Once versiones del mismo documento ha acumulado la sexóloga Mariela Castro en los últimos meses y podría tener varias más antes de su presentación a todas las comisiones permanentes del parlamento cubano, a mediados de este año. Como directora del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), Castro ha sido la principal impulsora de un proyecto que persigue la aprobación de una estrategia nacional para la atención integral e inserción social de travestis, transexuales y otras personas con trastornos de la identidad de género en Cuba.

La estrategia incluye un proyecto de ley para garantizar el cambio de documentación legal de toda persona transexual diagnosticada y el derecho a la operación de adecuación genital.

En medio de las presiones de trabajo, a pocos días de la presentación ante dos comisiones permanentes de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), en diciembre pasado, y pendiente de nuevas reuniones de consulta con diferentes entidades, Castro accedió a conversar con SEM sobre la estrategia, la necesidad de su existencia y sus perspectivas reales.

La sexóloga recordó los cambios radicales que promovió la Revolución Cubana en la condición de la mujer, de la población negra hace más de cuarenta años y de las personas con discapacidades físicas. «¿Cómo no lo vamos a hacer también con las expresiones sexuales diversas? Esta revolución no se puede dar el lujo de esa incongruencia», opinó.

Ideas para una estrategia

SEM: ¿Cómo surge la idea?

Tras una reunión que tuvimos en 2004 con transexuales y travestis que se atendían en el Cenesex. En ese momento había una serie de inquietudes a nivel local alrededor de algunos casos que provocaban escándalo público, se vinculaban a la prostitución y la droga o creaban otros trastornos que molestaban a la población. Sin embargo, en este proceso se metía a todos en el mismo saco y fue eso lo que quisimos diferenciar: no todas estas personas son así, como no todos los heterosexuales son delincuentes.

En aquella reunión, las personas que acudieron nos pidieron atención a estas contradicciones sociales que se estaban dando y que les afectaban directamente. Entre las principales quejas se encontraban las reacciones de la policía, que se tomaba la política y la ley por su cuenta, al no existir una orientación en ese sentido, y lo hacía desde los prejuicios y el desconocimiento. Era evidente la necesidad de una normativa. Lo primero que hicimos fue buscar y obtener el apoyo de la máxima dirección del Partido (Comunista de Cuba) y empezar a trabajar.

SEM: ¿Podría decirse que estamos ante la continuación de un trabajo de años?

Desde 1979 existe una Comisión Nacional de Trabajo para la atención a personas con trastornos en la identidad de género, que surgió como una propuesta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Pero la Comisión se ha centrado en los tratamientos hormonales, en los procedimientos de diagnóstico y otros aspectos de salud, pero no en lo social. Con estos antecedentes, pretendemos coordinar acciones que faciliten la integración plena a la sociedad de estas personas, que no solamente se atiendan desde el punto de vista de salud sino también psicosocial y que, por supuesto, de alguna manera quede plasmado en una normativa jurídica.

SEM: ¿Hacia dónde va la estrategia?

La idea es desarrollar un modelo de atención y tratamiento integral que, partiendo de los estándares internacionales, se ajuste a la realidad de nuestro país. Lo primero que planteamos es la capacitación, el desarrollo de recursos humanos y de la investigación científica en todas las instituciones con las que hemos estado hablando y llegando a acuerdos, como el Ministerio de Justicia, el de Salud Pública y el del Interior, la Fiscalía General de la República, entre otros organismos del Estado, gubernamentales y no gubernamentales.

También se propone elaborar una estrategia de comunicación que contribuya a la comprensión y el respeto de la comunidad hacia las personas con trastornos en la identidad de género e implementar programas de sensibilización social. Con el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social buscamos facilitar el empleo de estas personas respetando el aspecto físico que se corresponda con su identidad de género, aun cuando no se hayan realizado los cambios correspondientes en su documento de identidad.

Enero de 2006

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