Resaltar el trabajo de las mujeres emprendedoras cubanas, visibilizarlas y apoyarlas en el diseño y gestión de sus negocios mediante asesorías y capacitación, ha sido por una década una de las premisas del proyecto Cubaemprende.
La iniciativa, que surgió como idea del Arzobispado de La Habana en 2012 y desde entonces ofrece capacitación y acompañamiento al sector privado de la economía cubana, ha organizado acciones para celebrar su décimo aniversario, entre las cuales ellas son las protagonistas.
Con una significativa presencia de mujeres, han tenido lugar encuentros de graduados de sus talleres para acercarse a los servicios del proyecto e intercambiar experiencias sobre las realidades particulares de sus negocios y la Feria Expoemprendimiento 10mo aniversario, realizada los días 26 y 27 de mayo en la sede de Cubaemprende, en el Centro Cultural Padre Félix Varela, y el 24 de manera virtual.

“Mujeres emprendedoras, un camino de perseverancia y resiliencia” es otra de las propuestas de ese programa. Unas 12 instantáneas que muestran a mujeres realizadas en sus negocios conforman esta muestra fotográfica, inaugurada el pasado 20 de mayo.
Las imágenes, que pueden disfrutarse ahora en el perfil de Facebook de Cubaemprende, son retratos de 12 mujeres que han cursado el Taller Emprende y el proceso de asesoría especializado que brinda el proyecto, comentó a SEMlac Arlén Martínez Herrero, coordinadora de comunicación de Cubaemprende y socia de La Bombilla, una tienda taller que produce y comercializa artículos artesanales para el hogar.
“Quisimos fotografiar a las mujeres emprendedoras en sus negocios, que se viera su trabajo, lo que hacen, cómo lo hacen. Me gusta que se note que se sienten bien con sus emprendimientos. Por eso casi todas están sonriendo, felices”, dijo Ekaterina Ramírez, autora de la muestra y también egresada del Taller Emprende.
La joven de 35 años, informática de profesión, vio en la fotografía un pasatiempo que “ya se ha convertido en parte de mi trabajo. Ahora mismo hago más de fotografía y video que de informática”, apuntó.
“Cursé el último de los talleres, que se hizo online. Realmente se aprende mucho ahí. Me siento muy feliz de haberlo pasado. Al principio no sabía bien hasta dónde me sería útil, porque yo no tengo un negocio como tal establecido, mis trabajos son por encargo. Pero el taller Emprende siempre te enseña, aunque tú no tengas negocio”, refirió.
Con ella coincide Dayana Candita Crossier, impulsora de D´Seda, un grupo inclusivo de modelaje artístico donde todas las personas que quieran estar son bienvenidas, sin requisitos de apariencia física, asegura.
Ella siente que la asesoría y el apoyo recibido en Cubaemprende significó un cambió de 180 grados en su idea de negocio.
“Al principio yo tenía solo los conocimientos de modelaje y nada de administración ni contabilidad. Gracias a todas las herramientas que aprendí aquí, pudimos impulsarnos y encontrar la manera de ofrecerles trabajo a otras personas, no solo a los modelos, sino a todo un equipo”, comentó Dayana.

Ella es una de las emprendedoras retratadas en la exposición, junto a otras mujeres como Yulieta Hernández, de Pilares Construcciones.
Esta ingeniera civil es socia de una Mipyme de construcción, mantenimiento, reparación y rehabilitación de inmuebles. Pese a ser considerada una profesión esencialmente de hombres, dice que ha sabido ganarse el respeto de sus compañeros. Su emprendimiento apuesta por el reciclaje en función de una economía circular y facilita la formación en oficios de la construcción para personas desempleadas, explicó.
Integran la muestra, entre otras mujeres, Yislem Ávila Trujillo, fundadora de Plat ve, un proyecto agroecológico productor de plantas aromáticas, ornamentales y hortalizas, que utiliza materiales reciclados y productos amigables con el medio ambiente.
Asimismo, Leivis Mozón Linares, impulsora de Rústica, un estudio taller para la creación artesanal; Caridad Luisa Limonta, creadora de Proclé, un negocio familiar con 15 años de existencia, dedicado a la fabricación de confecciones textiles varias; la cosmetóloga Ágela Piney Roche, que inició su proyecto Angie Estilo mochila al hombro, a domicilio, al mismo tiempo que criaba a sus hijos pequeños; y Yarelys Herrera Díaz, de Sovi Juguetes, un emprendimiento familiar que brinda herramientas con madera, papel cerámica y tejidos, para el desarrollo y la educación en la primera infancia.
Ellas emprenden
Para Ekaterina Ramírez, retratar mujeres y resaltar su trabajo es muy necesario, en un mundo donde el potencial de ellas muchas veces queda opacado, dijo.
“Es difícil emprender siendo cualquier cosa, pero más mujer. Lleva mucho trabajo y, sobre todo, fuerza para no perder el empuje. Tener gente que te apoye. A veces te sientes mal, crees que no vas a llegar a ningún lado, y tener quien te diga: ‘sí, tú sí puedes’, es vital. Cubaemprende, de cierta forma, hace eso. Somos como una familia, nos apoyamos, nos relacionamos más como amigos que como personas en contacto por su negocio”, comentó.

Para Arlén Martínez Herrero esa es una de las fortalezas de Cubaemprende: crear una comunidad, un espacio de relación entre emprendedores.
“A nosotros nos interesa que las personas se conozcan, conecten, y lo hacemos a través de servicios de capacitación y asesoría empresarial. Pero no solo somos un centro de capacitación; nuestra función primera es crear espacios para conectar, porque creemos que en las redes y las conexiones está el crecimiento”, dijo.
Al taller Emprende acude variedad de personas y grupos etarios. “Desde quien ha cursado solo hasta el 9no grado al lado de un doctor universitario” apunta. “Precisamente, esa variedad permite una dinámica grupal que enriquece mucho el proceso de aprendizaje”, significó.
De acuerdo con Martínez Herrero, el mayor número de personas matriculadas son mujeres. “Creemos que se debe a que tienen menos prejuicios a la hora de decir que necesitan ayuda, más en temas empresariales”, consideró.
“Emprender es difícil, pero emprender siendo mujer es difícil por muchas cuestiones. Están las responsabilidades que normalmente cargamos en el hogar, junto a los estereotipos de género que prevalecen en la sociedad y que, a veces, te cierran puertas por ser mujer”, apuntó la comunicadora.
A la hora de buscar asesoría, ellas llegan con temores diversos, agregó. “Pero hay uno recurrente: no tener suficiente tiempo para la familia. Las mujeres nos recargamos con esa responsabilidad y muchas veces somos la columna del hogar. Entonces, cuando le empiezas a dedicar tiempo al negocio, sientes que le estás restando tiempo a lo otro”, relata.
A su juicio, es fundamental visibilizar el emprendimiento femenino y la labor de estas mujeres, pues la mayoría ha tenido que readaptar sus negocios a partir de la pandemia de covid. “Existían antes de la covid-19 y no pararon, fueron capaces de readaptarse. Por eso nos pareció que su esfuerzo debía ser conocido y compartido”, expresó.
En una década, el Taller Emprende suma más de 8.000 personas graduadas y unos 900 negocios se consolidaron con los servicios empresariales que brinda el proyecto.