Esfuerzos, fracasos, perseverancia, conocimiento, estudio, osadía, vocación, necesidad, oportunidad y éxito se mezclan en Emprendedoras, un libro que reúne testimonios de 33 cubanas de diferentes regiones del país que se abren paso y buscan su autonomía desde ocupaciones y oficios diversos en la Cuba actual.
El volumen, resultado del trabajo conjunto del Servicio de Noticias de la Mujer, (SEMlac), el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), fue presentado el pasado 16 de octubre en la capital cubana como parte del festival “Ellas crean”, que organiza la Consejería Cultural de la Embajada de España en Cuba.
“Este festival, dedicado a la cultura, las mujeres y la creatividad, es especialmente propicio y oportuno para abordar iniciativas desarrolladas en el ámbito del emprendimiento, el cuentapropismo y las nuevas actividades económicas, por mujeres que están poniendo en marcha sus propios proyectos”, expresó Francisco Montalbán, embajador de España en la isla.
Se inscribe, añadió, en una línea especial de trabajo de la cooperación española, de introducir de manera transversal la perspectiva de género y propiciar mayor equidad en las acciones económicas, sociales y culturales, así como en los proyectos que desarrolla.
El proceso de realización del libro conllevó varios esfuerzos, entre ellos encontrar una definición de emprendimiento que abordara la innovación, tanto desde lo público como lo privado, señaló Gemma García Oliva, responsable de Género de la Aecid.
“Además, implicó cruzar la línea de la economía tradicional, que involucra los flujos monetarios, para considerar también una economía que no está remunerada, generalmente se hace al interior de las casas y protagonizan mayoritariamente las mujeres”, agregó.
Ir más allá de lo visible y aparente e indagar en zonas pocas veces exploradas de la vida de estas mujeres fue la tarea que acometieron periodistas y fotógrafos, precisó la periodista Sara Más, corresponsal adjunta de SEMlac y editora del volumen.
¿Cómo llegan y deciden sus emprendimientos?, ¿parten de las mismas condiciones de las que parten los hombres?, ¿tienen ellas el mismo acceso, uso y control de los recursos?, ¿sigue siendo un punto de conflicto para ellas la conciliación laboral y familiar?, ¿puede ser esta una opción para otras mujeres?, ¿puede serlo para otras personas y mujeres de sus familias?
“A esas y otras preguntas responden las entrevistadas, cuyos relatos se acompañan de la reflexión y la mirada aguda de dos investigadoras, la economista Teresa Lara y la socióloga Dayma Echeverría, en una combinación complementaria de análisis académico e historias de vida reales”, agregó la corresponsal de SEMlac.
Para Lara, constituyó un gran reto y una experiencia novedosa poder enfocar el análisis de la situación económica y social cubana con la nueva mirada que propone la economía feminista, constatada en los relatos de cada entrevistada.
“Creo que es un libro hecho a mano, que nos permitió encontrarnos a nosotras mismas como emprendedoras, en un momento cubano especial, de cambios a veces mucho más profundos de lo que los percibimos, porque definitivamente están impactando nuestras vidas cotidianas y nuestras relaciones”, sostuvo Echevarría.
“Cada una de esas mujeres levantaron su emprendimiento con mucho esfuerzo, trabajando duro. Han sabido combinar capacidades y oportunidades, y ello implica muchas veces cambiar la vida que tenían para empezar otra completamente diferente”, opinó la periodista Dixie Edith, una de las entrevistadoras que participó en el proyecto.
Ello lo confirma Melvis Sarduy, igualmente periodista de profesión, pero devenida arrendadora de habitaciones para turistas, sobre todo, por un imperativo económico. Ello no ha sido obstáculo para ella, quien ha ganado autonomía económica con su nuevo trabajo, con el apoyo de sus hijos y parte de su familia, según relató Sarduy durante el breve intercambio que acompañó a la presentación del libro.
En tanto, la perseverancia y la superación constante han sido pilares para que Hilda Maricela Zulueta haya logrado avanzar mucho en su negocio como talabartera y abrir —al menos arrendado por ella— un local de venta para sus carteras Zulu, en el centro histórico de La Habana, algo que apenas era un deseo cuando fue entrevistada.
Muchas de las entrevistadas agradecieron también la oportunidad que el libro les brinda para contar estas historias, que son parte de su vida cotidiana y un sentido valioso para ellas, que así se sienten reconocidas en lo que hacen.