Periodista y activista por los derechos de la Diversidad Sexual en Cuba.
Autor de la bitácora, Paquito el de Cuba.
La noticia que puso en entredicho al reciente Censo de Población y Vivienda en Cuba, por su carácter homofóbico y discriminatorio, la ofreció un joven periodista en su blog, nada más y nada menos que desde Sagua la Grande, una antigua ciudad industrial venida a menos al norte de la central provincia de Villa Clara.
Maykel González Vivero, de la radio municipal saguera, publicó en su bitácora El Nictálope la imagen del manual de los enumeradores de esa investigación social, donde era posible ver un tachón a mano que excluía la posibilidad de contar a las parejas homosexuales e indicaba al margen que estas debían «ser de sexo diferente».
El hecho demostró que eran ciertas las alertas y denuncias que desde hacía casi un año realizaban integrantes de la comunidad LGBT en sus blogs y en las redes sociales de Internet sobre presuntos prejuicios alrededor de la organización del Censo, que lamentablemente esta vez no pudieron ser resueltos a tiempo, a pesar de que contradecían la política expresa del Partido Comunista de Cuba de enfrentar la discriminación por cualquier motivo, incluyendo la orientación sexual.
Ello desató, aunque de forma limitada, acciones concretas de los activistas por los derechos sexuales, con una repercusión en los medios de comunicación internacionales que no pudo pasar inadvertida para los decisores en Cuba.
Aunque la mayoría de las personas transgéneros, homosexuales y bisexuales todavía no tuvieron toda la información sobre lo que sucedía, por no lograr esta polémica trascender hacia la prensa nacional, sí hubo un impacto entre activistas y sectores de opinión de la intelectualidad y los profesionales, que puso en solfa a los organizadores del Censo.
Incluso no faltaron algunas reacciones de resistencia educativa ante los encuestadores, en la mayoría jóvenes que por primera vez tal vez conocieron sobre la homofobia a partir de los gestos o las explicaciones que recibieron de varias de sus «víctimas», al momento de visitar sus hogares.
En no pocos casos estas muchachas y muchachos, estudiantes de la enseñanza técnica y universitaria, entendieron y mostraron su solidaridad y discrepancia con la incongruente medida de no reflejar en el levantamiento censal el estado civil de las parejas no heterosexuales.
Sirva este ejemplo, que no es el único ni el primero, y tampoco será el último, para poner evidencia lo que ya es un hecho en el país: a pesar de las severas restricciones tecnológicas para el acceso masivo a Internet, el activismo LGBT encontró ya en la blogosfera cubana un lugar para expresar sus opiniones, y mucho más que eso, para coordinar acciones en un grado incipiente que permitan llamar la atención sobre los problemas que todavía enfrenta este sector poblacional.
Porque la clave del uso del ciberespacio en función del activismo es precisamente la facilidad que ofrece para el conocimiento recíproco entre personas con similares intereses, y su movilización en función de llevar a cabo tareas concretas que den visibilidad a su causa FUERA de Internet, en la vida real y cotidiana.
O sea, la blogosfera y las redes funcionan como un reflejo y a la vez un catalizador de ese debate sobre el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género que tiene lugar en la sociedad cubana, a partir de la iniciativa de múltiples instituciones, organizaciones, grupos formales e informales de personas, como parte de una toma de conciencia cultural y política, y de un aprendizaje científico acerca de la pertinencia y naturalidad de la diversidad de expresiones de la sexualidad.
En particular para la población LGBT este espacio digital cobra entonces cada día mayor relevancia, por las deficiencias que todavía exhiben los medios de comunicación masiva tradicionales en el abordaje del tema.
Al respecto, una reciente tesis de licenciatura de una graduada en Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, concluyó que «ha habido una carencia de los géneros investigativos con mayor profundidad, que visibilicen historias de vida tanto de homosexuales, heterosexuales y bisexuales, así como de personas trans».
La autora, Annet Martínez Hernández, explicaba en su trabajo La diversidad sexual y los medios de comunicación en Cuba «la carencia de voz propia» de estos grupos, y «la falta de historias de vida de transexuales, intersexuales, homosexuales, como grupo social humano de importancia y de emergencia nacional e internacional».
Apuntaba además que «en pocas ocasiones se entrevistan a homosexuales, travestis, transexuales» y como en el abordaje de las categorías discriminación, diversidad, derecho y homofobia, no existe implicación con la problemática y las percepciones de primera mano desde lo diverso.
«Se sigue visibilizando la posición que tienen las instituciones y a aquellas personas que desde lo sexológico, lo psicológico, se han erigido como fuentes ya establecidas para hablar de estos temas», criticaba la tesis.
Por ese motivo, la blogosfera cubana comienza a trascender también casi como la única vía hasta el momento para el auto reconocimiento público de personas que asumen sin complejos ni tapujos su orientación sexual o identidad de género no hegemónica, lo cual se transforma no solo en un modo de liberación individual, sino también en una suerte de militancia, compromiso y liderazgo.
Así, mediante una participación primero espontánea y progresivamente más coordinada, medios alternativos como los sitios institucionales y de los grupos de activistas, los blogs personales y las redes sociales, las ediciones digitales de algunas publicaciones nacionales y provinciales, los boletines electrónicos y otras vías informáticas en Internet o en la intranet, se han convertido en un eslabón clave para educar, informar y polemizar sobre derechos sexuales y otros temas relativos a la lucha contra la homofobia, con la participación de un segmento no despreciable de cubanas y cubanos, fundamentalmente jóvenes.
