La madre de una joven uruguaya procesada sin prisión, en mayo último, por practicarse un aborto, ha pedido públicamente justicia para su hija y consideración para su familia. En una carta entregada a Agustina Navarro, productora del programa «A Conciencia», que se emite por Canal 12 de la TV local, la madre de la joven de 20 años confiesa sentirse muy dolida porque, detrás de toda la situación creada en torno a su hija, «hay una familia destrozada» y una muchacha a la cual han condenado penal y psicológicamente. La joven fue procesada a inicios de mayo de este año, después de comprobarse que el motivo de su internación en el Hospital Pereira Rossell, la mayor maternidad del país, era una infección originada por maniobras abortivas efectuadas en una clínica clandestina de Montevideo, por las cuales la paciente pagó 700 dólares. El médico, que la había atendido en primera instancia en una policlínica, denunció su sospecha de aborto a la policía y, cuando la joven arribó al hospital, ya las autoridades estaban sobre aviso. «Yo pregunto, ¿se preocuparon primero por saber por qué lo hizo?; ¿en qué situación está la chica?; ¿En qué situación está la familia? Me gustaría preguntarle al médico que la atendió, dónde quedó el secreto profesional», cuestiona en su misiva la madre de la muchacha. Al dirigirse directamente al juez que condenó a la chica, la madre lamenta que este se haya guiado por una ley de 1930. «Yo reconozco que ella es culpable y no estoy de acuerdo con lo que hizo. También reconozco que tiene poca experiencia de vida. Pero me pregunto si la partera, la médica y la ayudante, todas mayores de 60 años, ¿no sabían lo que hacían? ¿Sólo les importa el dinero?», increpa la madre(SEMlac)
2007-08-03