartir el cuidado

Reconocer el cuidado como un derecho y un asunto de interés público resulta fundamental en el diseño de políticas y estrategias alternativas, afirman especialistas en Cuba.
Sobre estos temas debatieron representantes de instituciones y organizaciones de la isla en el Encuentro Internacional Corresponsabilidad Familiar y Laboral, celebrado en la capital los días 6 y 7 de abril.

El evento estuvo organizado por la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) en Cuba y el Grupo América Latina: filosofía social y axiología (Galfisa), del Instituto de Filosofía del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente.
El programa incluyó paneles, debates y la socialización de experiencias desde la economía y el pensamiento feministas.
Para la experta Mayda Álvarez, ampliar el concepto de corresponsabilidad en el cuidado implica la superación del mandato patriarcal que concibe a las mujeres como principales responsables de esta actividad.
«Si bien en nuestro país siempre se ha reconocido que el Estado participa en el cuidado, casi siempre en el discurso se responsabiliza a la familia y principalmente a las mujeres», dijo a SEMlac la directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Georgina Alfonso, directora del Instituto de Filosofía, también reconoce el impacto de las políticas del gobierno socialista y los esfuerzos de la FMC.
Para la doctora en Filosofía, la crisis económica y social de los años noventa obligó a las familias a reconfigurar estrategias y reemergieron roles tradicionales que se han ido reforzando.
«¿Por qué, si la fuerza laboral en el país está compuesta por mujeres en un 66 por ciento, deben ser ellas las principales responsables del espacio doméstico?», se pregunta la investigadora feminista.
Esa visión patriarcal tiene costos en la vida de las cubanas que sufren, entre otros malestares, la «pobreza de tiempo», al decir de la economista Teresa Lara.
Por ello la importancia de ampliar el concepto de corresponsabilidad.
«El cuidado implica un conjunto de actores, entre ellos el Estado, el sector privado o no estatal, la comunidad, la familia y el propio individuo», afirma Álvarez.
Según las participantes en el encuentro, la compleja situación demográfica que vive Cuba y la reforma económica actual imponen la búsqueda de alternativas diversas y autogestionadas.
Una de las buenas prácticas compartidas en la reunión fue la experiencia de Cooperativa de Cuidado Caminos, radicada en Uruguay. El colectivo, con 15 años de experiencia, se especializa en el cuidado de personas de la tercera edad.
«Es necesario un cambio de paradigma en relación con los cuidados; que pase de ser un tema privado a ser un tema público; que sea un derecho y no una mercancía», dijo la presidenta de Caminos, Alicia Martínez, durante su presentación.
Para la presidenta del colectivo de 130 afiliadas, la participación y la autogestión son insumos fundamentales para desarrollar la creatividad colectiva, la responsabilidad y la profesionalización del servicio.
En Cuba está aprobado el cuidado como actividad para ejercer por cuenta propia y existen colectivos interesados en fundar cooperativas dedicadas a ofrecer este servicio.
No obstante, durante los debates emergieron como limitantes para la concreción de experiencias afines en el país, la falta de una Ley de cooperativas y la existencia de dificultades burocráticas.

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