La Habana, mayo (SEMlac).- Trascender las dicotomías del género puede ser también un camino para la literatura. Desde las propuestas de la teoría queer, un grupo de autores y autoras comienzan a fabular nuevos modos para comprender las relaciones humanas y desbordar las nociones clásicas de lo femenino y lo masculino.
De ello hablaron en La Habana la estudiosa madrileña María Castrejón y el autor cubano-español Julián Martínez, durante las actividades celebradas en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) este 10 de mayo como parte de la V Jornada Cubana contra la Homofobia.
Ambos se reivindican dentro de la escritura queer, término asentado en la década del noventa en Estados Unidos, que cuestiona las oposiciones binarias como hombre/mujer y heterosexual/homosexual, así como las identidades de género concebidas de manera rígida.
Esta teoría plantea que no es posible ser un solo sexo o un solo género, sino que se trata de un proceso performático mediante el cual se reciben significados culturales, pero también se están innovando de manera constante.
Según explicó Castrejón, especialista en literatura lésbica española y en lo que ella ha llamado «transgénero literario», desde finales de los años noventa del siglo XX e inicios del actual milenio hubo un boom impresionante de literatura LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros) en España y se fundaron editoriales específicas sobre el tema como Odisea y Lumen.
Varios de estos libros expanden la noción erótica de las mujeres, partiendo de un feminismo renovado que apuesta por una mayor diversidad a la hora de entender la sexualidad.
La siguiente eclosión provino de 2008, a partir de una serie de textos calificados como queer, de autoras como Beatriz Preciado, máxima exponente de esta tendencia en el país ibérico, señaló la estudiosa.
En su opinión, este tipo de obras despliega el poder de la erótica fundando una poética que rompe con la tradicional y con otras cuestiones establecidas en lo social, lo afectivo, genérico y cualquier espacio social.
«Lo queer supone el intercambio protésico de géneros, porque puede cambiarse de rol, masculino o femenino, sin ser necesariamente heterosexual u homosexual», significó Castrejón.
Asimismo, aparecen creadores con esta perspectiva también en las artes visuales y el cine. La caricaturista Susana Martín, por ejemplo, concibe personajes infantiles sin marcas de género, partiendo de que es en esas edades cuando se inicia la discriminación.
«No solo los homosexuales sufren la homofobia, sino todas las personas que incumplen la norma de género, por lo que desmentir esas marcas es la primera arma que tenemos que usar con nuestros hijos», comentó la poeta.
Julián Martínez, nacido en 1985 en La Habana, es actualmente uno de los principales seguidores de esta tendencia en Madrid, donde reside desde los 18 años. Su libro de relatos Erótica de los nohombres, presentado también en La Habana, desafía las fronteras de la sexualidad y de la literatura.
Para el autor, el nohombre significa un sentimiento. «Recuerdo que desde pequeño me distancié de las cosas que me enseñaban sobre la hombría, el ser macho, el hombre fuerte. No encajaba en esos moldes y desde ese momento tuve que comenzar la lucha», confesó.
Este tipo de liberación es la que buscan los personajes de sus narraciones, habitantes de La Habana y Madrid, las dos ciudades a las que pertenece. «La erótica de los nohombres es intentar desvestirse y quitarse todas las normas impuestas desde las banderas de las familias, de las buenas costumbres, de los roles de género, del patriarcado y lo normativo», declaró.
Castrejón también presentó su poemario Volveré mucho más tarde de las doce, publicado en la colección Desatada de la editorial Egales de España. Su escritura resulta una ruptura con el género pues, al decir de la catedrática Concha García, en el prólogo, «no recoge el silencio de las palabras, sino que las convoca para que no nos sintamos ni como hombre ni como mujer, sino como almas que ya no se reconocen en lo que el cuerpo les dice».
Castrejón y Martínez describieron la actual fertilidad de los movimientos feminista, LGBT y queer en España, si bien destacaron la falta de articulación que existe entre estos grupos y la resistencia a las nuevas perspectivas aportadas por las generaciones jóvenes. Internet se ha convertido entonces en plataforma de lucha para multiplicar estos enfoques y marchar al margen de la burocracia, coincidieron los ponentes.
Desde hace cinco años, la UNEAC se suma a las actividades nacionales en la Jornada Cubana contra la Homofobia, pero esta es la primera vez que se produce un intercambio con creadores que habitan otros contextos.
El escritor Norge Espinosa, organizador de la cita, señaló en un artículo publicado en la revista La Jiribilla que este tipo de retroalimentación se torna crucial pues «el reflujo de datos, volúmenes, textos, anécdotas incluso, debe multiplicarse para dejarnos saber de qué manera este batallar se produce en otros sitios, culturas y realidades, a fin de darnos recursos para entender de manera más amplia y activa algo en lo que vamos dando los primeros pasos».