Cuba: Heterosexismo y discriminación sexual perpetúan la homofobia

Sesión científica de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad(SOCUMES).Foto SEMlacPese a los esfuerzos para informar y educar a la población en el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género, valoraciones y prácticas cotidianas perpetúan la homofobia en la sociedad cubana, coinciden especialistas.

«Desde el machismo, la cultura sexista y el enfoque genital reproductivo de la sexualidad se siguen sosteniendo posturas que refuerzan posiciones homofóbicas», aseguró el joven Alain Darcourt, presidente de la Comisión de Educación Sexual de la central provincia de Cienfuegos, sede este año de las actividades centrales de la Jornada Cubana contra la Homofobia.

Darcourt intervino, junto a especialistas e investigadores, en el panel «Discriminación por orientación sexual e identidad de género, una mirada desde el conocimiento científico», convocado el 27 de abril, en la capital cubana, por la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes), con motivo de la jornada de mayo.

Los actos discriminatorios contra personas LGBT (lesbianas, gays, bi y transexuales) van desde el rechazo sutil, evidente y las burlas, hasta expresiones peyorativas y otros tipos de prácticas violentas y agresiones, trascendió en el encuentro.

Los escenarios abarcan espacios de socialización primaria, como la familia, la escuela y la comunidad, y también centros de trabajo y lugares públicos.

«Todavía lo diferente produce extrañamiento y negación en la familia, vergüenza, culpa, angustia y temor, rechazo, dolor y en ocasiones duelo ante la contradicción entre lo esperado y deseado; es decir, lo que realmente las personas trans quieren», explicó Mayra Rodríguez, del Centro Nacional de Ecuación Sexual (Cenesex), al referirse a las vivencias que experimentan las personas transexuales.

Sus historias de vida evidencian el estigma y la discriminación que han vivido en el seno de la familia de origen, de la cual han recibido rechazo, violencia y abandono reiterados. «Vivía con mi madre y mi padrastro en casa de él, ahora duermo donde me encuentre la noche», dice uno de los testimonios de un hombre trans citado poLas personas trans tienden en muchos casos a establecer verdaderas familias entre amistades e integrantes de ese grupo, ante el rechazo e incomprensión que muchas veces viven en sus familias de origen, explicó Mayra Rodríguez. Foto SEMlacr Rodríguez.

La especialista señaló que es la figura masculina, en particular el padre o el padrastro, la que más presiona o está ausente de estos temas, generalmente asociada a vivencias muy negativas. «La homofobia y transfobia internalizada está presente, incluso, en la dinámica familiar», precisó Rodríguez.

El rechazo y la incomprensión llevan casi siempre a las personas trans a abandonar sus casas y recomponer sus vínculos afectivos con amistades e integrantes de sus grupos. Aunque no se trata de un núcleo tradicional, de lazos consanguíneos, las sienten como fuente de apoyo y verdaderas familias.

Desconocimiento, mitos y estereotipos atraviesan los conceptos con los que habitualmente se valora la sexualidad no heterosexual, consideró Darcourt, quien profundizó en el estudio de la homofobia como parte de su investigación de maestría, discutida el pasado año.

Así, se suele describir la homosexualidad desde el deseo y la preferencia, como elecciones que pueden hacer las personas, y despojada de significado afectivo y sentimental; se descalifican las identidades trans y se desvaloriza la bisexualidad, vista como posición intermedia e indefinida, perversión sexual y no como una realidad en sí.

«Es permanente la invisibilización de las lesbianas y su realidad, marcadas por el doble estigma de ser mujeres y ser mujeres diferentes, frente al modelo heteronormativo», advirtió.

Darcourt señaló que la tendencia a ver a las lesbianas como objeto sexual conduce, muchas veces, al acoso sexual, y agregó que la atención médico profesional en salud sexual constituye todavía un tema para atender con urgencia en estas mujeres.

El investigador comentó a SEMlac que, por referencias obtenidas en su investigación, hay prácticas de las que apenas se habla, pero se reiteran en testimonios de personas que las vivieron en su adolescencia, como el acoso y abuso escolar por sus pares.

También las violaciones correctivas que practican a las lesbianas personas cercanas y familiares, con la idea de llevarlas por el «buen camino», es decir, la heterosexulidad.

El reconocimiento de su identidad sexual se acompaña de violencias para las mujeres lesbianas en el seno familiar, cuando ellas deciden declararlo a su familia, señaló la psiquiatra Ada Alfonso. Foto SEMlacDe poco más de 40 integrantes del grupo de mujeres lesbianas Fénix, de Cienfuegos, más de la mitad refiere haber sido violada por un primo, un hermano, un padrastro u otra persona cercana, a partir de que empiezan a descubrir su orientación sexual, comentó Darcourt a SEMlac. También se quejan mucho del acoso sexual permanente.

«Esa discriminación basada en el género que sufren las mujeres lesbianas no solo tiene impacto para su salud mental y relación de pareja; también se asocia a que el reconocimiento de su identidad sexual se acompañe de violencias que ocurren en seno familiar, cuando deciden declararlo a su familia», reflexionó la doctora Ada Alfonso.

A juicio de la jurista Rita María Pereira, desde muy temprano aparece la polivictimización de niños, niñas y adolescentes que no cumplen con los estereotipos heteronormativos, con las expectativas de feminidad y masculinidad que tienen sus padres para ellos.

Esto se hace más difícil aún en una cultura heteronormativa como la cubana, en la cual la corrección de los hijos está legitimada en el imaginario social y también en las legislaciones.

«El Código de Familia tiene un artículo, actualmente propuesto para modificar, el cual señala que los padres tienen la potestad de corregir adecuadamente a lo hijos», detalló.

Son diversos los escenarios donde se evidencia la tendencia a corregir a niñas, niños y adolescentes cuando no cumplen con las expectativas de sus progenitores. «El primero es la familia, seguido de la vecindad y el barrio; el tercero es la escuela», señaló a SEMlac el psiquiatra Lázaro Hernández Coterón, con una larga experiencia en la Clínica del Adolescente, en La Habana, y actualmente especialista en el Cenesex.

La familia, el barrio, el vecindario y la escuela son escenarios donde niñas, niños y adolescentes son rechazados o enjuiciados cuando no cumplen con las expectativas de sus progenitores, precisó el psiquiatra Lázaro Hernández Coterón, especialista del Cenesex.Foto SEMlacDe 31.444 adolescentes y jóvenes que se atendieron durante 15 años en la clínica, 2.000 transitaron por consultas relativas a la sexualidad. De esa última cifra, 274 (mayoría varones, solo nueve muchachas) «habían recibido un llamado al orden por parte de sus familias por tener gestos, conductas o preferencias por juegos que, supuestamente, no se correspondían con su condición de varones o niñas», detalló a SEMlac el psiquiatra.

Los prejuicios alcanzan diversos espacios del imaginario y la vida social, incluida la música, donde «se emplean recursos musicales y literarios en función de desacreditar las relaciones homosexuales, expresando la burla o la tragedia como solución», advirtió la profesora de guitarra María Isabel Moileno, quien lamentó «la poca divulgación de obras musicales que aborden el tema con respeto».

Los estereotipos tampoco escapan del campo médico, donde todavía queda mucho por decir, en opinión de Hernández Coterón.

«Hay una mirada desde la cultura, siempre binaria. Mientras la diversidad, el arcoiris, no esté interiorizado, no tendremos una visión de seres diversos en todo, no solo en su sexualidad, sino también en su pensamiento», dijo a SEMlac.

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