Muchas personas en Cuba reconocen ser responsables, se protegen y evitan embarazos no deseados pero, a pesar de los esfuerzos de las autoridades y los resultados en materia de salud sexual y reproductiva, la anticoncepción en la isla no es tan fácil.

«Usar DIU -dispositivos intrauterinos- por mucho tiempo puede traerte problemas, además es difícil decidirse por un tipo de pastillas anticonceptivas y algunos condones tienen mala calidad o se pierden de las farmacias», afirma Glenda una joven habanera de 20 años.

Según datos del Anuario Estadístico de 2013 del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), el 77,6 por ciento de las mujeres en edad fértil, con actividad sexual y que declaran tener pareja usan métodos anticonceptivos.

Sin embargo, los dispositivos intrauterinos, método surgido en los años sesenta del pasado siglo, son los más utilizados (50,1 %), según las estadísticas de MINSAP.

A partir del incremento del uso del condón en la última década, algunas muchachas se declaran en contra de los DIU.

Carla, una joven de 30 años, afirma que nunca ha usado ni usará ninguno de estos dispositivos.

«Mi mamá usó una T de cobre en los años setenta, luego de tener a mi hermano. Cuando quiso tenerme a mi, fue al médico para retirarla y no salía embarazada. Le dijeron que tenía infertilidad secundaria, pero la realidad es que se le había quedado la guían incrustada en las paredes del útero. Diez años después nací yo», cuenta Carla.

Decidirse por un método anticonceptivo parece resultar complejo, a la hora de sopesar riesgos y disponibilidad.

Aunque existe más de una docena de anticonceptivos femeninos, cuatro métodos masculinos y se siguen desarrollando anticonceptivos hormonales para hombres, en Cuba su uso y conocimiento se reduce a pocos métodos.

Al uso del DIU le sigue la esterilización femenina (20,1 %), el condón (14,1 %), las píldoras (9,5 %) y en menor cuantía los anticonceptivos hormonales inyectables (4,5 %), refiere el informe estadístico del MINSAP.

Las dificultades económicas que enfrenta el país han limitado la producción y suministro de anticonceptivos, además de la adquisición de métodos más modernos.

El gobierno cubano importa la totalidad de los condones que se comercializan, la mayoría procedentes de países asiáticos como China, la India y Malasia.

Además, se producen en el país tabletas anticonceptivas (etinor, norgestrel, trienor, ciprestra) que se venden a libre demanda, sin la necesidad de prescripción médica.

Ambos productos se expenden en el sistema nacional de farmacias a precios módicos.

Como promedio se venden tres unidades por un peso cubano (cinco centavos de dólar). Las tabletas anticonceptivas se comercializan con un valor aproximado de 2,50 pesos (10 centavos de dólar).

A los DIU y anticonceptivos hormonales inyectables se accede gratuitamente en consultas especializadas.

«He escuchado de mujeres que quedan estériles un tiempo después de dejar de tomar las pastillas. Hay pastillas que te hinchan, te dan dolores y vómitos. Al escuchar estos comentarios creo que es mejor usar el condón o un DIU», opina Magdaly, de 24 años.

Según la enfermera Yamilé Maura, las mujeres tienen experiencias distintas en materia de anticoncepción y, en la mayoría de los casos, la falta de orientación e información solo genera mitos.

«Hay muchos criterios sobre los anticonceptivos hormonales, pero lo cierto es que, si se orientan atendiendo al estado de salud de la paciente y teniendo en cuento el tipo y los niveles de hormonas de cada medicamento, su uso no debe traer ningún perjuicio», afirma la licenciada.

Maura recomienda siempre acompañar el uso de anticonceptivos mecánicos-como también se le conoce a los DIU- y los hormonales, con anticonceptivos de barrera, como el condón.

«Aunque muchos métodos ayudan a evitar embarazos no deseados, no protegen de infecciones de transmisión sexual», afirma.

Pero seguir su recomendación resulta, para muchas personas, una apuesta a fuerza de gestión y confianza.

La prensa nacional se hizo eco de varios reclamos por un posible desabastecimiento en la distribución de condones en varias provincias del país durante los primeros meses del año.

Un sondeo realizado por SEMlac del catorce al veinte de julio en 215 farmacias de la capital, arrojó que solo en 58 unidades (26,9 %) había disponibles anticonceptivos hormonales orales y condones.

La mayoría de las farmacias en la capital contaban solo con las tabletas anticonceptivas cubanas (32,5 %), mientras que en 30 unidades (13,9 %) no disponían de ninguno de los métodos anticonceptivos mencionados.

«Tenemos condones Momentos, pero …interpreta mi silencio. Yo no te los recomiendo», me dijo una farmacéutica el otro día. Y yo no sé qué pensar», comenta Carla a SEMlac.

La preocupación de la joven habanera persiste, pese a una resolución del MINSAP en la que se autoriza la distribución y comercialización en la red de farmacias de los condones marca Momentos, con fecha de caducidad de julio de 2012.

Según las afirmaciones públicas, la confusión se generó por un error del fabricante en el etiquetado, al asumir solo tres años de vida útil del producto cuando, según resoluciones internacionales, puede tener hasta un máximo de cinco.

Las autoridades de salud comunicaron que luego de hacer los exámenes pertinentes y confirmar las buenas condiciones del producto, se decidió extender la venta de los condones hasta diciembre de 2014, fecha en la que se cumplen los cinco años establecidos para su uso.

Según directivos de la Empresa de Suministros Médicos, en 2012 se utilizaron en el país aproximadamente 59 millones de unidades de condones, mientras que el estimado de cierre de 2014 está por encima de los 70 millones.

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