Las infecciones de trasmisión sexual, el embarazo no deseado, el aborto y la anticoncepción suelen ser los temas más frecuentes entre adolescentes que buscan atención especializada, según refieren proveedores de esos servicios de salud.
Sin embargo, más de la mitad de muchachos y muchachas no reconocen lugares diferenciados de atención a adolescentes, acuden en su lugar a la asistencia general y muchas de las respuestas las buscan también en los libros.
Esas, entre otras conclusiones, se desprenden de una exploración que tuvo en cuenta los criterios de más de 950 profesionales de esos servicios y poco más de 1.000 adolescentes de diferentes regiones del país, con el propósito de evaluar el cumplimiento de los estándares globales de salud para las y los adolescentes.
El apoyo de familiares, tutores y otros actores de la comunidad a estos servicios fue reconocido por la mitad de la muestra de especialistas entrevistados. «Pero un tercio no concuerda con ello o lo desconoce», precisó la doctora Francisca Cruz, al comentar esos resultados el pasado 18 de mayo, durante el XVII Curso-Taller Nacional del Ginecología Infanto-Juvenil y Salud Reproductiva del Adolescente, en la capital cubana.
El personal de salud refiere también como problema la falta de apoyo y las dificultades de los locales para el servicio, apunta el estudio, fruto del esfuerzo conjunto del Programa Materno Infantil, la Sociedad Cubana para el Desarrollo de la Familia (Socudef) y el Fondo de Población de la Naciones Unidas.
Las y los adolescentes, por su parte, identifican las escuelas y los medios de comunicación como los espacios que más abordan estos temas. El 30 por ciento de la muestra refirió que, aunque los establecimientos de salud ofrecen información, lo hacen fundamentalmente mediante carteles, murales y charlas, y no a través de asesorías, diagnóstico y tratamiento.
A la par, en más del 60 por ciento de los prestadores de servicios hay desconocimiento sobre la existencia de paquetes de información, asesoría, diagnóstico, tratamientos y atención que satisfaga las necesidades de adolescentes.
Para ambos grupos, una de las grandes dificultades es que no cuentan con locales para servicios con privacidad. Apenas de 25 a 30 por ciento de los proveedores identifican como parte de su competencia técnica el respeto y protección a los derechos de las y los adolescentes.
«Es menos visible, como parte de la competencia, la garantía de atención desprejuiciada y confidencial. Los adolescentes se quejan de que no hay privacidad», precisó Cruz.
La mitad de adolescentes encuestados dicen desconocer los suministros disponibles en estos servicios, solo hacen referencia a anticonceptivos, en particular píldoras y condones.
Estos resultados apuntan a desafíos que hay que tener en cuenta en la atención de este segmento de la población, acotaron participantes en el encuentro. También ofrecen guías para el trabajo que hace falta emprender para elevar la calidad, alcance y efectividad de estos servicios.
Otros temas recurrentes en la atención a salud sexual y la salud reproductiva de adolescentes, infantes y jóvenes fueron también debatidos durante el taller, entre ellos la exploración ginecológica en niñas y adolescentes, los genitales atípicos, tumores genitales, conductas de riesgo y su impacto sobre la salud reproductiva y el papel de los medios de comunicación social en la promoción de la salud sexual y reproductiva.
Las infecciones de trasmisión sexual, el embarazo no deseado, el aborto y la anticoncepción suelen ser los temas más frecuentes entre adolescentes que buscan atención especializada, según refieren proveedores de esos servicios de salud.
Sin embargo, más de la mitad de muchachos y muchachas no reconocen lugares diferenciados de atención a adolescentes, acuden en su lugar a la asistencia general y muchas de las respuestas las buscan también en los libros.
Esas, entre otras conclusiones, se desprenden de una exploración que tuvo en cuenta los criterios de más de 950 profesionales de esos servicios y poco más de 1.000 adolescentes de diferentes regiones del país, con el propósito de evaluar el cumplimiento de los estándares globales de salud para las y los adolescentes.
El apoyo de familiares, tutores y otros actores de la comunidad a estos servicios fue reconocido por la mitad de la muestra de especialistas entrevistados. «Pero un tercio no concuerda con ello o lo desconoce», precisó la doctora Francisca Cruz, al comentar esos resultados el pasado 18 de mayo, durante el XVII Curso-Taller Nacional del Ginecología Infanto-Juvenil y Salud Reproductiva del Adolescente, en la capital cubana.
El personal de salud refiere también como problema la falta de apoyo y las dificultades de los locales para el servicio, apunta el estudio, fruto del esfuerzo conjunto del Programa Materno Infantil, la Sociedad Cubana para el Desarrollo de la Familia (Socudef) y el Fondo de Población de la Naciones Unidas.
Las y los adolescentes, por su parte, identifican las escuelas y los medios de comunicación como los espacios que más abordan estos temas. El 30 por ciento de la muestra refirió que, aunque los establecimientos de salud ofrecen información, lo hacen fundamentalmente mediante carteles, murales y charlas, y no a través de asesorías, diagnóstico y tratamiento.
A la par, en más del 60 por ciento de los prestadores de servicios hay desconocimiento sobre la existencia de paquetes de información, asesoría, diagnóstico, tratamientos y atención que satisfaga las necesidades de adolescentes.
Para ambos grupos, una de las grandes dificultades es que no cuentan con locales para servicios con privacidad. Apenas de 25 a 30 por ciento de los proveedores identifican como parte de su competencia técnica el respeto y protección a los derechos de las y los adolescentes.
«Es menos visible, como parte de la competencia, la garantía de atención desprejuiciada y confidencial. Los adolescentes se quejan de que no hay privacidad», precisó Cruz.
La mitad de adolescentes encuestados dicen desconocer los suministros disponibles en estos servicios, solo hacen referencia a anticonceptivos, en particular píldoras y condones.
Estos resultados apuntan a desafíos que hay que tener en cuenta en la atención de este segmento de la población, acotaron participantes en el encuentro. También ofrecen guías para el trabajo que hace falta emprender para elevar la calidad, alcance y efectividad de estos servicios.
Otros temas recurrentes en la atención a salud sexual y la salud reproductiva de adolescentes, infantes y jóvenes fueron también debatidos durante el taller, entre ellos la exploración ginecológica en niñas y adolescentes, los genitales atípicos, tumores genitales, conductas de riesgo y su impacto sobre la salud reproductiva y el papel de los medios de comunicación social en la promoción de la salud sexual y reproductiva.