Género y diversidad sexual en la formación de líderes comunitarios

La formación, el intercambio y el trabajo en red han integrado las estrategias desarrolladas por el Centro Memorial Martin Luther King Jr(CMMLK) para unir proyectos, instituciones y personas comprometidos con la transformación humanista de la sociedad cubana, también desde una perspectiva de género.

Del 4 al 7 de noviembre se celebró en La Habana la Cátedra Mujer, Género y Diversidad Clara Rodés in memorian, que organiza el Programa Formación-Reflexión Socioteológica y Pastoral del reconocido centro ecuménico de vocación cristiana.

La cátedra trabaja la perspectiva de género desde la educación popular y la formación socioteológica. Sus talleres apoyan la labor del centro en la formación de líderes comunitarios poniendo a debate problemáticas actuales y, en esta ocasión, fue escogido el tema género y prosperidad en el contexto cubano actual.

Desde la teoría y la práctica cotidiana, talleristas intercambiaron sobre violencia de género, homofobia, inserción de la perspectiva de género en el modelo de desarrollo cubano y la presencia de las mujeres en los cambios económicos que ocurren en el país.

“La prosperidad implica modos de producción económica y queremos ver el respaldo estatal y el respeto a los derechos de las mujeres que están embarazadas, que tienen ancianos en sus casas y, en el sector privado, deben trabajar más de ocho horas”, dijo a SEMlac Kirenia Criado, coordinadora del Programa de Formación-Reflexión Socioteológica y Pastoral.

Según especialistas y talleristas, eliminar las discriminaciones, garantizar el respeto a los derechos de las mujeres y superar las relaciones desiguales de poder tendrán impacto en lo económico.

Para la economista Dayma Echevarría, las cifras hablan de espacios conquistados y también de ausencias y vulnerabilidades a las que están expuestas las cubanas.

La investigadora del Centro de Estudios de la Economía Cubana opina que la educación, el fortalecimiento de capacidades, el acceso a las redes de información y a los recursos son fundamentales para establecer puntos de partida favorables para ellas.

“Si no identificamos las desigualdades y las inequidades, no podemos transformarlas. También debemos pensar, desde el compromiso, en nuestro marco de acción. El país está cambiando y nosotras con él”, dijo la investigadora durante una de las sesiones.

Organizaciones sociales e iglesias de la isla apuestan por insertar estos temas en sus comunidades.

Participación y liderazgo de las mujeres en la iglesia y la sociedad cubanas, ruptura de prejuicios machistas, respeto a la diversidad sexual, racial, religiosa e ideológica son temas presentes en el trabajo de varios grupos.

En el taller de la Cátedra Mujer, Género y Diversidad participaron representantes de organizaciones cristianas y con vocación ecuménica de 10 provincias del país.

“¿Cómo vamos a decir que una comunidad es próspera si no se reconocen los derechos de las personas, si no hablamos de igualdad y equidad de género?”, se pregunta Maite Álvarez Roca, del Centro Labastida.

El Centro Labastida es una institución cristiana de capacitación y servicio en la oriental provincia de Santiago de Cuba. Para la institución, trabajar por la equidad de género y el desarrollo local trae implícito promover la participación y la autonomía económica de las mujeres.

“Trabajamos mucho la participación de las mujeres, no vista desde cuántas están presentes, sino desde su liderazgo, para que se escuchen sus voces y criterios, que su trabajo sea reconocido”, dijo Álvarez Roca a SEMlac.

El interés por la prosperidad crece en el ámbito religioso cubano, no solo por los cambios económicos ocurridos en el país durante los últimos años, sino también por el arribo a la isla del Caribe de la Teología de la Prosperidad.

Esta responde a un movimiento religioso que, desde hace varios años, gana críticos y adeptos en América Latina, Estados Unidos y África, principalmente. La preocupación por este movimiento y los retrocesos que implica en varios aspectos, incluidos la igualdad de género, aparecen en el más reciente número de Caminos, revista cubana de pensamiento socioteólogico que edita el CMLK.

“Ya hemos reconocido algunas consecuencias de este conservadurismo, observables en hechos como la separación de mujeres del pastorado que antes ejercían, la postura antiecuménica, sectaria e incluso agresiva, el retroceso en el tratamiento de temas que social y mundialmente se debaten, como salud sexual y derechos sexuales y reproductivos”, afirma la pastora Raquel Suárez en uno de los artículos de la publicación.

Pese a ciertos avances en algunas comunidades de fe, el apoyo a la diversidad sexual, las iniciativas para fomentar la participación de las mujeres y la asunción de la teología feminista siguen generando críticas y resistencias.

“La iglesia es parte de la sociedad cubana. Si la iglesia asume los debates a favor del respeto a la diversidad y por la igualdad de género podremos estar dentro de la casa común con nuestras individualidades de tipo racial, sexual, ideológicas”, opina Adiel González, integrante del grupo Uniendo brechas de colores, colectivo que surgió en 2015 en la central provincia de Matanzas y defiende los derechos de la comunidad LGBTI en el ámbito religioso.

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