Las sanciones unilaterales del gobierno de Estados Unidos contra Cuba afectan a la ciudadanía de ambos país, concluyeron participantes en un panel virtual.
“No puedo creer que alguien piense, como ser humano, que cuando decides afectar la vida de otras personas es porque tú quieres que tengan una mejor vida”, afirmó la pastora cubana Izett Samá en el foro virtual Derecho a vivir sin bloqueo, el pasado 28 de mayo.
El webinar fue organizado por el Centro Memorial Martin Luther King (CMMLK), de conjunto la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) y el Programa de Oxfam en Cuba, a partir de la presentación en la nación caribeña del informe Derecho a vivir sin bloqueo. Impactos de las sanciones de Estados Unidos en la población cubana y la vida de las mujeres.
El documento presenta historias de vida y datos que demuestran el impacto negativo del bloqueo económico, financiero y comercial, de las sanciones unilaterales impuestas por las administraciones estadounidenses contra Cuba por casi seis décadas.
Helena Gentili, representante de Oxfam en Cuba, resaltó que estas medidas obstaculizan el desarrollo de capacidades y proyectos propios, con liderazgo y ejercicio pleno de los derechos de las personas, principalmente de los grupos más vulnerables como mujeres, infantes, personas con necesidades especiales y enfermedades crónicas.
Incluso, en medio de la pandemia causada por la covid-19, no se han flexibilizado las sanciones, limitando el acceso de Cuba a insumos y recursos internacionales.
“Este es un buen momento para que Estados Unidos normalice las relaciones con Cuba y que se suspendan las medidas que están limitando la adquisición de insumos y productos necesarios para la campaña de vacunación”, dijo Gentili, refiriéndose a las intervenciones sanitarias que realiza el sistema de salud cubano con candidatos vacunales contra el SARSCov-2, los cuales se encuentran en sus últimas fases de prueba.
El panel virtual estuvo moderado por la periodista cubana Cristina Escobar, quien destacó que luego de un período de apertura, durante la administración de Barack Obama, las relaciones se interrumpieron abruptamente y durante la presidencia de Donald Trump se impusieron más de 240 medidas coercitivas que afectan no solo al gobierno socialista de la isla y el sector estatal de la economía, sino también al sector privado y en general toda la ciudadanía.
Lilian Triana es una emprendedora cubana que vio afectada su empresa de representaciones y producciones artísticas, a raíz de la drástica reducción de viajes de estadounidenses a Cuba y los intercambios pueblo a pueblo, fomentados entre 2015 y 2016.
Triana explicó que, luego de negociar la presentación de bandas estadounidenses en escenarios cubanos y hacer inversiones, todo se detuvo con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Esta situación causó pérdidas por más de 10.000 dólares a la empresa privada cubana.
“Fue muy doloroso, pero preferimos ver el lado positivo y nos reinventamos. Nos enfocamos en el mercado nacional, aunque no descartamos el mercado norteamericano. Como mujer, madre y empresaria cubana es muy difícil, porque una también adquiere compromisos con las personas que emplea”, dijo Triana durante su intervención.
Para ciudadanas y ciudadanos estadounidenses, el bloqueo también tiene un impacto en la restricción de sus derechos. La enfermera, escritora y activista social Elena Schwolsky vino a Cuba por primera vez en 1972, luego estuvo en 1995 trabajando como voluntaria con pacientes de VIH-sida y ha mantenido un vínculo constante con familias cubanas.
Schwolsky dijo que Cuba cuenta con medicamentos que beneficiarían a muchas personas en su país. Puso como ejemplo el Everprot-P, medicamento cubano empleado en el tratamiento de la úlcera del pie diabético.
“En mis visitas a Cuba, pude ir acompañada de doctoras y residentes de mi comunidad y, ante la pregunta de por qué no podíamos tener estos medicamentos, que pueden mejorar mucho la calidad de vida de nuestros pacientes, la respuesta era el bloqueo”, dijo la enfermera estadounidense.
“Creo que hay una nueva oportunidad porque en mi país se ha abierto una conversación sobre la salud pública y esto puede ser una puerta al diálogo de cómo el bloqueo nos afecta. Como nunca antes, la pandemia ha demostrado que la falta de cooperación en salud nos afecta. Por eso creo que tenemos que construir un movimiento más fuerte contra el bloqueo”, agregó.
Jim Winkler, integrante del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en EE.UU., dijo que el Consejo ha sido protagonista de conversaciones, reclamos y acciones para poner fin a las sanciones unilaterales desde 1968.
“Esta ha sido una larga, difícil y frustrante lucha durante muchos años, pero nos hemos mantenido conectados y mantenemos un trabajo conjunto con el Consejo de Iglesias de Cuba”, sostuvo Winkler al intervenir en el panel.
“Necesitamos reabrir los viajes entre los dos países, necesitamos eliminar las restricciones de remesas entre las familias, retomar el turismo desde Estados Unidos. El turismo abrió los ojos de muchos norteamericanos sobre la realidad de Cuba y regresaban con una imagen positiva del país”, puntualizó el líder religioso.
Por su parte, Alena Douhan, relatora especial de Naciones Unidas, destacó la importancia de poner en evidencia el impacto, la complejidad y la ilegalidad de las sanciones unilaterales.
Tras celebrar la realización del panel y el informe, Douhan explicó que “muchas veces se alega que no hay evidencias de que las sanciones unilaterales tienen impacto humanitario y esta parte de la historia es habitualmente escondida por aquellos que imponen las sanciones.
“Al principio de la pandemia, tuvimos varios casos de organizaciones humanitarias que trataron de llevar equipamiento médico y kits de protección a Cuba y se comunicaron con el gobierno de Estados Unidos, pero lamentablemente no tuvieron respuesta, no se pudo hacer por el bloqueo”, informó la experta.
Douhan explicó que estas medidas tienen un gran impacto en la economía del país, los salarios son más bajos, aumentan las tasas de desempleo, se afecta el acceso a bienes fundamentales, tecnologías y medios de comunicación.
La propia trasmisión del panel fue un ejemplo. Joel Suárez Rodés, director ejecutivo del Centro Memorial Martin Luther King (CMMLK), denunció el bloqueo por parte de la plataforma Zoom de la trasmisión del panel vía streaming por la página de Facebook del CMMLK.
“En 1994, mi madre murió después de un trasplante de riñón, por no tener acceso a medicamentos inmunodepresores que solo se producían en Estados Unidos. No exagero si con igual dolor e indignación denuncio que el bloqueo afecta el libre acceso a la comunicación y la información”, dijo al informar sobre las dificultades creadas desde la plataforma estadounidense durante el panel que presentó el informe de Oxfam.
“A Oxfam no se le puede acusar de parcialidad alguna, solo de su compromiso con la justicia y los derechos humanos. El Centro Memorial Martin Luther King denuncia, una vez más, la genocida política de Estados Unidos contra nuestro pueblo y defiende el derecho a la libre información que tenemos cubanas y cubanos, a compartir por estas plataformas digitales con nuestros hermanos en el mundo”, declaró Suárez Rodés en su mensaje.