“A la entereza más allá de resistir que tienen las mujeres cubanas, a la capacidad de sobreponerse y salir con fortalezas, levantarse y saber recomenzar” dedica el Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social, su nueva obra. Mujeres… resiliencia, derechos a la vida es un documental de las realizadoras Lizette Vila e Ingrid León que se estrenará en octubre de este año y sitúa en un contexto común para la nación caribeña la historia de 22 mujeres y cuatro hombres.
La cinta, de 51 minutos de duración, reúne los testimonios que confluyen en un hecho determinante en el desarrollo, la cotidianidad y el futuro del país: el bloqueo económico que por casi seis décadas ha sostenido Estados Unidos contra Cuba y que se ha traducido no solo en carencias y dificultades, sino en “trampa, presión, coerción y persecución, freno y mucho más”, describe la voz de la narradora del audiovisual.
“Once presidentes han ocupado la silla de la oficina oval en Estados Unidos con el mandato de aislar y bloquear el normal desarrollo de la nación. Cuba lo sabe y nosotras las mujeres, también”, se apunta en el material que “se llevó a cabo en 28 locaciones, con participación de meres de todas las regiones del país”, refirió Vila durante una proyección técnica, realizada el 26 de junio en el capitalino cine Chaplin.
Para la realizadora, las cubanas son “heroínas del día a día. Sin embargo, el audiovisual nos presenta a mujeres que son más que sobrevivientes, en tanto son empuje, creación, sostén… Muestra realidades invisibles, silenciadas y también la cara solidaria de la cotidianidad que tejen”, sostuvo.
“El dolor lo curamos con desvelo, a la escasez oponemos imaginación y a los problemas les buscamos soluciones con mucho empeño y pasión”, sostiene la cinta que presenta a maestras, madres, mujeres de la música, deportistas, artistas, activistas, científicas… Cada una de ellas desdoblada en su historia íntima.
Así transcurren ante el espectador la historia de Zenaida Castro Romeu, directora fundadora de la Camerata Romeu, esa mujer que se propuso ser directora de orquesta, “un trabajo considerado exclusivo de hombres”; o de Dulce Reina Herrera, una campesina “brava”.
“Sobrevivir en los medios agropecuarios es difícil, hay mucho machismo, pero las mujeres somos muy capaces”, dice Herrera, quien sueña con un tractor, un “piccolino” al menos, para seguir trabajando la tierra.
El documental nos descubre además a Omara Durand, campeona en atletismo, consciente del desafío que representa un embarazo en la vida de una atleta. Sin embargo, dice a cámara que después de tener a sus niñas, ha obtenido los mejores resultados de su carrera, se hizo licenciada en cultura física y le cambió la vida para bien.
Mujeres… resiliencia… es también la historia de la doctora Beatriz Marcheco, especialista en Genética, a quien “acompañar a los seres humanos en el dolor” la ha hecho mejor persona”, y es un canto también a Pilar, única niña en Cuba con síndrome de Vivo.
La doctora Beatriz habla como genetista en medio del bloqueo, lo aterriza en lo que significa trabajar cada día y “hacer diagnóstico para todo un país, utilizando tecnologías que van quedando en desuso”.
De la mano de Jesús y Roxana, padres de Pilar, llega una historia de desvelo y sacrificio, pero también de crecimiento y esperanza. “Uno no puede vivir quejándose de lo que la vida le ha puesto delante. No somos padres bloqueados, vivimos en un país bloqueado”, afirma Jesús.
La cinta da voz a otras mujeres, como Nomi Ramírez, activista negra y transexual con VIH, quien conoce en carne propia “el estigma y la discriminación”; Agustina Alonso, una maestra para quien los límites a su hijo Darien, síndrome de Down, no están concebidos si se trata de la voluntad de amar; o Mercedes Rabeiro, dispuesta a dar a su hija un mejor futuro y acompañarla en su sueño de ser violonchelista.
En otras escenas, la pedagoga Ana María Siverio descubre para la obra de Lizette Vila las bondades de un programa revolucionario, del cual es su autora principal: el “Educa a tu hijo”.
Devenido modelo cubano de atención no institucional a niñas y niños que se puso en práctica en Cuba ante la insuficiencia de círculos infantiles y la necesidad de llevar el aprendizaje a infantes en edad prescolar, fundamentalmente en las áreas rurales y demás espacios comunitarios, esta herramienta educativa también llegó a los centros penitenciarios, tanto de hombres como de mujeres.
Los testimonios de esas madres y padres sobre qué ha significado este programa para la educación y el vínculo con sus hijos e hijas son otra parte de una historia de empeños y rescate del valor de las familias.
El documental –cuya realización contó con el apoyo financiero del Centro Félix Varela y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)– es un llamado de atención sobre esos “sueños personales” postergados muchas veces, sobre la determinación de seguir, contra viento y marea, “buscando y conquistando la igualdad”.
“El audiovisual demuestra también que las mujeres seguimos teniendo tres y cuatro jornadas laborales, no hay verdadera equidad social. Puedes ser una creadora fabulosa, una investigadora tremenda, pero tienes que llegar a casa a lavar, limpiar, cocinar, cuidar a los hijos”, acotó la filóloga y activista Teresa de Jesús Fernández.
Para la presentadora de televisión Marta Araujo, “Palomas brinda con este documental un espacio a todas las mujeres, a todos esos dolores y eso se agradece”.
La premier del documental está prevista sea en la capital cubana el próximo 5 de octubre, como antesala a la Asamblea General de Naciones Unidas, donde cada año la Mayor de las Antillas presenta a votación la resolución sobre la necesidad de poner fin al bloqueo de Estados Unidos a Cuba.