La proyección nocturna en la televisión de la polémica cinta estadounidense Brokeback Mountain sirvió de antesala a la celebración cubana del Día Mundial contra la Homofobia y la Transfobia, el pasado 17 de mayo.
La película, dirigida por Ang Lee, cuenta la relación amorosa entre dos hombres y fue parte de la oferta cinematográfica sobre diversidad sexual que acompañó la jornada contra la homofobia en la isla desde la televisión y algunas salas cinematográficas.
Aunque Cuba celebra esta fecha desde el pasado año, es la primera vez que el programa abarca toda una semana, que tuvo como colofón una jornada de debate en el Pabellón Cuba, céntrico recinto ferial de la capital cubana.
La máster en Sexualidad Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que organizó las actividades, resaltó la importancia de que se sumen “la mayor cantidad de personas posibles a colaborar en estos empeños educativos, cuyo objetivo es hacer el bien”.
En la sesión teórica estuvo presente el presidente del Parlamento Cubano, Ricardo Alarcón, quien dijo a periodistas que la isla “ha avanzado en temas de diversidad sexual”, pero indicó que hay que seguir trabajando en ese camino de una manera coherente, adecuada, porque “estos temas han sido tabú y lo siguen siendo”.
Castro, por su parte, apuntó que los esfuerzos educativos y legislativos del centro que dirige van poco a poco, porque “las cosas que se quieren mucho se trabajan con cuidado y con mucha atención».
“Este es un momento muy importante para nosotros los cubanos y las cubanas, porque por primera vez nos reunimos de esta manera para hablar a profundidad y sobre base científica sobre estas realidades”, dijo la directora del Cenesex.
Castro también aseguró que Cuba va a mantener de forma permanente las actividades contra la homofobia durante todo el año, “para reflexionar, dialogar, esclarecer dudas y superar prejuicios”.
A la cita también asistieron varios Premios Nacionales de Literatura, como Antón Arrufat, Reynaldo Gónzalez y Grazziela Pogolotti, quienes presenciaron los paneles sobre identidad gay, lesbianismo, transgénero y homofobia.
La jornada incluyó espectáculos artísticos, presentación de libros, revistas y lecturas de poesías; la creación del Cine Club Diferente y un espectáculo artístico nocturno, con la participación de travestis, en la sala teatro Astral.
Especialmente interesantes resultaron los paneles teóricos, que devinieron escenario de reflexión y diálogo frente al problema de la homofobia.
En busca de espacios
El doctor Alberto Roque, colaborador del proyecto de Diversidad Sexual del Cenesex, hizo un recorrido por los espacios donde se manifiesta la homofobia en la isla, desde su experiencia personal y de haber trabajado cuatro años en el centro.
Así mencionó a la familia y la escuela como dos ambientes sociales a los que se debe prestar especial atención por ser, en muchas ocasiones “canalizadores de homofobia”.
Igualmente, Roque se refirió a la necesidad de espacios de recreación e intercambio para las personas homosexuales, pero consideró que “deben ser inclusivos y que coexistan personas de diferentes orientaciones sexuales”.
“Debemos ser cuidadosos en que el reclamo de tener sitios de encuentro para personas únicamente homosexuales se convierta en una especie de gueto y logremos con esto un mayor aislamiento social y hacerle el juego a la homofobia”, precisó.
Roque también llamó “a que se revise la manera en que las fuerzas del orden asedian a las personas homosexuales, únicamente por tener ‘apariencia gay’ o por vestirse ‘raro’”.
“Nuestro código penal no incluye la homosexualidad como figura delictiva y se hace necesario que todos conozcamos los derechos ciudadanos amparados por la Ley”, dijo.
Durante el debate posterior a los paneles, Mariela Castro precisó que “la policía es parte de la población cubana y por eso no está preparada para tratar estos temas”.
La sociedad está despertando y tenemos que trabajar más fuertemente con los efectivos de la policía para que se conozcan las leyes, argumentó Castro.
La directora del Cenesex explicó que desde 2004 se trabaja en la capacitación de las fuerzas del orden y aseguró que existe un espacio de cooperación con ellos.
Amor entre mujeres
“Si la homosexualidad masculina ha sido objeto de múltiples expresiones de discriminación, ocultamiento, negación, exclusión y segregación en la cultura judeocristiana de occidente, el lesbianismo lo ha sido aún más”, aseveró la doctora Isabel Moya, directora de la Editorial de la Mujer.
Para Moya, las causas de esa realidad pueden ser explicadas a partir de los postulados de género.
“Cuando una mujer comparte una de las condiciones que sitúan al varón en una de las categorías inferiores en la escala jerárquica que existe entre hombres, se le agrega una discriminación por ser mujer”, explicó, citando un artículo de la especialista Alda Facio, publicado en la revista Mujeres.
En el mismo panel, Elizabeth Cabrera, estudiante de Sociología, desmitificó algunos tabúes en relación con las lesbianas.
“A veces se dice que queremos renunciar a la maternidad, pero ser lesbiana no significa dejar de ser madre. Se ha idealizado tanto la maternidad que no puede pensarse en una lesbiana que ama a su hijo como lo hace una mujer heterosexual”, argumentó Cabrera.
La futura socióloga, protagonista de la primera boda entre personas del mismo sexo que es apoyada por una institución en Cuba, el Cenesex, también explicó que ser lesbiana no significa ser una mujer masculinizada y que la orientación sexual no tiene por qué influir en la educación de los hijos.
Las personas homosexuales “tenemos padres heterosexuales”, precisó. “Además, la homosexualidad no se enseña, no se aprende, ni se contagia”.
Durante la jornada matutina también se habló de los espacios que se han ido ganando a favor de homosexuales, travestis y transexuales.
La psicóloga Norma Guillard, vice-presidenta de la Sección de Diversidad Sexual, de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria de Estudios de la Sexualidad (SOCUMES), explicó cómo trabaja el proyecto Oremi, vocablo que en lucumí significa amistad, y que reúne a lesbianas en el Cenesex.
También se conoció que desde 2000 unos 75 trasvestis se han formado como promotores de VIH/sida en Ciudad de La Habana y esa labor se extiende a otras provincias.
Igualmente, un transexual y dos travestis estudian en la Universidad de La Habana y otros muchos se han integrado a escuelas y cursos de superación integral.
“Se hizo un curso de imagen social en 2005 y algunos se han graduado de peluqueros”, precisó Zilina, perteneciente al Proyecto contra VIH/sida entre travestis.
Olivia Lanz, transgénero, graduada de promotora de salud en el Cenesex, explicó que esas acciones permitían demostrar “que nosotras también somos importantes”.
“Observo con satisfacción que la sociedad cubana se está abriendo a respetarnos y me siento muy dichosa de estar aquí”, completó.
En esa misma línea, el matancero Danilo Rivera, en medio de aplausos sostenidos, agradeció lo que se está haciendo por acoger al homosexual como ser humano, “porque tenemos esta oportunidad y reclamamos un espacio que es reclamar un lugar de felicidad, sencillamente”.