Intercooperación agropecuaria fomenta autonomía de las mujeres

Favorecer la autonomía e independencia económica de las mujeres es una de las acciones clave del proyecto Apoyo a la Intercooperación Agropecuaria (Apocoop), que desde 2015 ha trabajado en el fortalecimiento de la gestión de 47 cooperativas en cuatro localidades cubanas.

“Hemos sumado a mujeres que estaban en sus casas sin empleo, mediante la creación de nuevos puestos de trabajo en cada una de las líneas económicas e iniciativas de género, de acuerdo a las posibilidades de cada localidad”, precisó a SEMlac Marelis Montiel Fiallo, presidenta de la Asociación de Agricultores Pequeños (Anap) en el municipio Alquízar, provincia de Artemisa.

Coordinada por la Anap, con el apoyo de Oxfam y el financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, Apocoop desarrolló 22 alternativas económicas enfocadas en las necesidades de las mujeres, sus familias y comunidades.

Además de Artemisa, provincia vecina de la capital cubana, la iniciativa benefició a los municipios de El Salvador, en Guantánamo, a más de 900 kilómetros de La Habana; Manatí, en Las Tunas (más de 660 kilómetros) y Banao, en Sancti Spíritus, a más de 350 kilómetros de la capital.

Más de un centenar de mujeres se incorporaron a cargos de dirección en las juntas directivas de las 11 cooperativas vinculadas al proyecto y en las organizaciones de base de Alquízar, expuso como ejemplo Montiel Fiallo, durante un taller de sistematización de Apocoop realizado los días 17 y 18 de junio.

Muchas se han vinculado como socias de las cooperativas desde su condición de usufructuarias, propietarias, familiares de campesinos y trabajadoras.

Una de las iniciativas desarrolladas en Alquízar, por ejemplo, fue crear una florería en la Cooperativa de Créditos y Servicios José Antonio Echeverría que, además de cultivos varios, siembra flores.

“Las producciones de esas plantaciones tenían un destino muy restringido. Ahora, además de contar con un punto de venta en la propia cooperativa, ya podrán venderse próximamente también en un nuevo espacio de comercialización en el poblado”, informó Montiel Fiallo.

Con esa experiencia se crearon nuevos puestos de trabajo para mujeres, se dio salida a un producto que en determinados momentos quedaba estancado y se benefició la comunidad con nuevos servicios de arreglos florales de diverso tipo y la venta de flores naturales.

De un total de 304 nuevos empleos creados por Apocoop, 54,1 por ciento corresponde a mujeres, cuyas remuneraciones superan el salario promedio en el sector estatal.

Las variantes productivas han incluido producción de posturas en las casas de cultivo, nuevas “Tenemos un grupo de mujeres que ya no piensan como antes", asegura María de los Remedios Ríos Pérez, de Banao, Sancti Spíritus. Foto SEMlac Cubalavanderías, talleres de costura y artesanía, peluquerías-barberías, naves para la crianza de aves y viveros tecnificados, entre otras.

Dirigido al incremento de la seguridad alimentaria de una población de 160.000 personas, el proyecto se basó en el desarrollo de formas superiores de gestión cooperativa en el sector agropecuario cubano.

En esa línea fomenta la cooperación y prestación de servicios entre cooperativas en materia de preparación de la tierra, reparación de maquinarias, procesamiento y comercialización de productos agrícolas, desarrollo de redes de semillas, mecanización agrícola, gestión económica y del conocimiento, entre otras.

Como punto de partida, se identificaron también brechas de género que es necesario cambiar, como la poca visibilidad en los aportes de las mujeres a la economía familiar o de la cooperativa, la desvalorización del trabajo productivo, reproductivo y comunitario asumido por ellas y su dependencia económica, reforzada por la escasa de disponibilidad de empleos y servicios de apoyo a la familia.

Montiel Fiallo reconoce que entre los aspectos que más limitan la incorporación de las mujeres a las actividades agrícolas y cooperativistas está la falta de opciones para el cuidado de niños pequeños en las zonas rurales.

Otras mujeres aún necesitan cambiar, encontrarse a sí mismas, opina María de los Remedios Ríos Pérez, al frente de la organización de base de la Anap en la Cooperativa de Créditos y Servicios “Ramón Pando Ferrer”, en Banao, provincia de Sancti Spíritus.

Con 52 años de edad, De los Remedios tiene 30 años de experiencia en cooperativas y unos 20 en cargos de dirección. Ella confía plenamente en la influencia positiva que pueden ejercer las mujeres en otras mujeres y en colectivos de hombres también, en favor de los incrementos productivos y la producción de alimentos.

“El proyecto nos ha permitido visitar otras cooperativas del país e intercambiar experiencias. Todas no tenemos las mismas condiciones, pero sí podemos desarrollar iniciativas de acuerdo a las posibilidades de cada localidad y pensando en las necesidades de sus mujeres”, sostiene.

Entre los nuevos empleos creados para ellas en Banao están la producción de posturas en las casas de cultivo y la apertura de una lavandería, que igualmente ofrece servicios de apoyo a la familia, muy necesarios en la zona.

“Nuestras cooperativas son autónomas y en estas iniciativas se parte de un salario básico, que luego se incrementa con la estimulación, si se sobre cumple la meta establecida. Las mujeres se ven contentas, tienen deseos de seguir trabajando porque se benefician de sus resultados”, precisa.

El cambio se ha ido abriendo paso, opina. “Tenemos un grupo de mujeres que ya no piensan como antes, que han decidido salir a desenvolverse, a cumplir misiones y participar en tareas que antes no hacían”, resume.

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