La última novela de Sonia Rivera Valdés, escritora cubana radicada en Nueva York, fue presentada en La Habana el pasado 18 de octubre, durante la realización del Segundo coloquio dedicado a esta autora en la nación caribeña.
«Cada uno de estos cuentos puede ser leído, en sí mismo, por separado. Son historias muy bien contadas, que puede elegirse cómo leerlas: si como un libro de cuentos o como una novela», anunció la filóloga cubana Teresa de Jesús Fernández, al referirse a la obra.
Bajo el título Cuéntame una historia. Ocho que pueden ser novela, el título se compone de ocho relatos o capítulos que, cada uno con vida propia, componen de conjunto una novela muy peculiar.
La presentación fue apenas la oportunidad de intercambiar sobre la más reciente creación de la autora, que acaba de ser publicada en Estados Unidos bajo el sello de la Editorial Campana.
«Como siempre, la autora abre un ciclo y lo cierra», precisó Fernández al referirse a su memorable personaje de Marta Veneranda, que ahora retoma aunque fuera creado por Rivera Valdés hace muchos años para su libro Las historias prohibidas de Marta Veneranda, que le valió en 1997 el Premio Extraordinario de Literatura Hispánica en Estados Unidos convocado por Casa de las Américas.
Como en todas sus historias, la escritora va aderezando también este libro con boleros, reflexiones filosóficas de la cultura oriental, junto a citas de grandes escritores de la literatura inglesa y española, sostuvo Fernández. «Y también tienen, sobre todo, esas reminiscencias continuas que habitan el mundo de Sonia y que ella misma ha confesado que está poblado de las historias que le cuentan otras personas».
Fernández destacó el arte de Rivera Valdés para crear y describir atmósferas muy bien contadas, que llegan a sus lectores con veracidad y magia. «Sonia te perturba, te transmite todo el tiempo sensaciones tan vívidas, que olvidas que estás leyendo; sientes que estas dentro y formas parte de esa historia por la que te lleva hasta el final».
Este es también un libro con música, acotó la presentadora. «No solo son fundamentales los refranes o las citas, sino también la tragedia continua del tango y el dulzor melancólico del bolero», sostuvo.
Valoró, igualmente, la capacidad de la autora para «saber escoger sabiamente las palabras sencillas que te dicen las cosas más profundas», así como su hábil manejo de la lengua, en sus variantes cubana, mexicana, puertorriqueña o dominicana, «en esa mezcla que se vive cuando se lleva una ciudad cosmopolita habitada de muchas mezclas».
La filóloga e intelectual cubana agregó que la autora se sitúa, además, en una tendencia que está muy de moda: la cuestión de los géneros fluidos, de no encasillarse en la dicotomía hombre / mujer.
«Si el algo busca el personaje de esta novela es ese amor imaginado, imposible, que nos pasamos la vida persiguiendo, sin importar que sea hombre o sea mujer», dijo Fernández.
«Lo que le interesan a Sonia y sus personajes es la esencia del amor. Ese es el llamado más importante del libro, independiente de su sabiduría: decirnos que somos esencialmente seres humanos y que por ello no deberíamos estar encasillados en ninguna camisa de fuerza», resumió.
Por su parte, Sonia Rivera Valdés agradeció la oportunidad del coloquio y de siempre poder intercambiar y traer su escritura a La Habana.
Explicó que algunas de las historias que aparecen en el volumen fueron escritas hace más de 20 años y otras son más recientes. Todas, dijo, fueron concebidas como cuentos, pero ella creyó con vehemencia que pertenecían a un relato coherente que se puede leer como novela, sobre todo, porque sintió que «que las protagonistas comparten igual aliento de vida».
Humildemente, reiteró que sus libros están plagados de las historias que otras personas le cuentan. «Sin esa gente real no existiría la que vive en estas páginas», acotó y agradeció lo que alguna vez le han contado y ella ha llevado a la literatura. «Lo que me contaron o compartimos ha quedado grabado en mí de manera tan indeleble que los personajes de este libro lo reviven cada vez que alguien lo lee», dijo.
Este es el segundo Coloquio internacional que se celebra en La Habana dedicado a la escritora Sonia Rivera Valdés (1937), activista cultural, crítica literaria y de cine, profesora de literatura, estudios puertorriqueños y de la mujer en el York College, en Nueva York.
Autora, entre otros libros, de Historias de mujeres grandes y chiquitas (2003) y Rosas de abolengo (2011), Rivera Valdés ha publicado también en antologías de Cuba, Estados Unidos y Europa. En su obra son recurrentes el erotismo, la sexualidad, el amor, la búsqueda de la felicidad y los conflictos del exilio, entre otros temas.
En esta ocasión, el encuentro abordó parte de su obra y de los escritores Razda Novak, Erik Sánchez y Paquita Suárez Coalla.
El Segundo Coloquio Sonia Rivera Valdés fue organizado con la colaboración de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de la Habana, la Agencia Suiza de Cooperación y Desarrollo (Cosude), la Editorial Campaña y Latino Artists Round Table (LART).