De la Redacción/ semcuba@ceniai.inf.cu
Rachel conoció al amor de su vida el mismo día de su casamiento. Pero actuar en consecuencia con sus sentimientos entrañaba conflictos mucho más complejos que los ocasionados por un divorcio temprano. Luce, la persona por la cual se sentía atraída, era una mujer. Este es el punto de partida del filme británico Imagine Me and You, del director Ol Parker, exhibido el martes 22 de marzo en la Casa Estudiantil de la Universidad de La Habana, en la capital cubana, como parte del espacio quincenal de conferencias y cine-debates propiciado por el Proyecto Diversidad, del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), con el auspicio de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).La trama del filme exhibido reproduce los estándares del melodrama romántico, en esta ocasión con la peculiaridad de que el triángulo amoroso parte de una relación lésbica. Si bien, en un primer momento, la joven se muestra reacia a terminar con su pareja masculina y aceptarse como bisexual, la conclusión de la historia expone una felicidad también asequible al amor entre personas de un mismo sexo.
Antonio Alejo Combarro, estudiante de tercer año de Cibérnetica, considera que enfoques en positivo de la diversidad sexual pueden ser gratificantes y educativos, pues acercan a un ideal de aceptación individual y social de las orientaciones no heterosexuales. “Es bueno tener esperanza, porque verse reflejado siempre de manera negativa puede ser, en cierto punto, contraproducente”, afirmó.
Con él coincidió la sicóloga Nery Lázaro, especialista del Cenesex y coordinadora del Espacio Grupal de Trabajo y Reflexión hacia Mujeres Lesbianas y Bisexuales “Oremi”, no sin acotar que en Cuba pocas veces existe una actitud favorable como la que mostró la familia de las protagonistas en la película.
Para su colega Norma Guillart, la comunicación con los seres queridos resulta fundamental cuando se está frente a una decisión de este tipo. “El vínculo familiar ausente es uno de los principales problemas de las personas no heterosexuales, de ahí el papel de los grupos como redes de apoyo”, acotó.
A juicio de la especialista, lo importante es advertir la complejidad de la sexualidad humana, y no hay que esperar a vivir experiencias duras para tener una mente avanzada. “El desarrollo de la personalidad y la orientación sexual es diverso, solo que la cultura ha impuesto como normativa la heterosexualidad”, recordó.
“Lo mejor sería educar a las personas para que no existan moldes. No nos deben prejuiciar, guiar u obligar a tener cierto tipo de rol sexual o cultural”, sostuvo Combarro, el futuro cibernético.
Contribuir a la educación de la juventud en el respeto a la libre orientación sexual es uno de los objetivos del Proyecto Diversidad del Cenesex, que incluye varias acciones de capacitación y sensibilización sobre temas de género, diversidad sexual, homofobia y derechos sexuales y humanos, fundamentalmente para poblaciones universitarias.
El trabajo específico con personas jóvenes busca potenciar en ellas la fuerza de cambio social. “En las propias universidades se han gestado grandes revoluciones, y pensamos que el respeto y la diversidad sexual pueden impulsarse desde aquí. Además, en sus aulas estudian los decisores y profesionales de mañana”, explicó a SEMlac Yasmany Díaz Figueroa, sicólogo y coordinador del proyecto.
El espacio de la Casa Estudiantil Universitaria alterna conferencias y cine-debates, con tópicos vinculados a las necesidades apreciadas por especialistas del Cenesex en los encuentros con jóvenes.
La iniciativa ha llegado también a los albergues estudiantiles de Alamar y La Coronela, barrios periféricos de la ciudad, con la intención de alcanzar a grupos no originarios de la capital. Se extenderá, además, a las provincias de Guántamo y Santiago de Cuba, en el oriente de la isla; Sancti Spíritus, al centro y Matanzas, en el occidente.
Paralelamente, la institución desarrolla una todavía incipiente red de jóvenes promotores, a partir de la cual se difunde y educa en el respeto y la aceptación de la diversidad.
“Buscamos crear un saber no desde la ciencia, sino usando las experiencias que pueda sacar cada quien del intercambio con los grupos, y de las personas y promotores que acudan a los espacios de debate”, indicó Díaz Figueroa.
Marzo de 2011