Prevención tras bambalinas

Por Dixie Edith

Su vestuario y maquillaje no dejan ni el más mínimo detalle a la improvisación. Tampoco descuida sus movimientos en el escenario, ni el doblaje de las canciones. Cuando Boris Figini Díaz debutó como transformista, lo asumió con la misma responsabilidad con que ha enfrentado el resto de su vida.
Quizás por eso, con apenas un año de entrenamiento sobre las tablas, se alzó con el tercer lugar del Festival Transarte, un espacio competitivo para travestis y transformistas, que desde 2007 se celebra cada año en Pinar del Río, la más occidental de las provincias cubanas, a más de 160 kilómetros de la ciudad de La Habana. Figini llegó al transformismo a través de Miguel Ángel Sarmiento, la conocida Samandra de las noches pinareñas. Él le pidió que se dejara maquillar para ver qué imagen proyectaba.
Entonces otro pinareño, Reemberto Rico, director artístico de Transarte y premio Nacional de la Radio 2009, le puso la cota más alta. “La imagen dice mucho, pero falta la actuación”, le dijo.
“Él no me concebía actuando porque, hasta ese momento, mi relación con los escenarios solo había sido como productor en Estación XY, una peña cultural educativa que el propio Rico dirige en la Casa de Promociones Musicales La Sitiera de esta ciudad”, confesó este transformista.
Finalmente, Figini aceptó probar y el intento funcionó muy bien desde el principio. “Desde entonces nació Samira y empecé a actuar en Estación XY. Al Transarte de 2009 llevé la canción ‘No llores por mí, Argentina’”, detalló a SEMlac.
«No llores por mi Argentina»… es la canción más conocida del musical Evita, creado en 1978 por los estadounidenses Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, y representa un emotivo discurso de Evita Perón en el balcón de la Casa Rosada, en Buenos Aires, Argentina, al ganar Juan Domingo Perón las elecciones presidenciales de 1946.
El tema ha sido interpretado en sus muchas versiones, en distintos idiomas, destacando las de Nacha Guevara, Madonna, Sarah Brightman, Olivia Newton-John, Donna Summer o Paloma San Basilio. De esta última, confiesa Boris recibir una fuerte influencia al interpretar a Samira.
Arte por la vida
En la isla existe una larga tradición en el transformismo, que puede constatarse en los ámbitos literarios, de la danza, la televisión e incluso el cine. Entre múltiples ejemplos, pueden citarse las puestas en escena del polémico director teatral Carlos Díaz y su grupo de teatro El Público, en las que regularmente aparecen hombres haciendo de mujeres y viceversa.
Igualmente, están las propuestas de humoristas que han alcanzado reconocimiento gracias al travestismo, como Ángel García con el personaje de La Pía; Osvaldo Doimeadiós con Margot y Nelson Gudín con Flor de Anís.
La película Suite Habana, del premiado realizador cubano Fernando Pérez, por su parte, mostró la historia de un joven mulato, ropero de un hospital, que en las noches se convierte en una glamorosa diva, asistido en el vestuario y los accesorios por su propia esposa.
Pero, al igual que en el caso de la citada peña Estación XY, fue el activismo en la prevención del VIH/sida la motivación principal para que naciera Transarte.
El espectáculo, en sus tres ediciones, ha convocado a algunos de los más importantes cantantes profesionales de la escena pinareña y a importantes personalidades de la cultura como jurados.
Las actuaciones de travestis y transformistas van acompañadas por mensajes de prevención del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), con un fuerte énfasis en su impacto en la comunidad de hombres que tienen sexo con hombres (HSH).
Coordinada desde los predios del Centro Provincial de Prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH/sida de Pinar del Río, la iniciativa ha trascendido lo que se conoce como educación de pares, para combinar arte, divertimento y promoción de salud.
“Este tipo de espectáculo, que trata de educar a las personas en una conciencia sexual responsable y, además, elevar su nivel estético, puede ser muy importante y muy oportuno”, ha dicho el poeta pinareño Nelson Simón, quien está considerado uno de los máximos exponentes de la poesía homoerótica en Cuba.
No se conforman con poco los organizadores de Transarte. La gala del concurso ha tomado como sede al Teatro Milanés, el más importante de la provincia, construido en 1873 y considerado un emblema de la cultura nacional.

Enero 2009

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

seis + 7 =