Cambios en materia de género influyen en dinámicas familiares

Las variaciones que han tenido las relaciones de género en Cuba han impactado, sobre todo, en la vida de las mujeres, pero también han provocado cambios en las dinámicas y procesos familiares, aseguran especialistas.

Mayda Álvarez, directora del Centro de Estudios de la Mujer, de la Federación de Mujeres Cubanas, reconoció que las cubanas han cambiado más rápido que los hombres y ello ha tenido un impacto en la estructura, composición, características demográficas y funciones de las familias.

Al dictar una conferencia sobre el tema durante el XIV Postgrado Internacional de Género y Comunicación, que se realiza en La Habana entre el 2 y el 12 de febrero, la Doctora en Psicología agregó que la familia, como grupo básico de la sociedad, siempre es impactada por el contexto con el cual está mediando.

Entre los avances fundamentales que han vivido las cubanas, Álvarez mencionó el acceso universal a la educación, que ha propiciado una tasa neta de niñas en la educación primaria de 99 por ciento y que más del 60 por ciento de los graduados universitarios sean mujeres.

El acceso al trabajo remunerado les ha permitido, en tanto, superar el 38 por ciento del total de de personas ocupadas de la economía, el 46 por ciento en el sector estatal civil y el 60 por ciento en la categoría ocupacional de técnicos y profesionales.

«Ello ha ampliado las oportunidades de las cubanas generar ingresos y recursos propios, con una repercusión directa en los ingresos familiares, las condiciones de vida y las relaciones de poder en la familia», agregó.

Como resultado, hay una mayor presencia de mujeres en responsabilidades de dirección, en la toma de decisiones familiares y en la comunidad.

De acuerdo con estadísticas oficiales referidas por la especiosita, las cubanas superan 40 por ciento de los puestos de dirección en el sector estatal civil y alcanzan 48.86 por ciento de los escaños en el Parlamento unicameral.

Otro de los cambios citados por la directora del CEM es el control que ejercen las mujeres de la isla sobre su propio cuerpo y sobre el derecho a decidir el número y espaciamiento de su descendencia.

Como rupturas o nuevos elementos a tener en cuenta en las relaciones de género, Álvarez hizo referencia a que se ha enriquecido el diapasón de cualidades atribuidas a los hombres y particularmente a las mujeres, a quienes con más frecuencia se les reconoce por su inteligencia, creatividad, resistencia, fortaleza e independencia. Para ellos se consideran ya cualidades como la ternura, la solidaridad y ser buen padre, sostuvo.

«Si bien para la mayoría de las jóvenes la maternidad continúa siendo el eje de su identidad de género, ya no lo es de forma exclusiva, sino que se comparte con otros intereses y aspiraciones, principalmente los relacionados con su desarrollo personal y profesional», sostuvo.

Entre otras tendencias que marcan los cambios experimentados por la familia cubana, la directora del CEM señaló las familias pequeñas, el aumento del número de hogares en que ambos cónyuges trabajan, el aumento de parejas que conviven sin formalizar su unión, el ascenso de la fecundidad y aumento del número de hijos que nacen fuera del matrimonio.

También, la creciente inestabilidad de las uniones, que se manifiesta en rupturas conyugales, el incremento de los hogares con un solo progenitor o con una mujer a cargo, el aumento de la población de edad avanzada y más hogares unipersonales.

No obstante reconocer cambios favorables en las relaciones de género y familiares, las investigaciones igualmente denotan procesos de socialización en algunas familias y en otros espacios marcados aún por algunos códigos culturales sexistas, agregó la experta.

«Las responsabilidades en el hogar y con la familia no siempre se comparten y hay todavía poca implicación masculina en los procesos de salud sexual y reproductiva y en responsabilidades familiares», señaló.

Aunque aparecen nuevas formas y representaciones sociales de cómo ser hombres y mujeres, estas conviven con las tradicionales, con estereotipos y prejuicios.

De ese modo, todavía no se reconoce en toda su amplitud la diversidad de familias que existen, incluidas las formadas por personas del mismo sexo, señalaron participantes del curso, periodistas y comunicadores de Cuba, Latinoamérica y el Caribe.

Entre los roles en transición destacados por Álvarez están los de la supermujer, que rompe con parte de la tradición, sale al mercado laboral y profesional, pero no abandona la carga doméstica; así como el padre no tradicional, que empieza a ejercer una paternidad más cercana, con participación y ternura en el cuidado de los hijos.

La especialista alertó que, en el contexto de cambios económicos que vive la isla, se ha diversificado la actividad económico-productiva de algunas familias y se ha incrementado la función económica de ese grupo humano, donde sigue existiendo sobrecarga femenina en las tareas domésticas y de cuidado y dificultades para la conciliación de la vida familiar y laboral.

El programa del curso de postgrado internacional sobre género y comunicación incluye, entre otros, temas de género relativos a definiciones conceptuales, nexos con la teoría de la comunicación, estadísticas, indicadores, derechos sexuales, violencia, masculinidades y otros.

Convocado por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y la Editorial de la Mujer, de la FMC; el encuentro formativo cuenta con el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude).

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