El camino hacia la sensibilización de los artistas del audiovisual en Cuba, para alcanzar un diálogo con perspectiva de género en sus obras, es largo y apenas comienza.
A esa conclusión llegaron participantes en el taller Equidad y violencia en los medios de comunicación, que sesionó en La Habana, durante dos jornadas.
La experiencia, que aspira a convertirse en un espacio de debate sistemático, fue convocada por el Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficas (ICAIC), en colaboración con las Cátedras de la Mujer de la Universidad de La Habana y “Mirta Aguirre” del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, la Consejería de Cultura y la Agencia de Cooperación Internacional de la Junta de Andalucía.
En una de las sesiones se preguntó ¿cómo deben ser las mujeres y cómo los hombres? Las respuestas, como tendencia, reforzaron las evaluaciones tradicionales. Las mujeres fueron identificadas, una vez más, con la delicadeza, la sensibilidad y la tolerancia; mientras los hombres quedaron descritos como protectores, inteligentes, audaces, valientes.
“Eso lo tenemos muy metido dentro”, precisó la profesora Norma Vasallo, presidenta de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana y autora del ejercicio.
Sin embargo, la doctora destacó que a las mujeres también las calificaron de cultas e inteligentes, “logro que nos ha costado siglos”, y a los hombres como generosos y tolerantes.
“Obviamente estamos en un grupo cultivado, con otras experiencias, y se va evidenciando un cambio en la subjetividad, pero todavía falta”, evaluó Vasallo.
En ese camino, promover el debate y la reflexión sobre la importancia de la perspectiva de género en los medios de comunicación y el mundo del audiovisual se confirma como necesidad ineludible.
Históricamente, el universo del cine ha sido muy masculino y Cuba no escapa a esa realidad. Además de actuar, las mujeres en el sector apenas se han ocupado de asuntos relacionados con el vestuario, el maquillaje y, en algunos casos, la edición.
Un solo antecedente de obra de ficción dirigida por una realizadora se reconoce en la cinematografía cubana contemporánea: la cinta De cierta manera, de la ya fallecida cineasta Sara Gómez.
Esta película, la primera hecha por una mujer en Cuba, descubre elementos de discriminación con motivo del sexo, que se manifiestan, además, a través de la raza y de la pertenencia a determinados grupos sociales.
Como precedente del tratamiento del tema de género en el audiovisual, la obra de Sara Gómez resulta sólida.
En opinión de Annette Kuhn, estudiosa madrileña y experta en esta temática, “por su preocupación por mostrar la relación entre lo personal, lo familiar y otras estructuras sociales, De cierta manera puede ser considerada como una película que da prioridad a los temas feministas”.
Otras realizadoras como Marisol Trujillo, Mayra Vilasís (también fallecidas), Ana Rodríguez, Rebeca Chávez, Belkis Vega y Teresa Ordoqui han propuesto obras en ese camino, aunque no precisamente para el cine y se han quedado en experiencias aisladas.
Sin embargo, la mayoría de las artistas en Cuba han rehusado en muchas ocasiones toda militancia con respecto a las problemáticas de género, escudadas en que definirse como feministas, por ejemplo, podría ir en detrimento de la condición de artistas más allá de su sexo.