Contar con la participación de todas las personas para construir el espacio donde queremos vivir puede ser una de las tantas respuestas posibles a la pregunta formulada en un foro de debate filosófico y social que sesionó esta semana en La Habana.
¿Cómo articularnos, desde las diversidades que somos, de cara a los desafíos de la sociedad cubana actual?, se preguntaron, en su jornada final, quienes participaron en el IX Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios, que concluyó en la capital cubana el pasado jueves.
Para la doctora María Isabel Domínguez, directora del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, en términos institucionales y formales, la sociedad cubana es una sociedad absolutamente estructurada para ser incluyente.
Pero «entre ese funcionamiento estructural y formal y las prácticas reales de inclusión aún hay distancias», puntualizó la experta durante la sesión final del taller, auspiciado por el Grupo América Latina, Filosofía Social y Axiología (GALFISA), del Instituto de Filosofía, y por el Centro Memorial Martin Luther King Jr.
La cita tiene lugar cada dos años desde 1995 y resulta una de las más importantes actividades desarrolladas por las organizaciones que integran el Capítulo Cubano del Foro Social Mundial.
La socióloga insistió en que, según el resultado de las investigaciones del centro que dirige, la juventud, determinados grupos diferenciados por el color de la piel y las mujeres están entre los sectores que demandan atención particular en función de conseguir la necesaria integración a un proyecto social participativo.
En ese camino, el CIPS encabeza actualmente estudios sobre participación, pobreza, infancia, juventud, religión, entre otros temas, con un sentido de integración.
Domínguez coincidió con otras ponentes, como la directora del Centro de Desarrollo Local y Comunitario (CEDEL), Ada Guzón Camporredondo, en la importancia de repensar el funcionamiento de las comunidades y territorios a partir de modelos de gestión local más autónomos, creativos y abiertos a la participación de sus habitantes.
En tanto, la periodista Herminia Rodríguez, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer , de la Federación de Mujeres Cubanas, advirtió acerca de los efectos que pueden tener sobre las mujeres las actuales trasformaciones económicas que implementa la isla y llamó a propiciar cambios no solo económicos, sino también culturales.
Cuba anunció en los últimos meses de 2010 un proceso de racionalización de empleos en el sector estatal que afectará, en un primer escalón, a unos 500.000 trabajadores, sobre todo aquellos que ocupan plazas que no se vinculan directamente a la producción.
A la par, se ha ampliado el sector privado, llamado de trabajo por cuenta propia, con la aplicación paralela de un nuevo régimen tributario que establecerá impuestos sobre las ventas, la contratación de personal y para la seguridad social, que se sumarán al ya existente sobre los ingresos personales.
«Nos hace falta una mayor conciencia y cambio de mentalidad», reflexionó Susana Acea Terry, presidenta del Poder Popular (gobierno local) del municipio capitalino de Centro Habana.
En su opinión, quienes dirigen están en la obligación de buscar métodos que involucren a toda la diversidad de la población o se corre el riesgo de «excluir a personas, matar sus deseos y creatividad, sus iniciativas, y el sentimiento de sentirse parte del proceso», precisó Acea.
Más allá de los cuerpos
«No se puede obviar ninguna realidad humana en el proceso de cambio y transformación social», sentenció la sexóloga Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
«Tampoco la de estas personas que son discriminadas desde los prejuicios, desde los mitos patriarcales», agregó Castro al detallar el trabajo que se realiza en el centro que dirige en contra de la homofobia y a favor de la diversidad sexual.
La directora del Cenesex detalló las jornadas anuales que organizan desde 2008, junto a otras instituciones y actores sociales, con motivo de la celebración, cada 17 de mayo, del Día Mundial de Lucha contra la Homofobia.
Para la brasileña Nalu Faria, dirigente y líder de la Marcha Mundial de Mujeres, este tipo de movilizaciones son vitales porque, incluso desde los movimientos feministas, «hemos logrado promover muy poco los debates sobre la sexualidad en las sociedades, a no ser para advertir de los peligros de las Infecciones de Transmisión Sexual».
