La Paz, agosto (SEMlac) «El k’eusa es el marica del mundo aymara; el niño, el adolescente, el hombre que no encaja en la dualidad hetero-costumbrista de una cultura homofóbica por excelencia». Este es uno de los 13 insultos de los que se apropió un grupo de homosexuales varones, para resignificarlos y devolverlos a la sociedad boliviana como una interpelación.
El «Diccionario marica» se presentó como una novedad en la XVII Feria Internacional del Libro, que se realiza en la ciudad de La Paz, del 1 al 12 de agosto; es un libro de bolsillo artesanal y con tapas de diferentes colores. La idea inicial surgió como un sector del programa radial «Soy marica y qué», que se difunde desde hace dos años en Radio Deseo, medio del movimiento feminista Mujeres Creando.
«Nuestro propósito era recoger las palabras que utilizan los homofóbicos, en sentido despectivo, contra homosexuales varones, para resignificarlas y hacer con ellas un retrato del homosexual, pero desde la diversidad de imaginarios, historias y sueños homosexuales, y también desde las diversas formas de vivencia de la naturaleza homosexual», indica Édgar Soliz Guzmán, integrante del equipo «Soy marica y qué».
Al plasmarlas en un formato físico continúan con su intención de lograr que las palabras que les han dolido en algún momento, como «loca», «no sean tan dolorosas», señala a su vez Roberto Condori, otro impulsor del proyecto.
La «loca interpreta, transgrede y desafía al sistema patriarcal sólo con su presencia desequilibrada al caminar, y con ese su meneo también desequilibra la estructuras mentales», añade.
Condori explica que una de las características del «Diccionario marica» es que no contiene conceptos, sino relatos cortos, poéticos pero cuestionadores, hechos a partir de las propias experiencias e historias de vida del grupo integrado por ocho varones. Es también una radiografía de lo que significa ser homosexual en Bolivia.
Pero, además, es una interpelación a la reciente narrativa homosexual, fomentada y financiada por organizaciones no gubernamentales enfocadas a lo gay, lésbico, bisexual y transexual. «Las ONGs gelebetosas te norman el pensamiento, la palabra y el lenguaje homosexual. No hay proyectos que te financien lo maricón; tienes que ser gay para que te apoyen», lamenta Soliz.
Esa es otra característica del diccionario y del grupo del programa «Soy marica y qué», la reivindicación de lo maricón y su crítica a lo gay. En el diccionario se lee que «el maricón es el homosexual infractor», que es capaz de «interpelar ácidamente a la sociedad»; «el gay prefiere soñar con el país de las hadas, donde le espera su príncipe azul, por más imposible que parezca», se lee.
Soliz aclara que, si bien han fortalecido el discurso del maricón, no pretenden imponerlo, pues respetan a quienes se identifican como gay; pero están inscribiendo otras visiones en las representaciones sociales.
Con curiosidad, morbo y risitas burlonas, así reaccionan las personas que hojean el «Diccionario marica» y leen la resignificación del «ch’iso», el «desviado», el «fresco», el «joto», el «mariposón», el «marulo», entre otras palabras.