Comunidades religiosas y personas cristianas en Cuba hablan de sexualidad y rompen con prejuicios que limitan vivir a plenitud a personas homosexuales y transgénero.
«Pensar en la sexualidad como una actividad espiritual podría parecer extraño, incompatible e incómodo. Todavía nuestros modelos teológicos interpretativos de la realidad no miran estas dos fuerzas como lo que realmente son: coexistentes y absolutamente complementarias», opina el reverendo Luis Carlos Marrero.
Marrero participó en la IV Jornada Socioteológica Género, Sexualidades no Heteronormativas. Sexualidades/Espiritualidades y Familias. Impacto para la Pastoral.
El evento fue convocado por la iglesia Somos ICM (Iglesia de la Comunidad Metropolitana) en Cuba y el proyecto ecuménico a favor de la diversidad sexual Abriendo Brechas de Colores (ABC). El Seminario Evangélico de Teología (SET) fue la sede del encuentro en la provincia Matanzas, del 28 al 30 de abril.
Paneles de ciencias sociales y teología conformaron el programa, cuyo tema central fue la aceptación de la diversidad sexual al interior de las familias y congregaciones religiosas.
Durante el panel ecuménico del 29 de mayo, líderes de comunidades religiosas de Cuba, España y Estados Unidos reflexionaron sobre la necesidad de superar la concepción tradicional que separa a la iglesia de la sociedad.
La pastora española Carmen Llanos Acero llamó a construir una iglesia abierta, transgresora, que no pierda de vista la individualidad LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales), su identidad y reivindicaciones. Y afirmó: «hay que hablar de sexo en las iglesias».
Estudios, investigaciones y resignificaciones de lecturas sagradas desde la teología buscan conformar un marco desde el cual romper con la discriminación heteronormativa en las iglesias.
«La dignidad requiere de muchas desobediencias, sean estas políticas, sociales, epistemológicas, religiosas, hasta espirituales. La osadía del amor trasciende las fronteras de una cama, una moral, un credo, un Dios», afirmó Marrero, quien es además profesor de la Instituto Superior Ecuménico de Ciencias de la Religión (ICECRI) en La Habana.
La pastora cubana Elaine Saralegui expuso algunos de los costos de la homofobia para la dignidad humana. Según la líder religiosa, los daños en la salud emocional, el abuso de las drogas, la depresión profunda y varias vulnerabilidades frente al VIH-sida son algunas de las principales problemáticas que enfrentan quienes no cumplen con las normas heteronormativas.
Para Saralegui, estos impactos en la salud y en la integración social y espiritual de las personas claman por comunidades de fe que sean sanadoras e inclusivas.
«Quisiéramos que fueran cambios estructurales, pero los pequeños sucesos en el corazón de la personas pueden producir grandes transformaciones. Aquí están las personas convertidas; el reto está en llegar a aquellas iglesias que aún no son inclusivas», dijo la líder evangélica a SEMlac.
La IV Jornada Socioteológica se suma a las actividades por la IX Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia. El encuentro reunió a activistas por los derechos de la comunidad LGBTIQ en Cuba, integrantes de varias iglesias, especialistas de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes), del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y el Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR).