Mujeres lesbianas y bisexuales fortalecen su activismo

Mujeres lesbianas y bisexuales comprometidas con el activismo a favor de la diversidad sexual en Cuba reclaman todos los derechos para todas las personas.

Un centenar de activistas de varias provincias del país compartieron criterios, experiencias y proyectos durante el sexto taller nacional de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, celebrado en La Habana del 14 al 16 de noviembre.
Acogida por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), la red la integran 11 colectivos de diferentes zonas del país, cuyas representantes debatieron sobre derechos sexuales, salud de las mujeres lesbianas y violencia machista.
«Hay que tener sensibilidad y ser activista ante cualquier tipo de estigma. Por muchas identidades y en varios momentos de la vida, las personas somos estigmatizadas como lesbiana o bisexual, pero también como mujer negra, mujer trans, que vive con VIH o mujer pobre que vive con alguna discapacidad», dijo la activista Teresa de Jesús Fernández.
La coordinadora nacional de la Red reconoce la importancia del momento actual que vive la nación del Caribe, inmersa en una reforma constitucional que amplía y visibiliza derechos de la población LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queers).
«Luego de tres milenios de inequidades, estamos ante un momento histórico, en el cual necesitamos ser activistas no solo en lo que nos interesa», agregó Fernández durante una de las sesiones de trabajo.
Según las experiencias de las participantes, las consultas del proyecto de Constitución en sus comunidades y centros laborales han estado marcadas por una polarización entre quienes defienden y atacan los artículos 40 y 68 del proyecto de Carta Magna.
El artículo 40 amplía el principio de igualdad e incluye no solo sexo y género, sino también orientación sexual e identidad de género. Por su parte, el 68 reconoce el matrimonio como la unión legal de dos personas aptas para ello.
«La población en general se mantuvo en una posición apática, con poco conocimiento y cultura jurídica y con mucha influencia de sectores religiosos fundamentalistas, que llegaron con textos preparados y un discurso muy similar en los distintos escenarios», expuso Idalia Rivero Alarcón, de Bayamo, provincia Granma, a 666 kilómetros de La Habana.
Para la activista y profesora Yamila Ferrá Gómez, hay mentalidades que definen estos posicionamientos. «El fundamentalismo religioso, quienes no se adaptan a los cambios y el poder patriarcal de algunos decisores están contra el artículo 68», afirmó Ferrá Gómez, de Ciego de Ávila, a 423 kilómetros de La Habana.
Ante varias expresiones públicas de algunas iglesias y su fundamentalismo religioso, fue precisa la directora del Cenesex, Mariela Castro. «No podemos permitir que el Estado laico se deje presionar por ninguna iglesia en este proceso en que se está pidiendo que la agenda de los derechos se amplíe», argumentó en intercambio con las activistas.
Además de los derechos vinculados al matrimonio, el reconocimiento de las familias homoparentales y la reproducción asistida, las activistas visibilizaron otras necesidades no contempladas en el articulado constitucional.
Entre ellas, el reconocimiento de la identidad de género de personas trans en centros laborales y durante el proceso de servicio militar, así como la posibilidad de visitas conyugales para las mujeres lesbianas en régimen penitenciario y acciones de capacitación con las recluidas en esos espacios.
Igualmente abogaron por sensibilizar a profesionales de la salud para que ofrezcan una atención adecuada a mujeres lesbianas, sobre todo en consultas de ginecología, y reconocieron la necesidad de fortalecer entre ellas el uso de redes sociales y otros espacios para dar mayor visibilidad al activismo de las mujeres lesbianas y bisexuales, interactuar entre los diversos grupos y dar a conocer lo que hacen.
«Para mí es muy importante que se reconozca el derecho a la expresión de género, porque las personas homofóbicas se aprovechan de cualquier resquicio en la ley y pueden argumentar que están de acuerdo con mi identidad, pero no con mi expresión de género», dijo Blasi Leonardo Venegas, joven trans del grupo de mujeres lesbianas en Bayamo.
Según el jurista Manuel Vázquez Seijido, la expresión de género, si bien no es tan amplia como la identidad de género, ha sido un tema poco tratado y que afecta no solo a colectivos LGBTIQ, sino también a personas heterosexuales que no reproducen las normas heteronormativas.
«En la historia de los 30 años del Cenesex, un hito importante ha sido la creación de Las Isabelas, en 2002, en Santiago de Cuba», sostuvo por su parte Mariela Castro, directora del Cenesex, en intercambio con las asistentes.
Al referirse al primer grupo de activismo lésbico vinculado a esa institución, la sexóloga recordó que sus demandas iniciales fueron las de poder reunirse y acceder a libros, información y conocimientos sobre la salud sexual de las mujeres lesbianas.
Explicó que las redes fueron surgiendo y creciendo por la iniciativa de personas que dieron ideas, fueron participando en la solución de problemas y dando pasos para ser reconocidas como sujetos de derechos.
«Hoy son grupos de la sociedad civil, vinculados en redes con el Cenesex y la sociedad cubana, y que desde el conocimiento que los empodera participan en la transformación y los cambios revolucionarios que necesita nuestra sociedad», agregó.
Para Vázquez Seijido, subdirector del Cenesex, vale mirar también al activismo y las acciones que serán necesarias en el futuro para aclimatar las leyes del país al articulado constitucional que se apruebe. «Leyes como el Código Penal, el Civil, el de Familia y la Ley de Registro Civil deberán ser modificadas para que armonicen con la Constitución», expuso.
Las activistas también hablaron de avanzar más en acciones educativas y sociales. «Tenemos que empoderarnos de conocimientos para hacer un activismo más fuerte, tener valor para denunciar y defender nuestros derechos», sostuvo Isel Calzadilla, coordinadora de Las Isabelas, en Santiago de Cuba, a 867,5 kilómetros de La Habana.
Calzadilla manifestó preocupación por varias expresiones homofóbicas que se han vuelto agresivas en redes sociales y escenarios públicos, aun cuando se han dado pasos favorables en el orden legislativo y se han realizado, por una década, campañas educativas y jornadas contra la homofobia y transfobia.
Trabajar en red y apostar por el conocimiento son herramientas esenciales para el activismo, un fin al que buscan contribuir los encuentros nacionales de la Red de mujeres lesbianas y bisexuales.
«Estos son espacios de crecimiento y lo más importante es que podemos llevar a nuestros ámbitos más cotidianos todo lo aprendido, para incorporarlo a nuestro arsenal transformador», compartió Vázquez Seijido con las activistas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

5 × 3 =