Reconoce UNICEF efectividad de vacunación infantil cubana

La Habana, abril (SEMlac).- Alejandra Trossero, representante en Cuba del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), destacó en La Habana la permanencia y eficacia del programa cubano de vacunación infantil, cuando los índices de inmunización decaen en el mundo tras el impacto de la pandemia de covid-19.

Hoy día 67 millones de niñas y niños en el mundo carecen de vacunación, agregó Trossero en conferencia de prensa, el 26 de abril, al citar datos del Estado Mundial de la Infancia 2023: para cada infancia, vacunación, dedicado este año por UNICEF a este tema.

La falta de vacunación significa la reemergencia de enfermedades que habían sido erradicadas, como el sarampión, la rubeola y la poliomelitis, por lo que UNICEF hace un llamado a asegurar los programas de inmunización y tomar consideración que la vacunación mejora la vida de las niñas, los niños y también de sus familias.

El retroceso ha sido notable en Latinoamérica, donde hay 1,7 millones de niñas y niños con 0 dosis, nunca han sido vacunados, y se estima que uno de cada cuatro no han recibido la vacunación que necesitan, señaló Trossero. De ser la región de mayor cobertura, ha pasado a ser la segunda peor, sostuvo.

El informe de Unicef precisa que, en la última década, la tasa de cobertura de vacunación rutinaria en América Latina y el Caribe ha retrocedido casi 30 años.

En contraste,  la funcionaria remarcó la permanencia y resultados del programa cubano de vacunación, que es universal, gratuito, previene 13 enfermedades y tiene una cobertura superior al 95 por ciento.

 Resaltó las buenas prácticas de Cuba, que le han permitido mantener alta inmunización infantil, a pesar de la pandemia, y celebró la posibilidad de contar con vacunas nacionales y la decisión de aplicar ese esquema a partir de los 2 años de edad, lo que permite el regreso rápido de niñas y niños a las escuelas, sin interrumpir el ciclo lectivo de enseñanza.

Lena López Ambrón, jefa del Programa Ampliado de Inmunización del Ministerio de Salud Pública, refirió que entre los impactos de esa estrategia están la eliminación de seis enfermedades  (poliomelitis, difteria, sarampión, tosferina, rubeola, y parotiditis), de dos formas clínicas severas (tétanos neonatal y meningitis tuberculosa) en menores de un año de edad y de dos complicaciones graves: la rubeola congénita y la meningitis posparotiditis. Otras cinco enfermedades se mantienen controladas.

Informó, además, que se trabaja en la introducción de nuevas vacunas de producción nacional contra el estreptococo pneumoniaie y el papiloma virus.

López Ambrón identificó, entre las principales amenazas, el incremento de la circulación de enfermedades preventivas a nivel regional y mundial, debido al descenso de las coberturas de vacunación en otros países, ante lo cual se impone mantener un sólido sistema de vigilancia y altas coberturas de protección.

Se refirió, igualmente, a las dificultades que encuentra Cuba en la demora para adquirir  vacunas e insumos destinados al programa de inmunización, debido a obstáculos bancarios y financieros como efecto de las medidas económicas restrictivas del bloqueo que pesan sobre Cuba.

Trossero reiteró el apoyo de Unicef, que ha acompañado a Cuba en este programa desde sus inicios en la década del sesenta, en la adquisición de vacunas básicas que no se producen en el país, con equipamiento para mantener las cadenas de frío para los inyectables, insumos médicos y el fortalecimiento de capacidades técnicas, entre otras áreas.

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