Montevideo, octubre (SEMlac).- En ocasión de una nueva celebración del mes de la diversidad sexual, en septiembre, Uruguay comenzó a implementar medidas afirmativas para equiparar derechos, discute un proyecto de matrimonio igualitario y continúa generando espacios de debate académico sobre la temática.
Del 25 al 27 de septiembre se realizó el V seminario académico sobre género y diversidad sexual, organizado por el área académica (queer) de la facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de la República.
Y el 28, como todos los años, se efectuó la Marcha por la Diversidad, este año bajo el lema «De las palabras a los hechos. Libres e iguales en dignidad y derechos». La convocatoria reúne en cada ocasión a más personas, convirtiéndose en una de las marchas más multitudinarias del año.
Estas celebraciones encuentran al país discutiendo sobre políticas que permitan equiparar derechos. Por un lado, el Ministerio de Desarrollo Social organizó este mes un seminario titulado «Transforma», que puso en debate la necesidad de políticas afirmativas para la diversidad sexual.
Fundamentalmente, se planea otorgar a la población trans la tarjeta de transferencia económica para personas en situación de vulnerabilidad (Tarjeta Uruguay Social), profundizando una política que, hasta ahora, solo se aplicaba a personas con hijos menores de 18 años a cargo.
Pensar en la población trans como objeto de una política focalizada de transferencia implica ampliar la mirada sobre cuáles son los elementos que pueden generar vulnerabilidad social, dando cuenta no sólo de la exclusión económica, sino también de derechos, sostiene la dirección ministerial.
Al amparo de la misma ley
Por otro lado, el parlamento discute actualmente un proyecto de matrimonio igualitario, redactado por Michelle Suárez, abogada trans que integra el colectivo Ovejas Negras.
Al comparecer ante el parlamento, el ministro de educación, Ricardo Ehrlich, explicó ante la comisión de Constitución y Códigos que el matrimonio igualitario demandará cambios para que «haya una sola institución que ampare a todos».
En la sesión, el diputado Gustavo Cersócimo, integrante del partido Colorado, planteó al ministro que «no se trata solamente del derecho de los adultos de contraer matrimonio con personas del mismo sexo, sino que se debe tener en cuenta a los niños».
¿Iguales?
El debate de fondo, sobre la «normalidad» o no del involucramiento afectivo entre personas del mismo sexo, y su derecho a formar familias, se enmarca además en varios acontecimientos de los últimos meses.
Uno de ellos fue el de las polémicas declaraciones de quien asumiría como rectora de la privada Universidad de Montevideo. En un discurso previo a esa asunción como rectora (que finalmente no se concretó), calificó a la homosexualidad de anomalía y dio a entender que se tomaba en cuenta para la contratación de personal docente la orientación sexual de las personas.
El impacto fue inmediato y las respuestas contundentes, desde las organizaciones, al punto que se inició una investigación para determinar si violentaba la ley antidiscriminación existente, causa que más tarde fue archivada. Finalmente, la Universidad decidió no confirmar a la integrante del Opus Dei para la asunción del cargo de rectora.
Lo que hace falta
El dictamen de una jueza que concedió la adopción de una niña a una pareja de mujeres marcó también un precedente.
El caso, paradigmático en la lucha por la igualdad de derechos en los terrenos familiares, fue resuelto por una jueza de Familia, quien consideró que la mujer a la cual se concedió la adopción «le brinda el afecto y los cuidados de verdadera hija, la atiende con cariño satisfaciéndole todas las necesidades materiales y espirituales, siendo un ambiente adecuado y de felicidad».
El fallo judicial también señala que la mujer cumple con los requisitos previstos en la ley, en este caso, «tener más de cuatro años de convivencia con la madre natural», siendo que la niña desde su nacimiento ha estado bajo la guarda de su madre.
En definitiva, el fallo da cuenta de que tener lo que hace falta para la crianza no es patrimonio heterosexual, ni mucho menos.
NO APRUEBO ESTE PROYECTO. PARA MI TODO LO QUE ES CONTRANATURAL , ES INMORAL EN ESTE SENTIDO.
EN CUANTO A LA ADOPCION DE MENORES. QUISIERA CRIAR MIS HIJOS MUY ALEJADO DE TODO ESTE FENOMENO DE DIVERSIDAD O «TER.-GIVERSIDAD SEXUAL».
ESTAMOS TERGIVERSANDO LOS DERECHOS DE GENERO, CON VALORES ETICOS Y MORALES CONTRANATURALES A LA LEY DE LOS HOMBRES.