“Este tipo de conteo es importante por muchísimas razones, principalmente porque sirve para visibilizar el trabajo de las mujeres y demuestra que se han abierto muchas brechas a través del tiempo”, dijo en conferencia de prensa Jennifer Clement, presidente emérita de PEN Internacional (PI).
La investigación realizada en cinco países de América Latina analizó la representatividad de las mujeres escritoras y periodistas en la industria editorial, los medios de difusión impresos y digitales, así como en los principales festivales y premios literarios nacionales y regionales.
“El documento muestra que la falta de igualdades puede tener una consecuencia grave sobre la vida de la escritora”, abundó Clement.
El informe mide la representatividad femenina, para lo cual los Centros PEN México, Ecuador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, realizaron entrevistas a profesionales pluriculturales de la literatura, los medios y el ámbito editorial.
Estas mujeres de viva voz opinaron sobre el estado actual de la equidad de género, los obstáculos para el reconocimiento y la consolidación de su trayectoria, así como la dificultad para acceder a los premios literarios.
Además, se preguntó sobre las condiciones que pueden determinar su exclusión como escritoras. Por ejemplo, la raza, la lengua originaria, el estatus socioeconómico, los códigos culturales y la definición sexual o la edad, entre otros.
Presencia minoritaria
En términos generales, el informe arroja que en el ámbito de la literatura y también del periodismo, la presencia de mujeres escritoras y columnistas sigue siendo minoritaria en los países seleccionados.
“Pudimos ver con asombro cómo datos estadísticos de países hablaban de la disparidad e inequidad histórica entre mujeres y hombres”, indicó Karla Olascoaga, escritora y presidente de PEN Guatemala.
Los expertos y expertas afirmaron que esta realidad está cambiando ya que las nuevas generaciones de escritoras, ya sean poetas, cuentistas o novelistas aseguran estar perdiendo el miedo a hacer escuchar su voz y sacando provecho, por ejemplo, de los beneficios que ofrece la era digital.
Esto ha sido gracias a la horizontalidad e inmediatez de los intercambios a través de las redes sociales, recursos virtuales como la plataforma Zoom y la posibilidad de publicar en la nube en ediciones de autora o en coediciones con una nueva generación de editoriales llamadas independientes que están apostando a las ventas, pero también, y, en primer lugar, a la calidad de la literaria.
“Muestra que ya queremos invertir en este tema cultural y de género. Un tema poco documentado donde la primera problemática es la invisibilidad”, precisó Frédéric Vacheron, representante de la Unesco en México.
En ese sentido, el informe detalla que ganar la guerra contra la invisibilidad, romper el silencio frente a la inequidad secular de género en América Latina y superar las limitantes que implica la condición de mujer, así como los intereses del mercado editorial, son algunos de los retos de las escritoras de los países monitoreados.