Cuba: Redes sociales LGBTH trazan estrategias comunes

La Habana, abril (SEMlac).- Las redes sociales que agrupa el institucional Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) acordaron trabajar por objetivos afines a todas las identidades y grupos que participan en el activismo por el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género.

«Siempre creímos necesario confluir, superar las diferencias de enfoque, las maneras de percibir la diversidad sexual y nuestras percepciones sobre otros derechos», aseguró el doctor Alberto Roque, coordinador de las redes del Cenesex.

Este sería un primer paso para conformar estrategias de conjunto en espacios como la abogacía, para la incidencia política por los derechos a la libre orientación sexual e identidad de género de todas las personas, desde el activismo de gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros y heterosexuales, agregó Roque, quien coordina el grupo Hombres por la Diversidad (HxD).

Con el tema «Discriminación por orientación sexual e identidad de género, su internalización», el encuentro de las redes sociales del Cenesex, el 23 de marzo, propició el intercambio entre representantes de los cuatro grupos convocados por esa institución.

El acceso a información sobre sexualidad basada en el conocimiento científico forma parte de los derechos sexuales, señaló Francisco Rodríguez Cruz, autor del blog Paquito el de Cuba, quien propuso reconocer la diversidad interna del movimiento, que incluye a personas lesbianas, gays, bi, trans y heteresoxuales en la isla y la unidad que representa la lucha contra la discriminación.

El conocido bloguero y miembro de HxD se cuestionó el valor positivo y negativo de las etiquetas dentro del movimiento y llamó la atención sobre su mercantilización, la posibilidad de asociación y defensa de intereses comunes que facilitan estas nominaciones y, en especial, las distintas posiciones que al interior de la sociedad patriarcal ocupan homosexuales varones, lesbianas, personas trans, etc.

«El activismo LGBT pasa también por la disposición de leyes y propuestas jurídicas que no son iguales para todas las realidades y esto hace que unos grupos estén en posiciones más ventajosas que otros», alertó.

Por ejemplo, el poder hegemónico heterosexual puede conceder determinadas prerrogativas a los hombres gays y no así a las mujeres o a las personas trans, quienes siguen siendo las más discriminadas en el mundo y en Cuba. «Por eso tenemos que ser capaces de articular propuestas que cubran todas las discriminaciones y que satisfagan las necesidades de todos y todas, lo cual es bien complicado», reflexionó Paquito.

Argelia Redobé Hernández, del grupo OREMI de mujeres lesbianas y bisexuales, aludió a los prejuicios y las discriminaciones generadas por los estereotipos relacionados con la expresión de la sexualidad y los roles de género.

«Algunas lesbianas y bisexuales hemos vivido en un closet desgavetado y sin puertas, durante mucho tiempo. Muchas aún llevamos un pedacito de closet dentro y discriminamos a nuestras iguales por su apariencia, su posición social o su nivel intelectual», reflexionó.

Redobé recordó que, aun siendo lesbiana, no le gustaba relacionarse con las «más duras» pensando que «se vería mal». «Esto muchas veces ocurre en el grupo y, sin darnos cuenta, podemos aislar o apartar a alguna que realmente se sienta identificada y tenga interés en participar», refirió Redobé, para quien la discriminación por orientación sexual, en el caso de las lesbianas, se refuerza por su condición de mujeres y, en no pocos casos, de mujer negra.

La doble y triple discriminación también afecta a muchas personas transgénero, pertenecientes a las expresiones de la sexualidad e identidades que más transgreden el orden patriarcal, en consideración de especialistas y activistas.

Malú Can, principal facilitadora del grupo Trans Cuba, dijo que la exclusión de las personas trans del sistema de enseñanza tradicional ha agudizado la estigmatización de transexuales y travestis, incluso dentro del propio movimiento de la diversidad sexual.

«A muchas nos rechazan por considerar que somos vulgares, buenas para espectáculos y para bailar, aunque hoy varias de nosotras han logrado llegar a la universidad o continuar estudios», subrayó.

