La defensa de sus derechos y la denuncia de los fundamentalismos religiosos y políticos son propóstios comunes que comparten activistas LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex y queer) de Cuba y Estados Unidos.
Representantes de la Red TransCuba, la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales , HSH (hombres que tienen sexo con otros hombres) y activistas LGBTQ de los Estados Unidos intercambiaron sobre la aprobación del Código de las Familias en la nación caribeña, las formas de organización del activismo y las violencias homolesbotransfóbicas.
El encuentro se realizó el 8 de mayo en el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), como parte de las 16 Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia, que se celebran hasta el próximo 20 de mayo en La Habana y Santi Spíritus.
Melinda Butterfield, activista trans de la organización estadounidense “Mujeres en lucha”, recordó sus visitas anteriores al país, pues desde hace 30 años integra el movimiento de solidaridad con Cuba.
“Vine antes y después de hacer la transición. Ahora nos ha motivado la victoria del Código de las Familias y queremos traer a personas de nuestras comunidades para que aprendan sobre esta ley y que, al regresar, puedan educar sobre la necesidad de terminar con el bloqueo a Cuba”, dijo Butterfield.
El grupo de activistas que visita Cuba se interesó por el proceso de aprobación del Código de las Familias y cómo concitó el apoyo del gobierno cubano.
“En Estados Unidos el gobierno está contra nosotros; en diferentes Estados se están aprobando leyes que buscan aniquilarnos y eliminarnos. Por eso estamos aquí, para aprender cómo ustedes han logrado todo esto”, aseveró la activista lesbiana Elizabeth Toledo, del Partido Socialista Unido.
Gustavo Alberto Pi, especialista del Cenesex, resaltó el apoyo del Estado cubano como elemento crucial en el proceso de aprobación del Código. Una lucha que no fue fácil, dijo.
“La aprobación del Código de las Familias es resultado de la voluntad política y de las décadas de educación y sensibilización por parte de instituciones como el Cenesex y la sociedad civil”, explicó.
“Desde el punto de vista legal, es un documento precioso. No es solo el Código que reconoce el derecho al matrimonio y a la adopción por parte de las personas LGBTIQ. Es una ley que protege los derechos de todas las personas en la sociedad, en particular las más vulnerables, y salda una deuda histórica con las personas homosexuales y trans”, agregó Alberto Pi.
El grupo de visitantes también se interesó por el funcionamiento y la agenda de los colectivos existentes en Cuba, los espacios de socialización y los desafíos que aún persisten.
Representantes de la Red TransCuba, la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales y HSH apuntaron algunos de los temas que trabajan y las formas de organización de sus colectivos, presentes en todas las provincias del país y en la mayoría de sus municipios.
En el encuentro trascendió que, a diferencia de TransCuba y HSH, la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales enfrenta el desafío de no contar con presupuesto propio.
“Al no ser consideradas como población de riesgo ante el VIH e infecciones de transmisión sexual, las lesbianas no logran acceder a financiamientos internacionales dedicados a la prevención de la epidemia del VIH”, explicó Alberto Pi.
Otros desafíos compartidos por activistas de ambos países fueron las violencias y los fundamentalismos religiosos, que en el caso de los Estados Unidos se han filtrado en la política y los medios de comunicación, incrementando el discurso de odio.
“Existen muchas diferencias entre los diferentes Estados de la nación, en algunos se les están quitando derechos a las personas LGBTIQ y haciendo que sea ilegal existir en público. En unos pocos Estados mantenemos nuestros derechos, pues no existe una política nacional de protección y el gobierno nacional se rehúsa a intervenir”, contó Melinda Butterfield.
“Ahora existe mucho odio en los medios y eso significa más violencia en todos los lugares. Nueva York, donde vivo, es considerada una ciudad segura, pero los fascistas están yendo a nuestros espacios y como comunidad tenemos que hacerles frente. En Florida y Texas es peor”, agregó la activista trans.
“Aquí también somos víctimas, sobre todo las personas trans. Sufrimos acoso policial, abandono familiar y discriminación social; eso nos obliga muchas veces a dejar los estudios, acudir a la prostitución como sobrevivencia y la mayoría vive con VIH”, dijo Alexandra Hernández Naranjo, coordinadora de TransCuba en el municipio Habana del Este.
Por su parte, Teresa de Jesús Fernández, coordinadora nacional de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, compartió algunos de los puntos de la agenda que desarrolla la Red, entre ellos: el abordaje de las violencias machistas, la lesbofobia interiorizada, el reconocimiento de las familias lesboparentales, el ejercicio de los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas, la visibilidad y realidad de sus derechos, el acoso escolar, laboral y en la comunidad.
“Nuestro objetivo fundamental es contribuir a la transformación de la sociedad y a desmotar el patriarcado”, concluyó la activista.