Todo el espacio de la foto está ocupado por dos hileras de cazuelas vacías, unas dentro de otras. Apenas se aprecian las apuradas manos de mujer que las colocan sobre una mesa, ya limpias, luego de terminar de cocinar y fregar, mientras el título de la instantánea revela otros sentidos: «Escape».
En otra, dos hombres se travisten de mujeres, con todos los atributos que el disfraz implica; la siguiente capta a una embarazada que tiende ropa en un cordel, mientras quedan en primer plano, como entrando en ella, los anuncios de Coca-Cola que decoran su ropa. No se sabe, en una más, si la persona retratada es hombre o mujer: todos los símbolos se mezclan, las normas se rompen, los sexos y los significados se confunden.
Esas y otras imágenes, tomadas desde una mirada desprejuiciada, un tanto atrevida y renovadora, han quedado como constancia de una intensa semana de teoría y práctica en el Taller de fotografía profesional desde una perspectiva de género que, del 14 al 19 de septiembre, reunió en La Habana a fotógrafos, la mayoría hombres, que ejercen ese oficio en diversos ámbitos del país, fundamentalmente prensa impresa y publicidad.
Convocado por la Cátedra de Género y Comunicación «Mirta Aguirre», del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, e impartido por la fotógrafa mexicana Áurea Hernández Alanís, el curso dio inicio justo el 14 de septiembre, Día Internacional de la Imagen de la Mujer, especialmente dedicado este año a una publicidad no sexista.
«A diferencia de otros espacios donde hablamos de género y comunicación, en este no convocamos a escritores, reporteros, ni periodistas, sino a quienes complementan esos equipos de trabajo y sus mensajes, en un momento en el cual lo visual es cada vez más importante», precisa la periodista Isabel Moya,? presidenta de la cátedra.
Por ello, el taller se enfocó más en la subjetividad y el acercamiento humano, sin abandonar el aspecto técnico, explicó. «Lo más importante es crear imágenes desde otra mirada, pues a veces estas contradicen el texto que acompañan, o sencillamente no lo apoyan», señaló la también directora de la Editorial de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubas (FMC).
Otro aspecto que, de algún modo, recorrió las materias e intercambios, se relaciona con la responsabilidad social del fotógrafo, desde el punto de vista humano, «ya no solo con una visión crítica ante la discriminación sexista, sino también por raza, orientación sexual y otras variantes», agregó Moya a SEMlac.
«Se trata de huir de las formas en que tradicionalmente se han construido las imágenes que luego circulan en los mensajes; salirse de los estereotipos, estimular creaciones más plurales e inclusivas».
El discurso de la imagen, el retrato, el tratamiento de las luces y la composición no tradicionales se incluyeron entre las materias impartidas a 35 alumnos, la mayoría hombres, en una profesión a la que si bien poco a poco se han ido dedicando más mujeres, sigue siendo eminentemente masculina.
Un hombre, sin embargo, resultó ganador del concurso final que estimuló la creación que mejor reflejara la cultura de la igualdad. Con «Escape», una instantánea que maneja las cazuelas como símbolo del trabajo doméstico, Roberto Morejón, fotógrafo de la Agencia de Información Nacional (AIN), alude a la carga de la doble jornada, que recae sobre la mujer.
«En mi caso particular, este curso ha? sido muy valioso en lo que tiene que ver con el trato e interrelación que establece el fotógrafo con sus modelos o los personajes de su trabajo. Creo que me ha preparado mejor para ese intercambio necesario», asegura Morejón a SEMlac.
Para la joven Lisbet Goenaga García, graduada de edición de cine y televisión en la Facultad de Medios Audiovisuales del Instituto Superior de Arte, la experiencia ha sido «muy inspiradora».
Con apenas unos meses incursionando en la fotografía, Lisbet fue premiada al final del curso por su foto «Lola a la espera» (tema libre) y recibió mención por «Cuando yo sea grande» (género).
La primera, en blanco y negro, recoge la intensa mirada de una mujer ya adulta, que algo aguarda desde la aparente quietud del reposo, sentada en un sillón; la segunda retrata a una niña y a una mujer en la misma habitación y juega con la imaginación de un futuro que se insinúa e inspira al mismo tiempo.
Pero, más allá de esos reconocimientos, Lisbet identifica como ganancias no tanto el aprendizaje técnico y la posibilidad de actualizarse, que fueron posibles, sino que «nos ha dotado de armas para la práctica, y de interés para seguirnos superando».
Esta es la primera incursión que, desde la perspectiva de género enfocada hacia la fotografía, promueve la Cátedra de Comunicación «Mirta Aguirre», entre cuyas acciones habituales está el diplomado internacional de Género y Comunicación, y otros espacios eventuales como talleres, conversatorios e intercambios con periodistas y directivos de los medios en Cuba.
La fotógrafa mexicana Áurea Hernández Alanís comentó a SEMlac, al término de este curso, que intentó dejarles a sus alumnos la habilidad práctica de confeccionar sus propios medios de trabajo con los materiales que tienen a mano, además de mostrarles «lo clásico y lo básico», insistió. «Si conoces las reglas, entonces las puedes romper»,? comentó.
«Uno de los propósitos es precisamente preocuparlos por temas como la discriminación de la mujer. Los fotógrafos tenemos también una gran responsabilidad social y lo valioso es que esa mirada no se quede solo aquí, sino que se expanda desde cada cual a su familia, sus espacios de trabajo, sus colegas, a la sociedad», agregó.
Septiembre de 2009