Con una amplia experiencia en el trabajo con personas trans, Malú considera que resulta fundamental la unión y el debate sobre las diferentes realidades para poder limar las posibles asperezas entre los distintos grupos.

«Quizás muchos creen que abandonamos la escuela porque no nos gusta o no tenemos las capacidades, pero es la sociedad la que nos frena al no aceptarnos como somos. Ese rechazo crea una actitud de siempre estar a la defensiva, incluso con otros grupos de la diversidad sexual. También se piensa que, para ser un travesti o transexual, hay que estar siempre a la moda y maquillada las 24 horas, cuando no es así. Creo que lo que necesitamos es una mirada diferente y más respetuosa de nosotros mismos», sostuvo Malú.

La red de Jóvenes por la Diversidad se acerca justamente al espacio universitario, ámbito en el que perviven estigmas y expresiones de discriminación que afectan a muchas personas.

Dairon Carrete Díaz, estudiante de Psicología en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona y miembro de la red, acentuó lo discriminatorio del silencio en la cadena educativa, que «no incluye realidades y expresiones de la sexualidad fuera de la orientación heterosexual».

«El sistema de educación cubano educa para la heterosexualidad y deja fuera a quien no encaje en esta norma o modelo», argumentó Carrete. «La universidad es, para muchos de nosotros, el espacio donde podemos salir del closet, pero esto no ocurre en todas las carreras; las facultades técnicas continúan siendo espacios donde es mucho más cruda la discriminación».

Para cambiar esas realidades sería fundamental garantizar el acceso al contexto universitario: «llegar con nuestras propuestas y activismo allí donde conviven las y los jóvenes. El contacto persona a persona es fundamental para romper con la discriminación; el desconocimiento es lo que en mayor medida produce la estigmatización», afirmó.

Como una manera de luchar contra la homofobia internalizada, Luis Enrique Mederos, de HxD, propuso realizar activismo y acciones hacia dentro del propio movimiento.

Por su parte, Paquito llamó a cultivar la autocrítica; ser auténticos, flexibles en análisis y actitudes, y ser empáticos. «Se trata de que seamos generosos, pensemos en los motivos de algunas reacciones y no afirmemos a priori que nos quieren hacer daño; que queramos aprender del otro y hagamos cosas juntos. Todo lo que podamos hacer para conocernos y mostrarnos a la sociedad de una manera armónica y con objetivos comunes será beneficioso», concluyó.

Con una frecuencia bimensual, estos encuentros auguran mayor cohesión del movimiento LGBTH cubano, en especial de las redes sociales que se reúnen en el Cenesex, institución gubernamental que lidera la lucha por los derechos sexuales y humanos de las personas homosexuales, bisexuales y transgéneros en Cuba.

1 comentario

  1. Va a ser difedcil que esto ocurra en cdauid real.Por supuestedsimo hay que respetar a todas aquellas personas que no quieran mostrar lo que sienten por otra persona al mundo, creo que todos tenemos el drecho a que se nos respete y la obligacif3n de respetar al otro, valga la redundancia.La gente estamos acostumbrados a mostrarnos en lugares donde no se nos conozca, pero creo que deberedamos tener una conciencia social y luchar un poco aunque sea por la gente que viene detre1s de nosotros para que lo tenga me1s fe1cil.Son las personas que se este1n formando ahora y la que nos liderare1 en un futuro, los futuros abogados, me9dicos, etc.No hace falta mostrarse pfablicamente si no lo deseas, el secreto es ir poniendo nuestra pequef1a semilla en el otro para que pueda tener una buena ensef1anza de entender al otro, respetarlo.(a nuestros sobrinos, primos pequef1os, a nuestros hijos), porque parece mentira pero nuestro comportamiento a veces hace mella en los deme1s sin darnos cuenta incluso.Cada uno que decida.Un beso.

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