Programas de educación sexual mejoran indicadores entre escolares

Un mayor conocimiento y uso de métodos anticonceptivos, menos bajas escolares por matrimonios y embarazos indeseados y una valoración más positiva de la comunicación con sus padres para hablar de sexo, se inscriben entre las ganancias de los programas escolares de educación sexual aplicados en diferentes niveles de enseñanza en Cuba.

Concebidos con una duración de 15 años, estos proyectos educativos se han desarrollado de forma conjunta entre el Ministerio de Educación de la nación caribeña y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

“El propósito es promover una conducta sexual responsable en los niños y niñas, adolescentes y jóvenes, que prevenga los embarazos, la maternidad y los matrimonios tempranos, las infecciones de transmisión sexual, el virus de inmunodeficiencia humana (causante del sida) y la deserción escolar por estos motivos”, explicó Alicia González.

González preside la Cátedra de Sexología del Instituto Superior Pedagógico José Varona y dio estas declaraciones durante un coloquio científico celebrado la tercera semana de julio en ese centro de estudios, con motivo del Día Mundial de Población.
El universo beneficiado con estos proyectos educativos, puestos en vigor desde 1997, incluye a estudiantes adolescentes de las escuelas secundarias de todo el país, al profesorado, personal médico y de enfermería de los centros docentes; padres y madres de familia del alumnado de secundaria, así como al claustro docente de los 16 institutos superiores pedagógicos del país
En las tres evaluaciones realizadas para medir el impacto de estas acciones se observan cambios positivos en el desarrollo de conocimientos y valores que sustentan formas de conducta sexual responsables en las y los adolescentes y jóvenes, indica el resumen del sondeo.
De acuerdo con la especialista, las diversas evaluaciones apuntan a un mayor empleo de métodos anticonceptivos por parte de los adolescentes. Del 24 por ciento que en 1998 ya había iniciado las relaciones coitales, dos tercios no usaba ningún método ni el condón, proporción que en 2001 se redujo a un tercio, con preferencia para el uso del preservativo.
El condón, las pastillas anticonceptivas y los dispositivos intrauterinos fueron, en ese orden, los métodos anticonceptivos y de prevención más conocidos y usados por esos grupos en 2001.
“Un significativo porcentaje de las y los adolescentes conoce los métodos anticonceptivos y su importancia, pero los usan ocasionalmente o no los usan”, comentó González.
El estudio evaluativo comprobó, además, que si bien ha habido un incremento en el uso de esos medios y del condón en la adolescencia y juventud, aún es deficiente el protagonismo y decisión de las muchachas a la hora de negociar el uso del preservativo.
En cuanto al desarrollo de los conocimientos y valores asociados al aborto, 87,54 por ciento de las muchachas y muchachos adolescentes (13,54 % más que en 1998) consideró que no se trata de un método anticonceptivo y sí de una intervención quirúrgica riesgosa para la mujer.
Sin embargo, “el porcentaje de abortos sigue siendo alto, en especial entre las jóvenes de la enseñanza media y de los institutos superiores pedagógicos, entre 15 y 20 años”, comentó la profesora González.

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