Una veintena de personas de sexualidades diversas protagonizaron el 28 de junio, en La Habana, la «Besada por la Diversidad y la Igualdad», en un encuentro en el cual hubo besos de todo tipo y fraternidad expresa entre quienes asistieron.
Pocos transeúntes y choferes cercanos a los alrededores de la sala polivalente «Ramón Fonst», en el municipio Plaza de la Revolución, notaron aquel grupo en el que todas las personas lucían una prenda roja y se besaban sin importar si eran hombres o mujeres quienes compartían afectos y abrazos.
Bajo la convocatoria del Proyecto Arcoíris, creado hace un año, el grupo rindió homenaje a los sucesos de Stonewall Inn, un bar gay de Nueva York, Estados Unidos, donde se iniciaron acciones y protestas en 1969 contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Para el colectivo cubano, la fecha es sinónimo de lucha por los derechos de personas homosexuales y trangéneros.
«Besarse es una muestra de cariño cotidiana, pero para muchos ojos constituye ‘escándalo público’ si ocurre entre personas no heterosexuales», reflexiona la convocatoria al encuentro, que circuló días antes por correo electrónico.
«Al besarnos todos y todas, por amor o fraternidad, ejercitamos nuestra igualdad ciudadana y ponemos en evidencia los dobles raseros morales que generan la homofobia, el sexismo, las lógicas discriminatorias que marcan las raíces de nuestra cultura y debemos cambiar. Besarse adquiere entonces contenido político», agrega la invitación.
La besada transcurrió tranquilamente, sin disturbios ni incidentes, y fue la primera actividad oficial del Proyecto Arcoiris, que integra activistas de otros proyectos y foros como Hombres por la Diversidad (HxD) y Observatorio Crítico, y se autodefine como una iniciativa «anticapitalista e independiente».
Yasmín Silva, una de las organizadoras, comentó a SEMlac que «la orientación sexual y la identidad de género es algo consustancial a la persona, pero la ideología es algo que se construye y que, en última instancia, a menudo se elige. No solo somos parte de la comunidad LGBT sino que también tenemos un credo ideológico que nos diferencia de otros grupos que se mueven en la sociedad civil cubana».
La activista feminista y bloguera cree que sería ingenuo sectorializar ese tema y afirma que no es posible «luchar contra las discriminaciones mientras permites, naturalizas, o justificas las diferencias de clase y las diferencias de acceso al poder».
«Nosotros creemos que el capitalismo tiene como fenómeno consustancial las desigualdades en el acceso a los recursos. Y, por lo tanto, si creemos en la verdadera emancipación de las personas, tenemos que creer que tiene que haber algo distinto al capitalismo», sostuvo a SEMlac.
Elina Valle y Roger Trabas asistieron como pareja al encuentro. Ellos forman parte de Proyecto Arcoiris y aunque se sintieron satisfechos con el desarrollo de los acontecimientos, creen que la respuesta a la convocatoria podría haber sido mayor.
En la isla cada día se suman más personas heterosexuales a acciones y grupos a favor de la diversidad sexual. Elina, como mujer heterosexual, asume este activismo por un principio de justicia. «Cualquier forma de discriminación es nefasta. El machismo, la homofobia y el racismo son la misma cosa», dijo a SEMlac la joven cubana.
Sin embargo, ambos jóvenes comparten el criterio de que la falta de promoción y los prejuicios impiden que más personas se sumen a estas acciones. El miedo a que se les etiquete como homosexuales y por ello ser discriminados son razones de peso que, según la pareja, alejan a muchas personas heterosexuales sensibles a esta causa.