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El documental Ni preguntas ni respuestas, es la vida, de la realizadora cubana Lizette Vila y estrenado la pasada semana en La Habana, devela vivencias de personas transexuales y sus familias en torno a la aceptación de la diversidad sexual y el contagio con VIH/sida.
A partir de lo más humano e íntimo, miradas, gestos, lágrimas y voces descubren desde sufrimientos por la incomprensión y el rechazo de los seres más cercanos, duros trances y violencia, hasta la incondicionalidad de madres que, por encima de todo, defienden a sus hijos y su decisión de ser auténticos, aunque diferentes a lo que dicta la sociedad.
Con una duración aproximada de 25 minutos, Ni preguntas ni respuestas, es la vida, tiene como protagonistas a varias personas transexuales que sintieron desde la infancia una inclinación imparable hacia las conductas, juegos y ropas que la sociedad le asigna comúnmente al sexo opuesto.
Recibieron regaños, golpes y burlas, fueros arrastradas a consultas médicas, tuvieron que dejar los estudios o fueron expulsadas de sus casas, sin que esas agresiones cambiaran su manera de sentir. En algunos casos, el contagio con VIH/sida sumó incertidumbres primero, y crecimiento personal después, al formarse como promotoras en la prevención de la enfermedad.
Los testimonios son fuertes, como duras fueron sus vivencias, hasta un momento en que las familias, generalmente las madres, comenzaron a verlas desde el amor y asumieron una actitud diferente, ayudadas por lo aprendido en encuentros y talleres en el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dedicado a la defensa de la diversidad y de los derechos de personas de diferentes orientaciones sexuales.
Maritza González Cuesta, madre de Yanel Loretta Vidal González, pintora transexual, reveló a SEMlac su confianza en que este nuevo material del proyecto Palomas, dirigido por Vila, pueda servir de mucho a la sociedad.
«Cuando esperamos un niño o una niña, no estamos preparados por si sucede algo así, por eso la familia y los amigos deben estar preparados para tratar a estas personas que sufren y siente y tienen derecho a vivir y desarrollarse, y a tener un futuro mejor», dijo.
Alina y José Miguel son los padres de Kasandra, de 20 años y 1,94 centímetros de estatura, muy superior a la media de cubanas y cubanos. Según dijeron a SEMlac, si en un inicio fue duro reconocer la identidad sexual de su hija, desde hace tiempo ambos respetan la decisión de Kasandra y están complacidos de que, con el documental, se les haya prestado la atención a personas como ella.
«Es un paso muy avanzado. El documental está fuerte y dirigido a la sociedad que tiende aún a marginarnos. Estos testimonios sensibilizan, ayudan a comprender un poco más la vida de nosotros, los travestis, y a conocer cómo nuestros padres nos aceptan. Esto sensibiliza para que apoyen a todas las personas, ya sean homosexuales, gays, travestis, lesbianas», dice Kasandra.
José Miguel, el papá de Kasandra, único padre testimoniante, dijo sentirse conmovido de que haya una institución que luche por estas personas que se diferencian del resto por su preferencia sexual, distinta a la esperada por la sociedad.
En la presentación, Ángel Gutiérrez, oficial nacional de monitoreo y evaluación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señaló que el documental integra las actividades del Cenesex dentro del proyecto Expansión y descentralización de la prevención del VIH en Cuba, que desarrolla junto al PNUD y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, con el fin de incrementar las acciones de prevención.
Gutiérrez expresó su esperanza de que el audiovisual integre los materiales de análisis y discusión para diferentes grupos vinculados a la prevención.
Por su parte, la realizadora Lizette Vila dijo a SEMlac que «este documental, como cualquier obra audiovisual –que tienen tanta fuerza–, es una manera de poner esos recursos expresivos en función de emociones y sentimientos, es mostrar nuestras realidades».
«Me encantaría que fuera transmitido por nuestra televisión, porque vemos otras realidades: en Tailandia, en India, en una parte de Rusia, y porqué no hablar de las nuestras, de las personas transexuales que han querido mantenerse en este proyecto social cubano con sus familias».
Vila recordó a Vilma Espín, la ya fallecida presidenta de la Federación de Mujeres Cubana (FMC), quien fuera la precursora del trabajo de unión, sin exclusiones, sin discriminaciones, al que le ha dado continuidad el Cenesex con tantos colaboradores y colaboradoras.
La doctora Rosa Mayra Rodríguez, coordinadora de la línea de travestis, transexuales y transgénero del Cenesex, señaló que la incorporación de las familias ha sido muy importante porque ha contribuido a disminuir, en parte, la vulnerabilidad sicológica y social del estigma y la discriminación que, no solo de la sociedad sino también de la familia, conducen la infestación con el VIH/sida.
Para Rodríguez, el documental va a contribuir a la reflexión y al debate del tema de la prevención del VIH desde las familias.
Marzo de 2011