Las personas bisexuales afirman vivir entre el silencio y la no aceptación, incluso dentro del propio movimiento LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero). Sin embargo, los resultados de un sondeo que permaneció abierto en el sitio Diversidad Sexual con la pregunta: «¿cree que la bisexualidad es una orientación sexual más discriminada e incomprendida?», demuestra la falta de consenso al respecto.
A diferencia de investigaciones estadísticas anteriores publicadas en el sitio digital, los resultados del cuestionario sobre la bisexualidad mostraron cierta paridad. Del total de votantes -poco más de la mitad, mujeres- más del 55 por ciento respondió afirmativamente y un 44 por ciento en contra.
Quienes afirman que la bisexualidad es más discriminada incluso al interior de los grupos LGBT basan sus argumentos en la ruptura que plantea esta orientación sexual con el sistema binario de la sexualidad (hombre/mujer, homosexual/heterosexual, etc.), que desde hace siglos normaliza el comportamiento sexual.
«La práctica nos ha demostrado que la bisexualidad es la más discriminada. Desde los preceptos heteronormativos se catalogan como personas que no han salido del clóset y desde el punto de vista de muchas personas homosexuales, simplemente, son gays o lesbianas reprimidos, en un período de transición», dijo a SEMlac Yasmany Díaz, coordinador de la Red de Jóvenes por la Diversidad, del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
En efecto, aunque la bisexualidad se define como una orientación sexual al igual que la heterosexualidad y la homosexualidad, a nivel social no se reconoce como legítima esta atracción erótico-afectiva hacia personas de ambos sexos. Muchas personas bisexuales deben reafirmar de manera continua su identidad.
Para la feminista y bloguera cubana Sandra Álvarez, la bisexualidad quizá no sea la orientación sexual más discriminada, pero sin duda, «es la más incomprendida», opina. Aunque afirma vivir su sexualidad como una «mujer autónoma e independiente», reconoce la existencia de numerosos prejuicios sociales en torno al tema.
El debate sobre los mitos relacionados con la bisexualidad y la importancia de incorporar sus demandas a la lucha por los derechos de la diversidad sexual convocan a activistas de diversos países.
En Cuba, varios grupos a favor de los derechos de la comunidad LGBT incluyen a personas bisexuales, entre ellos el Proyecto Arcoíris, Hombres por la Diversidad (HxD), el grupo de mujeres homosexuales y bisexuales Oremi, la Red de Jóvenes por la Diversidad, entre otros.
Para la especialista Norma Guillard, fundadora del grupo Oremi, la muestra más evidente de discriminación de la bisexualidad es la escasa representatividad al interior del propio movimiento LGBT, no solo en la isla sino a nivel internacional.
«Una de las experiencias que me hacen dar esta afirmación la experimenté en los grandes reclamos que suelen hacerse cuando se convoca a los eventos de LGBT nacionales, regionales e internacionales, pues a pesar de estar en las siglas de la comunidad, no toman un espacio de discusión; siempre las personas bisexuales tienen poca presencia y, por ende, se discute poco sus realidades y conflictos», afirmó Guillard a SEMlac.