Reportajes en la televisión, cuñas radiales y mensajes diversos en los medios de comunicación cubanos se enfocaron la tercera semana de octubre en la necesidad de hacer una detección temprana del cáncer de mama y ofrecer una terapia adecuada a las pacientes.
A propósito de celebrarse el 19 de octubre el Día Mundial de Lucha contra esa enfermedad, especialistas y autoridades de salud insistieron igualmente en aspectos jurídicos y asistenciales que deben tenerse en cuenta en la atención de esa patología, que el pasado año cobró la vida de 1.386 cubanas, de acuerdo con datos del Anuario Estadístico de Salud Pública, difundido en abril del presente año.
Con la celebración de la fecha se hizo coincidir un taller de mastología que sesionó en la ciudad de Matanzas, a poco más de 100 kilómetros de la capital cubana, escenario que reunió a expertos de la región occidental y central del país.
Jorge Soriano García, Jefe del Servicio de Oncología Clínica del Hospital Hermanos Ameijeiras, de La Habana, se refirió a la necesidad de lograr un buen entrenamiento por parte del personal que labora en equipos multidisciplinarios para atender el tumor maligno mamario e incentivar el diálogo profesional entre los oncólogos.
Asistentes al taller abogaron igualmente por una acertada comunicación entre médico y paciente, con vistas a brindar a las personas aquejadas por esa patología toda la información disponible sobre su estado, para que pueda decidir, rechazar o aceptar, según es su derecho, cualquier terapia sugerida por el especialista.
Después de las enfermedades del corazón, los tumores malignos son la segunda causa de muerte de la población cubana, seguida de las enfermedades cerebrovasculares, la influenza y neumonía y los accidentes; que en total concentraron 72 por ciento del total de las defunciones de 2011, según la citada fuente estadística.
Las enfermedades del corazón y los tumores malignos son las cusas que aportan la mayor pérdida de años de vida de la población cubana, alertan especialistas.
El cáncer de mama constituye la segunda causa de muerte por tumores malignos en la mujer, después del cáncer de tráquea, bronquios y pulmón, que presentan la mayor tasa de mortalidad. En los hombres, el cáncer de próstata ocupa el primer lugar. Estas tres patologías concentran 41,4 por ciento de las muertes por cáncer del país.
Considerada una enfermedad crónica a partir del desarrollo de terapias y cuidados exitosos, esa patología no significa siempre la muerte de quienes la padecen, aunque sí la intervención médica con diferentes consecuencias y secuelas físicas y psicológicas.
La extirpación local de la lesión de mamas constituyó el 2,5 por ciento de las operaciones mayores realizadas en hospitales generales y clínico quirúrgicos del país el pasado año, y el cuatro por ciento en un grupo de hospitales ginecobstétricos.
El cáncer de mama consiste en el crecimiento anormal y desordenado de las células de ese tejido que se dividen y crecen de una manera indebida y es la lesión maligna más frecuente en la mujer a nivel mundial, con un estimado de 16 por ciento de todos los cánceres femeninos. Actualmente constituye la segunda causa de muerte de mujeres a nivel mundial.
La oncóloga María Caridad Rubio Hernández, quien dirige el Programa Nacional de Cáncer de Mama en la isla, ha insistido en que el diagnóstico precoz resulta clave para el éxito del tratamiento.
Cada año se detectan en Cuba, como promedio, 2 200 mujeres con cáncer de mama, para quienes se trata de una primera localización de la enfermedad.
Rubio Hernández alertó en medios de prensa sobre las señales que pudieran indicar la posible presencia del tumor maligno en mamas y que las mujeres deben atender y vigilar.
Entre otros síntomas, se refirió a la falta de correspondencia en forma y tamaño de los senos, modificaciones de la piel, manchas rojas (eritema), nódulos o bultos anormales dentro del tejido mamario, inflamación de ganglios, descargas anormales por el pezón o reducción de su volumen.
«El autoexamen es recomendable desde que la mama comienza a desarrollarse. Después de los 30 años de edad debe consultarse al especialista anualmente, y a partir de los 50 y hasta los 64 se recomienda la realización de una mamografía cada dos años», advirtió la especialista.