Jornadas contra la Homofobia impulsan activismo ciudadano

Activistas de Cuba y el mundo desfilan junto a Mariela Castro en la tradicional conga contra la homofobia por la calle 23 de La Habana. Foto: SEMlacHasta 2008, Francisco Rodríguez Cruz era, sobre todo, un periodista que escribía de temas económicos y políticos en el semanario Trabajadores de los sindicatos cubanos. Su condición homosexual permanecía en lo privado, sin que estuviera en proyecto guerrear por los derechos de esa comunidad.

Pero en mayo de ese año llegó de la mano de su novio al Pabellón Cuba para participar en la I Jornada Cubana contra la Homofobia, convocada por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) con apoyo de otras instituciones, especialistas, activistas y organismos de cooperación internacional.

Constatar la existencia de personas de todas las orientaciones sexuales e identidades de género que celebraban la diversidad y demandaban respeto social e institucional para elegir a quién amar, dio un vuelco en la vida personal y profesional de este hombre de edad mediana y contagioso optimismo.

Hoy es uno de los principales activistas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales y trans e intersexuales) en Cuba, colaborador asiduo del Cenesex y miembro del grupo Hombres por la Diversidad (HxD), asociado a esa institución.

«Hasta entonces no tenía un compromiso específico con la comunidad gay, entre otras razones porque me faltaba información», comenta a SEMlac el también autor del blog Paquito el de Cuba, fundado en 2010 y en el cual difunde sus vivencias como hombre homosexual.

Su historia se equipara a la de otras personas que se sumaron a esta causa gracias a la visibilidad aportada por las Jornadas organizadas en torno al Día Mundial de Lucha contra la Homofobia, que marca la eliminación de la homosexualidad y la bisexualidad de la lista de enfermedades mentales, el 17 de mayo de 1990, por la Organización Mundial de la Salud.

Pese a la fuerte homofobia que permanece en la sociedad cubana, cada año son mayores en cantidad y diversidad las actividades de esta iniciativa anual, que ha logrado nuclear voces comprometidas con el tema en la nación caribeña en actividades académicas, educativas, artísticas y comunitarias.

Resalta, además, una estrategia de comunicación con mensajes de bien público e incidencia en los medios que, pese a los tabúes y resistencias, ha logrado romper el ostracismo a que anteriormente estaban confinados estos temas.

La amplitud geográfica puede considerarse otra ganancia, pues si en 2008 y 2009 las acciones se concentraron, fundamentalmente, en la capital, las siguientes ediciones trasladaron sus actividades centrales a las ciudades de Santa Clara, Santiago de Cuba, Cienfuegos y este 2013 a Ciego de Ávila, en el centro de la isla.

Seis años después, especialistas y personas vinculadas a este movimiento coinciden en que el activismo LGBT en Cuba ha experimentado un impulso considerable, si bien priman las barreras subjetivas e institucionales.

Ganancias en inventario

Durante el panel «Cinco años contra la Homofobia : vernos (o no) en el país que somos», efectuado el 10 de mayo como parte de las actividades de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) por la VI Jornada , trascendió que la lucha LGBT se ha convertido en una importante fuerza de acción ciudadana en el país.

La creación de redes sociales, coordinadas desde el Cenesex con jóvenes, lesbianas, gays, personas travestis y transexuales, resulta evidencia de estas voces amplificadas.

Pero también han surgido proyectos no institucionales como Arcoiris —un grupo de personas que luchan conjuntamente contra el estigma y la discriminación por orientación sexual e identidad de género—, o el boletín NotiG, creado de manera espontánea en 2009 para difundir noticias sobre diversidad sexual por correo electrónico.

«En Cuba podemos hacer más que salir del armario, reunirnos en calles y plazas una y más veces al año», advirtió Yasmín Silvia Portales, integrante de Arcoiris.

