Desconocimiento, mitos y prejuicios afectan la salud sexual de mujeres lesbianas y bisexuales en Cuba, opinan activistas y especialistas en la nación del Caribe. «Existen muchos mitos que afectan nuestra salud sexual. La población en general, e incluso muchas mujeres lesbianas y bisexuales, tienen la idea de que las lesbianas y bisexuales estamos exentas de enfermarnos, que no corremos ningún riesgo de adquirir una infección de transmisión sexual (ITS). Pero esto es falso», afirma Idalia Rivero Alarcón.
La coordinadora de la red de mujeres lesbianas y bisexuales en Bayamo, ciudad a 666 kilómetros de La Habana, compartió experiencias y preocupaciones con un centenar de activistas lesbianas y bisexuales reunidas en el sexto Taller nacional de la Red de mujeres lesbianas y bisexuales.
El encuentro, celebrado en la capital cubana del 14 al 16 de noviembre, dedicó sus sesiones al intercambio sobre derechos sexuales, salud sexual y reproductiva, la violencia machista y los fundamentalismos religiosos.
Durante la sesión dedicada a la salud sexual y reproductiva, las activistas compartieron sus experiencias en relación con los mitos y prejuicios que vivencian en los servicios de salud, específicamente los ginecológicos. Esta realidad pone en evidencia el poco conocimiento sobre la salud de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans en el país.
Otras dificultades emergen desde las prácticas sexuales. Entre los factores de riesgo que incrementan la vulnerabilidad social del grupo se encuentran la falta de protección en las relaciones sexuales, unido al cambio frecuente de pareja y el empleo de juguetes sexuales, el sexo trans transaccional y la baja autoestima.
«A veces no se tiene conciencia sobre los riesgos que enfrentamos las mujeres lesbianas. Por eso es tan importante que avancemos en el uso del condón durante las relaciones sexuales y, específicamente, como barrera en el sexo oral», expuso Rivero Alarcón durante el debate.
La activista defiende el conocimiento como aliado principal para prevenir todo tipo de enfermedades e infecciones de transmisión sexual (ITS). Por eso compartió con sus compañeras la experiencia de su grupo en la promoción de salud sexual.
El plegable «Salud sexual de las mujeres. Bienestar físico y mental», editado en Bayamo, comparte información sobre orientación sexual, prácticas sexuales por las que puede contraerse alguna ITS y métodos de protección durante las relaciones sexuales.
El material está dirigido, principalmente, a las mujeres lesbianas y bisexuales de la provincia, pero también apunta a otro actor clave en el bienestar y salud sexual de este grupo poblacional: el personal médico.
Desde La Habana, Argelia Fellove también ha lidiado con las malas prácticas médicas y sabe de las necesidades del sistema de salud en este campo.
«Necesitamos intercambiar más con el personal de salud y en particular con especialistas de ginecología y obstetricia, pues muchas de nosotras vivenciamos prejuicios y estigma en las consultas», expuso la activista.
Si bien las activistas reconocen que no existen diferencias cuando asisten a servicios generales, abogan por prácticas ginecológicas más amigables con las mujeres lesbianas y trans, fundadas en el conocimiento de sus particularidades como grupo poblacional.
La doctora Miriam Valdés Tejo, directora del Centro de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades (ProSalud), reconoció los avances en materia de acceso universal y gratuito del sistema de salud pública cubano, a la vez que insistió en fortalecer los vínculos con la población de mujeres lesbianas, bisexuales y trans.
«Agradecemos mucho estos encuentros porque aprendemos mucho. Nadie mejor que ustedes para hablar de estos temas y ayudarnos a avanzar en la prevención de las ITS y el VIH», afirmó Valdés Tejo.