En ese contexto, ha resultado esencial el trabajo en varios sitios web institucionales, la blogosfera y las redes sociales donde intervienen activistas y otros aliados, a través de informaciones y declaraciones exclusivas para los medios digitales e internet, la denuncia y seguimiento de casos puntuales de discriminación por homofobia en distintos ámbitos de la práctica social y la participación en polémicas sobre el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género en las ediciones digitales de los medios de prensa nacionales.
Existen más de una docena de sitios, blog, boletines electrónicos y páginas que de una u otra forma abordan esta temática desde Cuba con regularidad, junto con otros medios digitales que la tratan eventualmente, donde participan miembros de la comunidad LGBT del país con acceso a las redes.
No obstante resulta característico en este universo en expansión que las limitaciones en el acceso y otras decisiones individuales o de las instituciones, hacen que algunas de estas alternativas languidezcan con el tiempo, aunque también surgen otras que les dan continuidad, incluso con una mayor participación desde las provincias y ciudades del país fuera de la capital.
Por citar solo dos ejemplos, habría que reconocer el significativo papel de los sitios digitales y blogs asociados a la labor del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), institución que lidera los empeños oficiales del Estado en función del respeto a los derechos sexuales, o del emergente Proyecto Arcoíris, a partir de un pequeño grupo de activistas independientes que conformaron ya una página para el grupo, junto con el boletín electrónico de noticias Ahí te va, además de las bitácoras personales de varios de sus integrantes.
En todos estos espacios escriben o comentan también, por cierto, activistas y personas heterosexuales que comparten y apoyan ese respeto a la diversidad sexual, y además por supuesto, quienes desgraciadamente no quieren todavía reconocer —o desean coartar— el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género.
Entre las pugnas o líneas temáticas más relevantes que encontraron su espacio de discusión en la red de redes, con amplia participación e impacto en acciones concretas, podemos citar varios ejes centrales:
• Política exterior de Cuba en relación con los derechos sexuales a partir del seguimiento discrepante o de apoyo al voto de la Cancillería en los órganos de Naciones Unidas, fundamentalmente en la Asamblea General y el Consejo de Derechos Humanos.
Este debate permitió un diálogo inédito entre activistas de la comunidad LGBT con el Ministro de Relaciones Exteriores, y una modificación de la postura diplomática en correspondencia con la política interna del país.
• Declaraciones y comentarios de las redes sociales y activistas sobre el debate político acerca de la discriminación en el seno de la Primera Conferencia del Partido, y divulgación y defensa de la política aprobada para enfrentar el problema.
• Pronunciamientos sobre la necesidad de acelerar el análisis en el Parlamento de un proyecto de ley para un nuevo Código de Familia que daría respaldo jurídico a las parejas homosexuales, y el seguimiento sistemático de la situación de esta propuesta legislativa.
• Visibilidad y movilización para la presencia de representantes de la comunidad LGBT en actos, desfiles, las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y otras actividades masivas que organiza el país, así como la generación de iniciativas propias de los activistas con igual propósito, que van desde el ascenso al Pico Turquino con la bandera del arcoíris hasta una besada pública, entre otras.
• Alertas, denuncias y propuestas sobre problemas puntuales que enfrentan las personas LGBT, como resultado de los prejuicios culturales y la discriminación todavía presentes, ya sea en conflictos por actuaciones inadecuadas de miembros de la Policía, casos de homofobia en distintos ámbitos de la vida social como en el entorno laboral, estudiantil y hasta familiar, más la promoción y defensa de la existencia de espacios propios de recreación y esparcimiento, privados o institucionales.
• Monitoreo y crítica de expresiones homofóbicas o censuras a las expresiones de la diversidad sexual en los medios de comunicación masiva, de manera independiente o mediante una concertación entre activistas para comentar y ofrecer argumentos en las páginas digitales que así lo permiten.
Es previsible, además, que este horizonte cibernético para la educación y el debate sobre los derechos sexuales sea cada vez mayor en la medida que Cuba logre ampliar el acceso a Internet de su ciudadanía.
La polémica digital acerca de la diversidad sexual posiblemente podrá llegar a ser entonces más encarnizada incluso, al incorporar en ella a otros grupos poblacionales con diferentes posiciones sociales e ideológicas y distintos niveles de instrucción que hoy casi no intervienen en estos espacios.
Pero también habrá así mejores opciones para el empoderamiento, identificación y actuación de la comunidad LGBT en la Isla, lo cual redundará, sin dudas, en una ganancia final para el cambio cultural y definitivo que tanto necesita Cuba en su lucha contra de cualquier manifestación de homofobia y discriminación.
ACA EN VENEZUELA SE LUCHA X LA APROBACION DE LA LEY DE DIVERCIDAD PARA PODER CONTRAER NUPCIAS, PIENSO Q EL SER HUMANO DEBE SER RESPETADO X LO Q ES SIN DISCRIMINARLO X NADA YA HASTA LA CONSTITUCION DE NUESTRA REPUBLICA CONTIENE UN ARTICULO Q LOS PROTEGE PERO FALTA AUN MAS