Jóvenes cubanos consolidan un espacio de transformación comunitaria y personal desde una red social que, luego de tres años de trabajo, les aporta cambios y beneficios a sus vidas.

«Somos un grupo muy heterogéneo e inclusivo, donde no importa ni la orientación sexual ni la identidad de género, la ocupación laboral o el lugar de residencia», dice a SEMlac Yamany Díaz Figueroa, coordinador de la Red de Jóvenes por la Salud y los Derechos Sexuales.

Creada el 4 de febrero de 2011, luego de dos años de trabajo en la Universidad de La Habana, la red contó desde sus inicios con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), respaldo al cual se ha sumado el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Al principio las acciones estuvieron centradas en la lucha contra la homofobia, pero la necesidad de un trabajo más abarcador llevó a especialistas del Cenesex a diseñar una estrategia particular en el ámbito educativo, principalmente comunitario.

«No nos unen los rasgos de la personalidad, simplemente basta con ser joven o sentirse joven y tener deseos de hacer», explica Díaz Figueroa al referirse al grupo suscrito al gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

Con cientos de jóvenes formados y sensibilizados en temas como el VIH, la violencia de género, derechos sexuales y derechos humanos, la red cuenta con nodos en 10 de las 15 provincias del país.“En este trabajo no podemos cansarnos, hay que desterrar frases como "no se puede", o "es por gusto”, afirma Yasmany Díaz, coordinador de la Red.

«La red ha sido una gran oportunidad para trabajar temas complejos desde la frescura y el desenfado de los jóvenes, pero con profundidad y compromiso, lo que ha marcado el acceso y recibimiento en las comunidades», asegura Lisbet Alvarado, coordinadora de la red en la oriental provincia de Santiago de Cuba, a más de 800 kilómetros de la capital.

«Todo cambio nace de uno y una misma» es el lema que les guía.

«Las y los jóvenes reconocen en la red un espacio de compromiso, profesionalidad, ética y laboriosidad», afirma Díaz Figueroa, quien investigó los valores generados por el grupo y sus impactos, al realizar su tesis de maestría en Sexología y Sociedad.

«Contrario a lo que muchas veces se piensa, esos atributos sí están presentes en la juventud; solo hace falta indagar en cómo se construyen y qué espacios estimulan su formación», sostiene el especialista.

En su labor voluntaria y sistemática, quienes forman la red refieren haber encontrado mecanismos creativos para crecerse y enfrentar dificultades, así como modos efectivos para incidir en su entorno inmediato.

«Me sumé a este grupo porque creo en un mundo mejor y este es un granito de arena para alcanzarlo; un sincero y noble intento», comenta a SEMlac Alvarado.
Para Díaz Figueroa, la fortaleza principal radica en el trabajo comunitario del voluntariado.

«Solemos desarrollar acciones en contextos donde confluye la juventud cubana. Participamos en eventos habituales como la Jornada Cubana por la No Violencia hacia la Mujer, la Feria Internacional del Libro, la Jornada Cubana contra la Homofobia y encuentros que nosotros mismos organizamos», comenta el joven psicólogo.
Entre esos ámbitos están las zonas rurales, donde perviven con más fuerza estereotipos y prejuicios que justifican el machismo, la violencia contra las mujeres y las niñas y la homofobia.

«Temas como el embarazo en la adolescencia resultan de vital importancia para nuestra localidad», precisa a SEMlac Daydis Hidalgo, coordinadora de la Red en la central provincia de Sancti Spíritus, a 380 kilómetros de la capital.

Hidalgo defiende la idea de trabajar cada día con más fuerza en comunidades y escuelas e insertar a las familias. «Además, queremos estrechar la colaboración de otras instituciones que quieran sumarse y tratar de ir a lugares de difícil acceso», detalla.

La jornada de acciones “Hagámonos sentir por la no violencia”, realizada en varias provincias del país en noviembre de 2013, culminó en la oriental provincia de Granma. Pero llegar a las nuevas generaciones demanda creatividad y entusiasmo. «Las acciones no pueden encasillarse en un modo de actuar. El dinamismo, la flexibilidad, la participación comprometida y el liderazgo son aspectos clave que no pueden faltar», explica Díaz Figueroa, el coordinador nacional.

Durante un encuentro nacional de coordinadores realizado en la capital cubana el pasado mes de febrero, líderes provinciales de la red acordaron la agenda de acción y monitoreo para 2014.

Temas como la capacitación, el desarrollo del trabajo en las comunidades rurales, ampliar la red y sumar mayor número de jóvenes sin empelo, cuentapropistas, estudiantes de pedagógico y de ciencias médicas se establecieron como prioritarios.

Mantener la motivación, sumar colaboradores, enfrentar los estereotipos relacionados con la sexualidad y evadir cualquier intento de institucionalizar el trabajo social son retos que desvelan al equipo coordinador.

Investigaciones sociales en la isla han reflejado que para muchos jóvenes la participación se limita a la asistencia. De ahí que la Red de Jóvenes del Cenesex estimule la participación de su membresía en el diseño, la puesta en práctica y la realización de sus actividades.

En ese camino deben sortear también prejuicios y estructuras estatales acostumbradas a un funcionamiento vertical y rígido.

«Sin negar la importancia del acompañamiento de instituciones y organizaciones, muchas veces los permisos y las consultas excesivas limitan la espontaneidad, algo vital en la juventud y que forma parte de su fuerza movilizativa», señala Díaz Figueroa a SEMlac.

«No se puede pedir a los jóvenes que participen si no se les ofrece confianza», reflexiona el coordinador.

 

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