Investigación de los discursos antifeministas en redes sociales

La investigadora Helena Varela Guinot fue usuaria de un perfil de Facebook de seguidores del partido español de derecha Vox, y en una entrevista con Télam explica cómo se organizan los discursos antifeministas en esos espacios a partir de tácticas de desinformación que fomentan un discurso de odio hacia las mujeres.

El diálogo es vía WhatsApp desde México, donde la investigadora nacida en España reside hace 28 años, un recorrido de vida que se nota en su tonada que mezcla la de ambos países. Es docente e investigadora en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México donde integra el comité que asesora en situaciones de violencia de género y allí también coordina el doctorado en Estudios Críticos de Género.

«Soy feminista», dice la profesional que comenzó estudiando historia, siguió con una maestría en Ciencias Políticas y Sociales e indagó en prácticas de inclusión y exclusión en las sociedades.

A mitad de este año comenzó a difundir »Hombres buenos vs. feminazis: estrategias para construir el discurso antifeminista en las redes sociales», su investigación acerca de la construcción de discursos de odio hacia las mujeres en esos espacios virtuales.

Desentrañar cómo operan las corrientes y movimientos antifeministas fue el objetivo de este trabajo que la llevó a las redes sociales. «Encontré un mundo del cual creo que no voy a salir», comparte.

«Conforme tenemos un incremento de las movilizaciones feministas –la Argentina es un ejemplo maravilloso en ese sentido-, en paralelo vemos sectores que cada vez se manifiestan más abiertamente en contra del feminismo y su agenda, y no sólo es una denostación, incluso se llega a cuestionar la violencia de género, su existencia, diciendo que no es un problema del sistema, que es algo aislado», analiza la investigadora.

«Es un discurso que cuestiona la realidad», enfatiza. Varela Guinot considera que es una reacción «frente a un discurso que reconoce la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y frente a los avances logrados en las normativas, gracias al feminismo».

«Su marco de referencia es la posverdad: se ve e interpreta la realidad a partir de todo aquello que apela a lo emocional y a las creencias personales, dejando en un segundo plano los hechos objetivos y en ese sentido son esenciales las redes sociales», detalla.

«Incluso se llega a cuestionar la violencia de género, su existencia, diciendo que no es un problema del sistema, que es algo aislado»

Helena Varela Guinot es docente e investigadora en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México. Foto AP

¿Por qué eligió indagar a Vox?

Soy de origen español y me llamó la atención el partido Vox, que ha ido creciendo y que directamente, abiertamente, se declara en contra del feminismo y está a favor de quitar subvenciones a organizaciones de la sociedad civil que tengan que ver con el feminismo y otras cosas más, sin filtros, sin pensar en un discurso políticamente correcto. Lo declaran abiertamente.

¿Qué quería develar?

Me preocupaban dos cuestiones: cómo ha permeado ese discurso en ciertos sectores de la sociedad que se lo han creído y se han apropiado de ese discurso, y entonces sostienen que hay que reclamar igualdad de las mujeres, pero no a través del feminismo. Y más preocupante todavía, cómo empieza a tener una incidencia en política pública.

¿Por qué eligió Facebook como plataforma para su investigación?

Por las características del partido y el perfil del simpatizante promedio de Vox, que aún se mueve en Facebook, más que en Instagram. Creé un perfil desde donde no fui activa, no propicié publicaciones, me limité a observar desde una página del partido. Seleccioné, aleatoriamente, 250 usuarios que tuvieran en su imagen de inicio alguna referencia al partido, y vi cómo se comportaban, el tipo de publicaciones que ponían en torno a género. La investigadora trabajo en dos periodos, uno cercano al Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres y otros que incluyó el Día de la Mujer.

Del 20 de noviembre al 6 de diciembre de 2019, encontré más de 2.000 entradas sobre género y del 1 al 10 de marzo de 2020, fueron más de 2.020 las entradas. El 70,8 por ciento de la actividad fue de hombres.

¿Qué encontró cuando realizó el análisis cualitativo de estas publicaciones?

Que van construyendo un discurso que necesariamente lleva a generar una animadversión absoluta hacia el feminismo. Juegan con la información, con tácticas de desinformación que consisten en dar un dato como si fuera generalidad. Por ejemplo, si la Corte dice que hubo una denuncia falsa de violencia de género, eso les da pie para decir que todas las denuncias son falsas; también dan informaciones de sucesos antiguos como si hubieran ocurrido ahora. Sobre estas mentiras que menciona la profesional, hubo novedades esta semana. La Fiscalía General del Estado de España realizó la apertura del año judicial informando que en 2020 se interpusieron un total de 150.785 denuncias por violencia de género. Y no se ha demostrado que ninguna de ellas fuera falsa.

¿Qué otras estrategias encontró?

Otras formas de mantener la desinformación son con la ambigüedad de no precisar o de directamente dar datos falsos. Lo interesante es que sólo buscando esas noticias en Internet una se daba cuenta de la mentira, ahí está el fenómeno de cómo se transmite la noticia, sin chequear, porque la gente la comparte sin pensar.

¿Qué reacciones generaban en los usuarios estas publicaciones?

Generan una imagen que mueve emociones claves: el miedo y el odio. El miedo al ‘supremachismo hembrista’, a las ‘feminazis’, a las que ‘trastocan el orden’, y ‘quieren acabar con la familia’, y es impresionante cómo construyen esa sensación de persecución del movimiento feminista contra los hombres. Y lo acompañan con publicaciones donde las feministas son denostadas, con imágenes que son depravaciones. Mucho insulto y hasta deseos de muerte.

Usted habla de las tácticas que utilizan para frenar la revolución cultural igualitaria que impulsa el feminismo. ¿Cuáles son?

Conocer al enemigo y aprender sus propias estrategias, usar sus propias armas en redes, ser un interlocutor reconocido a nivel internacional, promover un marco paralelo de derechos humanos y cambiar el discurso de quiénes son las víctimas. Es toda una estrategia donde los hombres son buenos, víctimas de mujeres perversas que agreden

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