Hombres y mujeres que cumplen condena por diversos delitos violentos cuentan voluntariamente sus historias en Consecuencias, documental de la realizadora cubana Ana Margarita Moreno estrenado el pasado 27 de noviembre en La Habana, como parte de la Jornada cubana por la No Violencia contra las mujeres.
En el audiovisual de 28 minutos de duración, las y los protagonistas van develando causas, impactos, desarticulaciones, consecuencias y mitos que se esconden detrás de la violencia machista.
Más allá de sus indudables aportes estéticos, el documental es una propuesta útil, que otorga valor didáctico para la prevención y tratamiento de la violencia, coincidieron especialistas.
Para Moreno, joven realizadora ya con experiencia en el abordaje de las temáticas de género, el material debe ser considerado como un llamado ante la necesidad de dar seguimiento a hechos que trascienden la violencia física, como la amenaza, denunciada por muchas mujeres, y que no siempre es atendida.
A juicio de la realizadora, Consecuencias revela diversas alertas vinculadas al maltrato que ocurre al interior de los hogares y llama a atender y brindar seguimiento a cualquier seña de amenaza o acoso denunciado por una mujer «para que no desemboque en lesiones físicas graves, o incluso en la muerte del agresor o la víctima».
«La violencia es un asunto que hay que evaluar desde diferentes perspectivas: las leyes, la comunicación, el apoyo a las víctimas, entre otras. Y hay que hacerlo de manera eficaz y rápida, porque urge», aseveró.
Para su trabajo, Moreno contó con el apoyo y asesoría de oficiales de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior (MININT) y la colaboración de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y el Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR).
«En el documental están visibles todos los temas con los que trabajamos», aseveró Gabriel Coderch, coordinador general de OAR.
«Desde la mujer que va a la estación policial, donde no es bien recibida su denuncia; hasta la que tiene que volver al ámbito de la violencia porque no le queda otra opción; pero también el machismo naturalizado», agregó Coderch.
La socióloga Clotilde Proveyer, profesora e investigadora de amplia experiencia en el tema, coincidió con Coderch. «El material enseña con claridad el ciclo de la violencia con el peso del testimonio, que es inapelable», aseveró.
Yamila González, de la Unión de Juristas de Cuba y la teniente coronel Elia Rosabal Pérez, de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del MININT, aseguraron que el documental será empleado como material didáctico tanto entre operadoras y operadores de la ley, como en cárceles y otros espacios del MININT.
«Constituye un material didáctico que posibilita pensar las maneras de construir otros estilos de vida a sujetos que resultan víctimas de la violencia aprendida, naturalizada», precisó Pérez.
González, por su parte, detalló que el audiovisual pone de relieve necesidades que van desde el perfeccionamiento legislativo para atender la violencia hasta la urgencia de la capacitación al personal que imparte justicia, pero también de que la población cubana en general gane en cultura jurídica.
En ese sentido, Proveyer apuntó la importancia de que, además de ser empleado para capacitar y sensibilizar a públicos específicos, la propuesta audiovisual llegue a los medios de comunicación «porque lo que no se habla, no se visualiza y, por tanto, no se puede desmontar».
Para Moreno, «es urgente ver las consecuencias de la violencia y entender que todos las sufrimos y, por tanto, todos somos responsables».
