Acceso limitado a recursos frena productividad de las mujeres

Por Sara Más / saramas_2000@yahoo.com

La eliminación de las desigualdades que han existido durante mucho tiempo y se mantienen todavía en países y regiones del mundo, entre hombres y mujeres, no ha sido posible, en parte, por sus insuficientes niveles de educación, aseguró en La Habana Marcio Porto, representante en Cuba de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El reto no es solo que las mujeres se incorporen a la producción económica, dijo Porto al presentar y comentar el informe “La FAO en acción, 2010-2011, Mujeres: llaves de la seguridad alimentaria”, en la sesión final de las Jornadas de la Mujer Rural, realizadas entre el 11 y el 13 de octubre en la capital cubana.
Entre otros datos, el estudio señala 43 por ciento de los productores de todo el mundo son mujeres. Pero ellas son entre 20 y 30 por ciento menos productivas que los hombres en la agricultura, debido a que tienen acceso restringido a los recursos, entre ellos la tierra, la tecnología, el crédito o el tiempo, entre otros ejemplos citados por el representante de la FAO.
Citando el informe, agregó que si las mujeres dispusieran de los mismos recursos que los hombres, la producción de ellas en los países en desarrollo sería poco más de 20 por ciento superior.
De esta forma se podría aumentar la producción agrícola total en estos países entre 2,5 y 4 por ciento, lo que a su vez puede suponer una reducción del número de víctimas del hambre en el mundo del orden del 12 al 17 por ciento, equivalente a entre 100 y 150 millones de personas, puntualiza el informe.
Datos emitidos este año por la FAO indican que, en todas las regiones, las mujeres tienen menos acceso a la tierra que los hombres. En los países en desarrollo con datos disponibles, tan sólo entre tres y 20 por ciento de los propietarios de tierras son mujeres. El porcentaje de mujeres en la fuerza laboral agrícola es mucho más elevado y se sitúa entre 20 y 50 por ciento en las regiones en desarrollo.
Tras reconocer los niveles de educación de la isla caribeña, “que es una condición fundamental para que la mujer se comporte como igual”, Marzo comentó que el país vive un momento histórico, en el cual se ha declarado la producción de alimentos como un problema de seguridad nacional.
A ello agregó la promulgación, en 2008, del Decreto ley 259, que establece la entrega mediante usufructo de tierras ociosas a quien desee trabajarlas.  Ese decreto puede ser una gran contribución para que se produzca una migración a la inversa, añadió en referencia a la tendencia que siempre ha existido en el movimiento migratorio del campo a la ciudad.
El retorno a la zona rural involucra retos diferentes, lo mismo para la ciudad que para el campo, sostuvo Marzo, quien se refirió en particular a la necesaria adaptación al nuevo medio y las oportunidades de asesoría tecnológica. “El desafío es que esa mujer se adapte al medio; no es suficiente enseñarle a producir, también debe aprender a vivir en el campo”, señaló.
El representante de la FAO en La Habana manifestó que, ante este panorama, es tan importante la cooperación horizontal como la vertical y recomendó en particular que se debe propiciar la cooperación horizontal entre las mujeres del campo y la ciudad.
La FAO también promueve la agricultura familiar,  y en entera consonancia con ello, el decreto 259 es una gran oportunidad, reflexionó.
Desde que esa norma estableció en 2008 la entrega de tierras y hasta 2010, se contabilizaban  142. 740 personas usufructuarias en el país, la gran mayoría hombres, según datos expuestos durante las jornadas. Pero solo nueve por ciento del total de usufructuarios eran mujeres, principalmente en cooperativas de Producción Animal y de Créditos y Servicios.
En total, 10.778 mujeres solicitaron tierras en su nombre, lo que representó 86,3 por ciento de las mujeres usufructuarias en las cooperativas campesinas. El resto fueron familiares de los solicitantes hombres: 1.708, que equivalen a 13,7 por ciento.
Seguir trabajando para acortar las brechas de desigualdad en el sector agropecuario y propiciar aún más el desarrollo y las potencialidades de las mujeres son líneas vigentes de acción, ratificó, desde la sesión de apertura, María Teresa Planas Pérez, presidenta de la ACPA.
Tras destacar la voluntad política que existe en el país “para alcanzar una sociedad sin diferencias de clases, etnias ni sexo”, Planas reconoció la necesidad de continuar transformando los escenarios rurales a favor de las mujeres, particularmente en aspectos que todavía dejan insatisfacción.
La dirigente de la ACPA precisó que la fuerza de trabajo femenina representa el 19,2 por ciento del total de trabajadores en el sector agrícola, donde el 17, 3 por ciento de los cargos de dirección son ocupados por mujeres y solo seis por ciento administra Unidades Básicas de Producción Cooperativa.
Muchos de los resultados de las investigaciones concuerdan en que existen aún contradicciones en las que hay que trabajar para revertir las desigualdades entre hombres y mujeres, agregó Planas.
En un sector predominantemente masculino, la ACPA está inmersa en un proceso continuo para incorporar la perspectiva de género a lo interno de la organización, así como en los proyectos y programas que promueve. Desde 2003 despliega un proceso permanente de sensibilización y capacitación orientado al personal directivo, personas asociadas y organismos del sector de la producción e industria animal, sostuvo.
La presidenta de esa organización explicó que, en ese camino, se crearon el Grupo Coordinador Nacional y los puntos focales de género en todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, además de que actualmente se forman los Comités de género provinciales , integrados por la ACPA, el Ministerio de la Agricultura, la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, la Federación de Mujeres Cubanas y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, escenarios que buscan fortalecer los vínculos de trabajo sobre el tema de la mujer rural en los diferentes ámbitos de actuación.
No obstante, Planas reconoció la necesidad de incrementar la presencia femenina en puestos de toma de decisiones. Actualmente, 36 por ciento de los órganos de base de la ACPA los dirigen mujeres, quienes representan el 42 por ciento en la coordinación del trabajo de la asociación en los municipios y alcanzan el 25 por ciento entre presidentes de las sociedades de producción en el país. En general las mujeres conforman el 30 por ciento de la membresía de la ACPA y el 33,6 por ciento de quienes integran su Comité Ejecutivo Nacional.

Octubre de 2011

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