«La sexualidad es política, tiene que ser parte de nuestra agenda en el camino de entender mejor todos los mecanismos de dominación», advirtió.
Faria aludió a que, mientras más cerca de la norma se ubican las conductas sexuales, menos se estudian, lo que redunda en mayor victimización hacia personas homosexuales y transgénero, quienes además de discriminadas por la sociedad, terminan, además, estudiadas, analizadas.
«Tenemos que conseguir que estas personas vivan en plenitud dentro de la sociedad en su conjunto y no en espacios creados especialmente para ellas», declaró, a propósito de la experiencia de El Mejunje, presentada en el taller.
Ese espacio recreativo y cultural, creado hace más de dos décadas en la región central de Cuba, ha conseguido integrar públicos y propuestas desde la diversidad y la compresión.
Su creador y director, Ramón Silverio, recibió en 2010 el Premio al Servicio Social Sostenido que otorga la Sociedad Cubana de Estudios Multidisciplinarios de la Sexualidad (Socumes), por su labor sostenida en el desarrollo de espacios culturales respetuosos de la diversidad.
Para Castro, por su parte, El Mejunje es una muestra de que «con voluntad, fantasía y participación se pueden hacer cosas grandiosas».
Lo que no se publica…
Otra preocupación común trascendió entre las intervenciones de la última jornada del IV Taller de Paradigmas Emancipatorios: ¿cuál debe ser el papel de los medios de comunicación en el escenario de transformaciones que viven Cuba y otros países de América Latina?
La periodista y también profesora de la Universidad de La Habana, Ivette González Lemes, sostuvo que «si queremos que los territorios sean protagonistas en el proceso de construcción de la realidad cotidiana, deben estar más y mejor representados en los medios de comunicación».
«Los medios hoy en Cuba aún no son espejo cabal de la diversidad social que nos signa», explicó a SEMlac.
«Los periodistas siguen dando preferencia a las fuentes oficiales y el debate se está dando con mayor efectividad en blogs como Negra cubana tenía que ser, de la psicóloga Sandra Álvarez. En temas vinculados al género, publicaciones como Mujeres y Bohemia han dado algunos pasos, pero aún no es suficiente», precisó González ante el plenario.
El filósofo cubano y profesor titular de la Universidad de La Habana, Carlos Delgado, alertó también acerca de la obligación de dar la palabra «a los actores que tienen los conocimientos» para hablar sobre los diversos procesos sociales y de cómo ello entraña un desafío para la comunicación social.
Transformar el criterio acerca de qué se considera noticia dentro de los medios de comunicación y visualizar la diversidad desde todos los espacios pueden ser los pasos vitales para avanzar en ese camino, según González.
Para la también filósofa cubana Isabel Monal, lo más importante, sin embargo, es no olvidar que el socialismo implica un proceso, un cambio constante y, para ser fieles a ese principio, hay que desplegar la creatividad, tener éxito, pero partiendo de todas las bases, de todas las experiencias.
En esta última edición del Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios participaron unos 300 delegados de 16 países de América y Europa, fundamentalmente, representantes de movimientos sociales, universidades, iniciativas comunitarias y grupos de investigación, además de personalidades vinculadas a los estudios teóricos y a las prácticas liberadoras latinoamericanas.
Organizaciones y redes como la Marcha Mundial de Mujeres, la Vía Campesina , la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (Brasil), y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (Honduras), se aliaron a otras como la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía , Pañuelos en Rebeldía, el Frente Popular Darío Santillán (Argentina) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (El Salvador), para enriquecer las jornadas del evento.
Artistas e investigadores, profesionales de la filosofía y representantes de muchos de esos movimientos sociales tomaron la palabra en un panel tan diverso y heterogéneo como el tema que lo motivó.
Pero fueron la necesidad de promover la participación de todos los sectores de la sociedad, sin exclusiones ni olvidos, y la de cambiar los modos de pensar que subyacen tras esa participación, dos urgencias que generaron amplio consenso.