“En la literatura y en el feminismo hay una sobrerrepresentación de mujeres con privilegio”

Perras de reserva (Sexto Piso) ha llegado a las librerías de España después de su éxito en el panorama literario de México. Una colección de relatos que pone en el centro a mujeres de periferia, cuyas vidas se cruzan y se sacuden por el crimen organizado, la guerra contra el narcotráfico y la violencia machista.

Su autora, Dahlia de la Cerda (México, 1985) cuenta por videollamada desde su casa de Aguascalientes, en el centro de México, que la salida de Perras de reserva en el mercado internacional la tiene muy contenta pero muy nerviosa “En Latinoamérica al menos compartimos contexto, pero espero que en España puedan también conectar”.

Entre diez y once mujeres son asesinadas cada día en México, según cifras oficiales. Un informe de la organización Impunidad Cero dice que menos de la mitad de los casos denunciados termina en una condena.

Hablamos con ella de esa violencia mexicana, de la situación del aborto en el país, en la que está muy implicada por su activismo en la organización Morras help morras -chicas ayudando a chicas- y de su último libro publicado, Desde los zulos.

El origen de Perras de reserva está en otro proyecto, la colección de relatos Nuestras muertas tienen nombre, sobre el feminicidio en México. ¿Por qué eligió ese tema para la beca de creación Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico?

Elegí el tema del feminicidio porque ocurrió uno en mi familia: yo quería respuestas y lo único que tenía era la literatura, mis ganas de escribir. Me di cuenta de que lo personal es político, que mi familia no era la única familia en México que estaba pasando por esa situación, que el asesinato de mujeres es algo sistemático y estructural, que ocurre ante el silencio de la sociedad y del Estado, que facilita que se den estos crímenes mediante la omisión.

Me rechazaron en la beca tres veces, decían que no sabían si era sociología o iba a ser realmente literatura, porque hasta ese momento no había textos que abordaran desde la literatura el tema del feminicidio. No fue hasta después de Chicas muertas, de Selva Amada, que sentó un precedente en 2015, que me la dieron.

¿Cómo se convirtió en Perras de reserva?

Iban a ser diez cuentos, pero la mitad no funcionaban: eran revictimizantes o no estaba la trama resuelta. A mi tutora tampoco la convencieron así que dejamos descansar la otra mitad. Ya teníamos seis años de guerra contra el narco -con el presidente Felipe Calderón, en 2006- y me habían llamado la atención especialmente los feminicidios que suceden en este contexto. Después de tanto leer sobre las mujeres como víctimas decidí escribir sobre el otro lado, sobre las mujeres que son las que ejecutan la violencia o que son al mismo tiempo víctimas y victimarias.

Víctimas y victimarias, sus personajes son siempre mujeres de periferia, que se salen del canon de la feminidad. ¿Qué es lo que le resulta interesante de ellas?

Pareciera que las mujeres no somos personas multidimensionales, sino que somos malas-malas o buenas-buenas, somos víctimas-víctimas o agresoras-agresoras; pero somos mucho más complejas, podemos ser perfectamente privilegiadas y oprimidas. Quería hablar de estos matices y hacer personajes no tan planos. En la literatura y en el feminismo hay una sobrerrepresentación de las experiencias de mujeres con privilegio y yo no lograba conectar del todo. No tenía acceso a esa información, este era mi contexto más inmediato y el mío propio. Me parecía que era importante hablar de esta otra realidad y cuestionar qué es lo que se considera literario o no.

La violencia impregna todos los relatos del libro, es una constante en la trama y en las protagonistas, ¿es posible escribir desde México sin escribir de las violencias que lo afectan?

La violencia en México es muy particular por el contexto de guerra contra el narcotráfico. Yo quería visibilizar cómo las mujeres vivimos violencias muy diversas, que nos atraviesan de formas muy distintas según el lugar que ocupemos. Usé la primera persona para generar empatía. Que la persona que los lee tenga la experiencia de alguien que llega y te cuenta su vida. Si yo hubiera usado un narrador omnipresente siento que hubiera dado mis juicios de valor de las situaciones de violencia que están viviendo, que hubiera caído en muchos clichés, en muchos moralismos o en apología de lo que hacían mis personajes. En Colombia se han sentido muy identificadas, porque el contexto es más o menos parecido, pero me preocupa que allá -en España- no conecten con los personajes porque no viven esta violencia específica.

¿Cómo le sentó el éxito del libro en México? ¿Qué ha cambiado en su trabajo, en su vida, en su escritura?

Yo tenía hasta cinco trabajos, no me alcanzaba el tiempo para escribir, esto se refleja en este libro: un libro corto que escribí en cuatro años. Muchos de los textos los trabajé en un tianguis -mercado al aire libre- donde yo trabajaba. Pero le tenía fe al libro porque pensaba que muchas mujeres se podían reflejar en él. Después, las becas literarias me daban esa posibilidad de tener un cuarto propio, pero no me resolvían todos los problemas de precarización y yo seguía teniendo dos trabajos.

La vida me ha cambiado radicalmente desde que Perras de reserva se publicó en México. Yo solo conocía mi ciudad y los estados de alrededor; ahora hay días en que tomo cuatro aviones. Ha sido interesante reflexionar cómo estos cambios ocurren inesperadamente y cómo nos posicionan en lugares completamente distintos. Ahora estoy en un lugar de mucho privilegio comparado al punto en el que partí. Ahora puedo dedicarme a la escritura y a Morras help morras.

Háblenos un poco de Morras help morras, la colectiva que codirige sobre salud sexual y reproductiva. ¿Cuál es el estado del aborto en México? ¿Desde qué perspectiva trabajan?

En México el aborto solo es legal en algunos de sus estados. A quienes no tienen la posibilidad de viajar en autobús para interrumpir su embarazo, les brindamos información, acompañamiento, monitoreo y gestión de medicamentos para que puedan hacerlo en estos lugares. O incluso a las que no quieran ir a las clínicas en los servicios de salud, porque el trato no es el adecuado y las estigmatizan o revictimizan o maltratan, y prefieren hacerlo en su casa.

Tenemos una línea de atención y generamos materiales. Queremos que se hable del aborto sin estigmas, pero también sin romantizarlo. Es un proceso médico, un proceso más en la vida reproductiva; pero la lectura que le das a ese aborto depende un montón del contexto. Podrás irte a celebrarlo al día siguiente o necesitar un ritual de duelo y todas estas realidades son válidas. También tenemos un caso en la Suprema Corte de Justicia para declarar inconstitucional el Código Penal de Aguascalientes que lo prohíbe.

Perras de reserva llega a España a la vez que en México sale su nueva obra Desde los zulos, ¿de dónde proviene el título? ¿Qué nos cuenta en esta obra?

Desde los zulos es una recopilación de columnas sobre feminismo que escribo para la revista de la editorial Sexto Piso con ese nombre. También hay otros textos inéditos. No le tenía nada de fe, no lo quería publicar, me preocupaba la reacción del feminismo transodiante y tener que lidiar todos los días con eso. Pero mis compañeras me animaron. Me dijeron: “nosotras te vamos a defender, te vamos a respaldar”. Y le está yendo bastante bien.

El nombre viene de Un zulo propio, de Itziar Ziga, con el que me sentí muy identificada cuando decía que hay mujeres que solo podemos aspirar a eso, y no al cuarto propio de Virginia Wolf. Cuando me firmó el libro me escribió: “Para las que emergen de los zulos”. Qué lástima que lo vendí en una de mis crisis económicas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diecinueve + 14 =