Los cambios y tensiones que han vivido trabajadoras cubanas constituyen materia prima para varios cineastas de la isla. Un recorrido por filmes de factura nacional así lo atestiguan.
“El cine cubano ha demostrado ser un documento de época y en él podemos encontrar desde las variaciones que ha tenido el habla y la vestimenta en Cuba, hasta los cambios en las relaciones, el comportamiento humano y la participación de las mujeres”, declaró la ensayista Zaida Capote Cruz a SEMlac.
En su ensayo “Cubanas trabajando (a 24 cuadros por segundo)”, la reconocida intelectual ofrece una revisión de nueve filmes en los cuales la posición de las mujeres, el empleo femenino y los conflictos que genera el machismo constituyen líneas argumentales.
Capote Cruz compartió su análisis en el Coloquio Internacional “Mujeres y trabajo en la historia y la cultura de la América Latina y el Caribe”, celebrado en Casa de las Américas del 22 al 26 de febrero.
Según la especialista, la percepción del trabajo como escape a la discriminación patriarcal aparece en varias películas que muestran la efervescencia de los primeros años de la Revolución y sus políticas para la inserción de las mujeres en la vida pública del país.
El estudio incluye largometrajes que se aproximan a esta época, como Lucía (Humberto Solás, 1968), Retrato de Teresa (Pastor Vega, 1979), Hasta cierto punto (Tomás Gutiérrez Alea, 1983) y Otra mujer (Daniel Díaz Torres, 1986).
“El trabajo aparece en todos los filmes como un espacio de realización personal donde las mujeres pueden existir por sí mismas, lejos del ámbito familiar que sigue constriñéndolas al servicio de los otros”, destaca Capote Cruz.
Para la feminista cubana, aunque el empleo ha sido un agente importante en la autonomía y liberación de la mujer en Cuba, la incorporación al trabajo remunerado “siempre ha sido problemática” porque “no ha conseguido liberarse de la reproducción que implica sostener y organizar el núcleo familiar”.
Es por ello que la pervivencia de la inequidad de género, el sentimiento de soledad y desesperanza abruman a las protagonistas de “Isabel” (corto de Héctor Veitía que aparece en el filme Mujer transparente de 1989) y Melaza (Carlos Lechuga, 2012) dos filmes incluidos en la investigación.
Según la autora, la profunda crisis que vivió la isla caribeña durante la década del noventa del pasado siglo erosionó el valor del trabajo en lo monetario y también en lo simbólico.
Los cambios vividos en Cuba durante los últimos 20 años han tenido un fuerte impacto en el empleo y la vida de las cubanas. La investigadora alerta sobre las regresiones en algunas conquistas de las mujeres y el aumento de la desigualdad social en el país.
Estas realidades encuentran un correlato en filmes como La película de Ana (Daniel Díaz Torres, 2014), La obra del siglo (Carlos M. Quintela, 2015) y Venecia (Kiki Álvarez, 2015), todos analizados por Capote Cruz.
“Aquellas protagonistas aguerridas que participaban en asambleas y se sentían parte del proyecto colectivo, el de la Revolución, con derechos propios, han cedido paso a mujeres que buscan en la promesa de la propiedad privada, en el uso de su cuerpo como moneda de cambio, o en el engaño, un modo de sobrevivir. Y las más de las veces deben hacerlo solas, sin acompañamiento social”, concluye la ensayista.
Durante los cinco días del coloquio, convocado por el Programa de Estudios de la Mujer de Casas de las Américas, especialistas e investigadoras centraron su mirada en las mujeres y el entono del trabajo, desde diversas perspectivas.
Entre otros temas, el encuentro abordó los del trabajo de la mujer escritora en la Edad Media, la independencia femenina mediante la instrucción y el trabajo, la poesía escrita por mujeres y la profesionalización de la educación femenina.
El programa incluyó, además, ponencias, paneles y presentaciones acerca de la mujer y el trabajo en la escena cubana, la emigración de las mujeres africanas en la contemporaneidad y las cubanas tras las recientes reformas en la política de empleo en Cuba: nuevos retos para el alcance de la equidad social.
Estos coloquios se realizan desde 1994 con una frecuencia anual y para 2017 se anuncia como tema central el de mujer y medios de comunicación en la historia y la cultura de América Latina y el Caribe.