De mujeres han sido algunas de las principales voces de la radio y la televisión en Cuba. Recuperar la memoria de esta participación, no siempre justamente reconocida, es uno de las contribuciones del libro Mujeres locutoras en Cuba, de la periodista y escritora Josefa Bracero.
La obra, publicada por la Editorial Capiro de la provincia central de Santa Clara, fue presentada el 12 de enero en la capital cubana con motivo del Día Nacional de la Locución.
Las fichas biográficas de más de un centenar de estas profesionales aparecen en el texto, que presenta además una amplia selección fotográfica de las protagonistas.
Se encuentran referenciadas presentadoras, anunciadoras y periodistas dedicadas a los medios audiovisuales, con especial realce para las fundadoras y aquellas precursoras de especialidades tradicionalmente masculinas, como la crónica deportiva, la presentación de noticieros, la narración radial, entre otras.
Bracero, partícipe ella misma de la historia de la radio en Cuba, ofrece una acertada pesquisa, gracias a la cual recupera figuras casi olvidadas en las habituales periodizaciones de este medio.
Los capítulos introductorios muestran el rico panorama de la locución femenina desde la creación de la radio en esta isla caribeña hasta la época contemporánea, con énfasis en las emisoras más significativas desde este punto de vista.
Hasta donde se conoce, fue cubana la primera locutora de Latinoamérica. Se trata de Zoila Casas Rodríguez, cuya voz salió al aire a los pocos días de que su padre, Luis Casas Romero, inaugurara las transmisiones por este medio, el 22 de agosto de 1922.
A ella le siguieron otras, sobre todo como anunciadoras de jabón, detergente, ropa interior o cualquier otro producto asociado con lo femenino, debido a los estereotipos patriarcales y sexistas. No obstante, poco a poco, el talento de las mujeres fue conquistando los espacios merecidos y hoy llegan a ser más del 60 por ciento de los y las profesionales de la locución televisiva y algo más de la mitad en la radio.
La autora no pasa por alto las diferencias en el desarrollo mediático de las distintas regiones del país y dedica epígrafes a los antecedentes de la locución femenina en cada una de las provincias.
Si bien existen otros acercamientos a la radio en Cuba, la investigación de Bracero es pionera al acercarse a la contribución femenina. Se trata de hacer justicia, señaló en la presentación la realizadora Lizette Vila, pues “el tema de género es, sobre todo, una cuestión política, que tiene que ver con los derechos de las mujeres”.
Para Bracero, la actual presencia de las mujeres en los medios cubanos no ha sido obra de la casualidad sino del tesón de las que se dedican a este oficio. Pero eso tampoco es suficiente, señaló. “La igualdad no basta con las cifras, tiene que estar en la conciencia de género que aún nos falta en muchos aspectos”.
Como ejemplo, la escritora citó el premio al locutor y animador más popular, concedido hace décadas a Bellita Borges, una mujer. Manteniendo el sexismo en el lenguaje, cada año se celebra en el gremio el “Día del Locutor”, sin tener en cuenta que son más las voces de las mujeres en todas las especialidades de este oficio.
“¿Por qué no puede ser el día de la locución cubana? ¿Qué lo impide? ¿Por qué lo permitimos nosotras las mujeres? ¿Por qué no podemos romper esos prejuicios que nos atan?”, fueron preguntas abiertas al auditorio.
Josefa Bracero es una de las investigadoras contemporáneas más destacadas en el estudio de la historia de los medios en Cuba. Entre 1985 y 2004 se desempeñó como vicepresidenta del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y ha presentado, escrito y dirigido varios espacios radiales.
Sus libros Rostros que se escuchan (2002), Otros rostros que se escuchan (2007) y Silencio…se habla (2007) recogen testimonios de protagonistas y fundadores de la radio y la televisión en Cuba, y figuran como documentos imprescindibles para los estudios de la comunicación en el país.
Enero de 2012