Mujeres, entre los psicofármacos y el estrés

Herencias, tradiciones y patrones de desarrollo social pueden influir de manera diferenciada en la salud mental de hombres y mujeres, confirman estudios especializados en Cuba.

“En el campo de la salud mental es más evidente la influencia del género en el proceso de salud-enfermedad”, asevera la investigación La importancia del género en el análisis de la salud, de la psicóloga Yuliuva Hernández García y el sociólogo Víctor Hugo Pérez Gallo, del Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa, en la región oriental del país.

“En los últimos tiempos ha sido posible demostrar la vulnerabilidad de las subjetividades femeninas frente a las enfermedades mentales”, explican los especialistas.

Las cifras internacionales les dan la razón. Datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2005 indican que los trastornos depresivos constituyen casi el 41,9 por ciento de los casos de discapacidad debida a trastornos neuropsiquiátricos entre las mujeres, mientras entre los hombres causan sólo el 29,3 por ciento.

Según la fuente, los principales problemas de salud mental de la tercera edad son la depresión, los síndromes orgánicos cerebrales y la demencia, que afectan mayoritariamente a las mujeres.

En opinión de los especialistas citados, estos datos reflejan el orden sociocultural patriarcal que legitima las jerarquías y desigualdades entre hombres y mujeres.

Así, la OMS asevera que la depresión, la ansiedad, el dolor psicológico, la violencia sexual, la doméstica y las tasas ascendentes de consumo de psicofármacos afectan en mayor grado a las mujeres que a los hombres, en diferentes países y distintas circunstancias.

Tal situación ha llevado a los expertos a identificar cuadros clínicos asociados a diferencias de género, como la llamada «neurosis del ama de casa», el «síndrome del nido vacío», la «depresión de mujeres de mediana edad», o el dramático “síndrome de la mujer maltratada”.

Alina Mederos, psiquiatra del capitalino municipio de 10 de octubre, confirmó a SEMlac que en Cuba la situación no difiere mucho del resto del mundo.

“Recibo entre 10 y 15 pacientes en cada día de consulta, de los cuales más del 70 por ciento son mujeres. En el último mes, por solo citar un ejemplo, emití tres diagnósticos de depresión y ninguno correspondió a un hombre”, asegura Mederos.

Investigaciones británicas, publicadas a fines del siglo pasado por la revista Science, establecían que, amén de los factores genéticos y nutricionales, la aparición de padecimientos como la diabetes mellitus pudiera estar relacionada con situaciones de tensión o estrés profundo.

Los reportes de la mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles en Cuba revelan que es precisamente la diabetes uno de los dos padecimientos que cobra más vidas en el universo femenino que en el masculino.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso y Satisfacción de los Servicios de Salud, aplicada en 1999 a 5.079 personas en cuatro municipios de las dos provincias habaneras, el dolor de cabeza, las jaquecas y las migrañas, dolencias relacionadas en gran medida con el estrés, ocupaban el primer escaño de los 40 padecimientos más referidos por la población.

En casi todos los casos, las dolencias fueron reportadas en mayor proporción por mujeres que por hombres. Los dolores de cabeza, por ejemplo, fueron declarados por 26,5 por ciento de las mujeres encuestadas, en contraste con apenas 13,8 por ciento de los varones.

Según un análisis realizado por la doctora Ileana Elena Castañeda Abascal, especialista de II Grado en Bioestadística y publicado este año en la Revista Cubana de Salud Pública, “las mujeres consumen de tres a cuatro veces más analgésicos que los hombres”.

La autora precisa, además, que ellas “utilizan en mayor medida los psicofármacos y se automedican con más frecuencia, como medidas para disminuir los malestares de la cotidianeidad y la depresión, sin tratar de actuar sobre los factores sociológicos y psicológicos que los producen”.

Un sondeo realizado al azar por SEMlac, entre 213 mujeres de 15 a 80 años, en la capital cubana, confirma la apreciación de esta experta. Entre las entrevistadas, 63,4 por ciento declaró tomar medicamentos por su cuenta –sin prescripción médica- y citaron entre los más empleados los analgésicos y los ansiolíticos o psicofármacos, en ese orden.

Los tres psicofármacos más empleados, según el sondeo, fueron el Clorodiazepóxido, el Diazepán y el Meprobamato.

Otras investigaciones apuntan que muchas mujeres ingieren medicamentos para atenuar síntomas de trastornos que la mayoría de las veces no pueden explicar.

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