A su juicio, los derechos de las personas LGBTI deben ser reconocidos plenamente en una sociedad con inspiración socialista, pues la esencia de un mundo mejor incluye la posibilidad de vivir libremente la sexualidad.

Para el médico Alberto Roque, las Jornadas permitieron «hablar públicamente del tema» e incluir la lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el Programa del Partido Comunista de Cuba, aprobado en su Conferencia Nacional, en enero de 2012.

Entre los logros de esta comunidad apuntados a SEMlac por el reconocido activista se encuentra la realización desde 2008 de cirugías de adecuación genital para transexuales; los espacios de socialización para las personas LGBT en condiciones de legalidad y, en fecha reciente, la presentación de una resolución del Ministerio de Justicia que permite a las personas con identidad de género diferente a su sexo biológico aparecer en el carné de identidad con la apariencia elegida.

Pero los avances constatados en los últimos años en cuanto a presencia pública y derechos de las personas no heterosexuales en Cuba son todavía menores cuando se analizan las necesidades reales.

Por ejemplo, la discusión de un nuevo Código de Familia, que contempla el reconocimiento de uniones legales entre personas de un mismo sexo, se ha prolongado por más de un quinquenio y no ha llegado a aprobarse, mientras temas como la adopción para lesbianas, gays y personas trans continúan ausentes de las agendas jurídicas.

Superar la permanencia de prejuicios homofóbicos en buena parte de la sociedad cubana, sobre todo en la familia, constituye uno de los objetivos primordiales de la comunidad LBGTI cubana.

«Todos y todas somos parte de una Cuba multicolor y no podemos seguir quedando al margen», declaró a SEMlac Diarenys Calderón Tartabull.

Desde hace tres años la joven activista lesbiana gestiona junto a Myrna Rosa Padrón el proyecto artístico social «Mirarte día a día», dirigido a combatir las discriminaciones por género, color de la piel y orientación sexual en las comunidades. A su juicio, se trata de un tema que no puede tomarse a la ligera o como una moda porque «para luchar a favor de la igualdad hay que sentirla».

Como ella, Roque considera que uno de los principales retos del activismo es llegar verdaderamente «a la gente de la calle» y aprender a vencer resistencias mediante el diálogo.

El profesional de la salud propone avanzar en marcos legislativos que protejan a las personas no heterosexuales y concretar el tema en el programa nacional de educación sexual implementado en las escuelas.

Un sentimiento compartido por la mayoría LGBTI en Cuba resulta el papel limitado que otorgan los medios nacionales a la discusión de estos asuntos, prácticamente ausentes de la prensa o tratados con cortapisas.

Para Rodríguez Cruz, los últimos años muestran un avance en la cobertura de las actividades de las Jornadas contra la Homofobia debido a la insistencia del Cenesex y el diálogo con el sistema que dirige los medios en Cuba.

Sin embargo, falta que esto se produzca de manera espontánea a partir del interés noticioso de un tema de relevancia social y no mediante una estrategia previamente elaborada por mediaciones externas a los medios.

Por el contrario, blogs y redes sociales gestionados por activistas vienen a suplir la necesidad informativa soslayada en la prensa tradicional, pero su alcance resulta limitado por la poca conectividad a Internet de la isla.

«Las sociedades deben entender que cualquier forma de discriminación las enferma», afirmó por su parte el escritor Víctor Fowler en el panel de la UNEAC.

Su colega Roberto Zurbano pidió conectar todas las luchas antidiscriminatorias y establecer alianzas entre los grupos desfavorecidos por la hegemonía patriarcal, racista y heteronormativa.

Al intervenir en el panel, Mariela Castro, directora del Cenesex, dijo que la manera en que la lucha contra la homofobia entiende la participación es uno de sus aportes fundamentales al proceso de transición socialista en Cuba.

Las personas LGBTI en la isla no esperan que el cambio les llegue «de arriba», han salido a la calle a defenderlo y conquistarlo, consideró.

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