La diversidad de las mujeres cubanas, de sus conflictos, dolores y vulnerabilidades son centro del documental “Todos los días son 8 de marzo”, producido por el proyecto Palomas y presentado el 16 de marzo en el cine Yara, en La Habana, a la prensa nacional y extranjera acreditada en el país.
Con realización y dirección de Lizette Vila, Ingrid León y Sergio Cabrera, el audiovisual visibiliza “las historias de 23 mujeres que, desde diversas realidades, asumen sus múltiples conflictos, sus demandas y la reparación necesaria y urgente para edificar una vida digna, y se convierte en ofrenda al Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres”, precisa la nota de presentación de Palomas, Casa de audiovisuales para el activismo social.
Para Vila, coordinadora del Proyecto Palomas, se trata de un “documental en proceso”, pues algunas de las deudas que muestra se han ido solucionando; pero también ha sido un “ejercicio de capacitación” a partir del trabajo previo en encuentros y debates con esas mujeres junto a otras de las que se acercan cada día a la sede del proyecto.
La propuesta audiovisual, con textos de la periodista Sara Más y la filósofa Teresa Díaz Canals, resulta necesaria y urgente en el camino para lograr una mayor protección de los derechos integrales de las mujeres en la isla caribeña.
“El documental muestra el abanico de la dinámica demográfica de este país con sus complejidades, entrecruzamientos y deudas de atención”, dijo la periodista Dixie Edith Trinquete, profesora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la Universidad de La Habana, parte del panel que acompañó la premier del material.
Según Trinquete, la producción de Palomas también refleja la heterogeneidad de la sociedad cubana actual y cómo se intersectan en ella las diferencias por edad, sexo, género, zona de residencia o acceso económico, entre otras, agregó.
A su vez, valoró como se visibiliza en el material a “mujeres cubanas diversas”. “No hay una mujer cubana única, sino muchas maneras de serlo, como diversas también son las problemáticas que las atraviesan”, dijo.
“Esa realidad, diversa, plural y cotidiana puede ser la de la familia, la vecina, la abuela de una amiga o alguien en una guagua, y muchas veces, por la velocidad que pone la vida a las mujeres, no nos detenemos a pensar lo que está pasando con nosotras”, analizó por su parte la abogada Aracely Rodríguez, investigadora del Instituto de Filosofía e igualmente integrante del panel.
“En el discurso aparecen, una y otra vez, palabras que se articulan entre ellas: dignidad, escudo, silenciamiento, dolor”, apuntó y resaltó que esa “dolorización” que viven las mujeres va mucho más allá de las problemáticas que se nos presentan en la vida y se van sumando y acumulando.
El audiovisual “no pretende buscar universalidad, sino determinadas problemáticas objetivas, que están en la realidad”, consideró el jurista Yuri Pérez, vicedecano de la Facultad de Derecho, de la capitalina casa de altos estudios.
Tampoco, a su juicio, tiene una vocación de buscar culpables, sino soluciones; busca mostrar una realidad que está en diferentes espacios y sectores del país, en diferentes ámbitos, instituciones y dimensiones territoriales y que es necesario, urgente e imprescindible solucionar.
Pérez lo ve como un documental de demanda, de exigencia y “se conecta con términos como dignidad, algo que para los juristas es un principio, un valor, un derecho”, reflexionó Pérez.
“Cada una de estas historias habla de una arista de la dignidad, se enfoca en la conquista o en la búsqueda de esta dignidad” en la que se enfoca también el proyecto social cubano, insistió.
“Todos los días son 8 de marzo” contó con la colaboración del Centro Félix Varela, CARE Internacional, la Embajada de Canadá, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), el Instituto Cubano de Arte Industria Cinematográficos (Icaic), la Empresa de Grabaciones Musicales (Egrem) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Previsto inicialmente para su estreno público el próximo 25 de marzo, Vila explicó a la prensa reunida en el cine Yara que ese momento “se pospone para una fecha aún por definir”.
“Es un documental para la reflexión”, insistió Yuri Pérez. “No busca maquillajes forzados, no es complaciente, se enfoca en historias de vida, tristes y complicadas, pero no derrotadas, sino que hablan de la resiliencia”, agregó.
Vila coincide y afirmó durante la presentación que se trata de una propuesta artística “para sentir y pensar”.
Trinquete, en tanto, consideró que se trata de “un retrato del país que somos, pero también del país que queremos y del que necesitamos que sea”.
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