En El Cerro, uno de los barrios más populares de La Habana, un nuevo salón de belleza combinará sus habituales servicios con la información y orientación para prevenir el VIH, virus causante del sida.
Es un lugar pequeño, modesto, recién reconstruido y equipado, cuyas estilistas han sido capacitadas para su doble función: la de promover el arreglo físico y la belleza femeninas y también una vida responsable y saludable frente al sida y las infecciones de transmisión sexual.
El proyecto es resultado del trabajo conjunto de varias organizaciones y entidades de la isla, como la Federación de Mujeres Cubanas, el Ministerio de Salud Pública y el Centro Nacional de Prevención de ITS/VIH/Sida, entre otras, y contó con el apoyo del sistema de Naciones Unidas y el aporte financiero de alrededor de 50.000 dólares de ONUSIDA y el Fondo Global contra el VIH/sida.
Además de los habituales servicios de belleza, el centro será lugar de referencia para el encuentro, orientación e información sobre la enfermedad y otros temas relativos a la equidad de género y la prevención de la violencia intrafamiliar.
Igualmente, aspira a convertirse en un enclave fuerte en el municipio del Cerro, cuarta localidad de incidencia de la enfermedad en la capital cubana, donde se concentra aproximadamente el 60 por ciento de la epidemia del país, precisó el viceministro de Salud, Gonzalo Estévez.
Aunque ellas no son mayoría entre las personas portadoras y la epidemia en Cuba sigue siendo fundamentalmente masculina, con preponderancia de los hombres que tienen sexo con otros hombres, el incremento de los casos en mujeres preocupa a especialistas y autoridades de la isla.
“Lo que podamos trasmitir a las mujeres es muy importante; ellas no son la mayoría entre los casos de sida, pero sí ha aumentado su presencia en las estadísticas de la epidemia”, opinó Estévez. “Algunas se infestan a partir de sus esposos y estos, a veces, de las relaciones con otros hombres, por lo que las mujeres adquieren el virus sin conocimiento de causa”, agregó.
Susan Mc Dade, representante de Naciones Unidas en Cuba, comentó a SEMlac que el nuevo centro será un lugar muy frecuentado por las mujeres más diversas, interesadas en embellecerse y sentirse mejor. “Ahora podrán encontrar también un espacio común para el intercambio sobre estos temas, para convertirse en un servicio social muy importante”, señaló.
Sucede que los hombres que hacen mayoría entre los portadores del VIH y tienen sexo con otros hombres también mantienen relaciones con sus novias y esposas, y así muchas veces pasa la infección a las mujeres heterosexuales. “Se incrementa el peligro porque ellas no lo saben“, explicó. “El fenómeno comienza en la población masculina, pero cuando cruza a la femenina es más difícil de controlar”.
Entre las condiciones que hacen muy vulnerables a las mujeres están sus características orgánicas, como la posibilidad de tener infecciones sexuales enmascaradas o no fácilmente detectables, que aumentan y facilitan el contagio de VIH. La idea es que, además de elevar su cultura e información, ellas puedan multiplicar esos mensajes en la familia y la comunidad.
Solicite el trabajo completo a semcuba@ceniai.inf.cu