La práctica de la educación popular ha contribuido al desarrollo de espacios de participación barrial y comunitaria en Cuba en los cuales se insertan las mujeres, que son mayoría en la Red de Educadoras y Educadores Populares del país.
Así se desprende del IV Encuentro Nacional de Educadoras y Educadores Populares, celebrado del 9 al 12 de noviembre en La Habana, durante el cual varias lideresas y participantes refirieron, como condición principal de su protagonismo, la existencia de un espacio de participación democrática construido a partir de la metodología de la educación popular.
Las experiencias desde la educación popular en la isla siguen los preceptos participativos y emancipadores del brasileño Paulo Freire y su pedagogía de “educar para transformar”.
En zonas rurales y urbanas del país se desarrollan proyectos culturales y comunitarios, de formación de líderes barriales y dirigentes del gobierno local, dedicados a la soberanía alimentaria, la producción de alimentos y la protección del medioambiente, se resaltó durante el evento.
Asistentes al encuentro reconocieron que el género y el empoderamiento de las mujeres es uno de los principales ejes transversales en el desarrollo de la educación popular en el país, entre cuyos resultados más significativos sobresale la numerosa participación de educadoras populares cubanas como coordinadoras de proyectos y grupos.
“En estos proyectos las mujeres encontramos un espacio de participación que no tenemos en otros ámbitos, como lo puede ser el trabajo o la casa”, comentó Regla González, integrante del Proyecto de Reanimación Sociocultural de La Marina, un barrio de condiciones preciaras en la central provincia de Matanzas, a unos 100 kilómetros al este de la capital cubana.
“Las hay como yo, que no conocían la gran lección de la educación popular, que no está escrita en ningún libro, sino que sale de la práctica diaria, del ‘imponte a la vida’. Ahora somos otros seres, hemos tomado voz propia y ayudamos a otros y otras, sobre todo a la gente joven, a encontrar la suya”, agregó González.
Al evento asistieron activistas de Brasil, Honduras, Venezuela y El Salvador, entre los que se encontraba el fraile dominico, teólogo y escritor brasileño Frei Betto.
Otra de las invitadas fue Dolores Velasco, del Equipo Maíz, una asociación que desde 1983 desarrolla en El Salvador una amplia labor de educación popular para la formación de líderes y lideresas en las comunidades.
En diálogo exclusivo con SEMlac, Velasco destacó el valor de los estudios de género y el feminismo en la práctica de la educación popular. “En nuestro andar, hemos tenido que acercarnos a las feministas y eso nos ha permitido ver otra arista de la realidad”, señaló.
En su opinión, “el patriarcado sigue la misma lógica del capitalismo y la explotación de clases; por eso también nos hemos planteado luchar contra estereotipos y prejuicios relacionados con el feminismo, el género y la sexualidad”.
El IV Encuentro Nacional de Educadoras y Educadores Populares promovió el debate sobre los aportes de la red al contexto cubano actual y la elaboración de proyectos atendiendo a los desafíos que enfrenta el país.
A partir de una reflexión colectiva, las y los educadores proyectaron acciones encaminadas principalmente a la formación, el acompañamiento de experiencias y el desarrollo de estrategias de comunicación para dar a conocer la metodología y la formación de alianzas entre grupos nacionales y de otros países.
La Red de Educadoras y Educadores Populares se articula a partir de la modalidad de Formación en Educación Popular Acompañada a Distancia (FEPAD), la cual forma parte del Programa Educación Popular y Acompañamiento de Experiencias Locales que desarrolla el no gubernamental Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr., asociación macroecuménica surgida en Cuba en abril de 1987 y líder en el desarrollo de esa metodología en el país.
