Educación sexual, una inversión para el desarrollo

Instituciones gubernamentales cubanas y organizaciones sociales insisten en la educación sexual como mecanismo para el desarrollo. Según especialistas, la implementación de un programa nacional acorde a los tiempos que corren dará respuesta a problemáticas actuales y compromisos de la sociedad cubana.

«La educación de la sexualidad es uno de los recursos que nos permitirá avanzar en nuestros principios emancipadores», afirmó Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), durante el primer Taller Nacional del Programa Nacional de Educación y Salud Sexual (PRONESS), el 30 de enero.

La cita reunió en La Habana a especialistas de varias provincias del país, representantes de instituciones estatales y organizaciones de la sociedad civil comprometidos con la educación sexual.

En Cuba se implementan acciones y programas de educación sexual desde la pasada década del sesenta, incluidas varias iniciativas lideradas por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y consideradas de avanzada dentro del contexto latinoamericano de la época.

Algunas de las acciones iniciales fueron la aprobación del aborto como servicio de salud gratuito en condiciones hospitalarias, la publicación de textos especializados sobre sexualidad y la realización de debates con la población.

A partir de los años setenta se puso en práctica el Programa Nacional de Educación Sexual, con la participación del Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Educación, entre otras instituciones.

Desde entonces se han diseñado estrategias que incluyen la formación curricular, la organización de servicios de salud, el trabajo de editoriales dedicadas al tema, el tratamiento de la sexualidad en medios de comunicación masiva, la creación de proyectos comunitarios y redes sociales.

Sin embargo, los cambios vividos en esta isla del Caribe durante las últimas tres décadas y las dificultades en hacer realidad lo planificado demandan nuevas miradas.

El Cenesex, coordinador del Programa, realizó en 2013 un proceso de investigación y discusión para la actualización del PRONESS. Según el informe presentado durante el Taller Nacional existen más de una docena de deficiencias que reflejan «insuficiencias relacionadas con la educación y salud sexual» en el país.

Entre los aspectos señalados se incluyen, de manera general, los costos sociales del machismo, el inicio temprano de las relaciones sexuales desprotegidas, el uso inadecuado de los métodos anticonceptivos, el embarazo adolescente y el lento pero progresivo incremento del VIH.

Pese a existir programas formativos a cargo de los Ministerios de Educación, Educación Superior y Salud Pública, preocupa los escasos recursos humanos destinados al trabajo de educación y salud sexual.

El informe indica, además, que existen «insuficientes mecanismos para la integración de personas homosexuales y transgénero; exigua respuesta a las problemáticas de la violencia sexual y de género e insuficiente atención a los malestares asociados a las identidades de género».

Ante las dificultades que plantean la intersectorialidad y la puesta en práctica de las acciones en cada espacio social, el programa actual propone una estructura nacional que incluye desde altos directivos del gobierno -Consejo de Estado y Ministros de la República de Cuba- hasta las administraciones locales, organizaciones y grupos de la sociedad civil.

El PRONESS está diseñado como un sistema integrado que reconoce entre sus espacios de acción la formación de recursos humanos, la puesta en práctica de estrategias de comunicación social, el trabajo comunitario y la investigación científica, el diseño y aplicación de leyes, normas y resoluciones.

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