Tanto en el cine como en las ficciones televisivas, las mujeres han sido asociadas a la maternidad, o papeles similares dentro de los estereotipos patriarcales. Según la española María Castejón, especialista en historia de mujeres y en representaciones de género en el audiovisual, “las series, al presentar temporadas largas, siempre han permitido que esos personajes se desarrollaran más que en el cine, aunque estuvieran dentro del estereotipo más tradicional”.

“En el cine la ama de casa puede salir sin más pero en las series la protagonista no puede ser solo eso, tiene que tener más características para tender al conflicto”, añade Castejón, y pone como ejemplo una serie de los años 80 llamada V, que rompía con los clichés establecidos, ya que aparecían mujeres en roles de acción.

Actualmente, los roles femeninos en las series han cambiado; ahora encontramos a mujeres con más matices e intereses, en muchas ocasiones son fuertes e independientes. Los géneros van desde dramas hasta comedias, y en algunos casos tienen como objetivo denunciar situaciones de violencia contra las mujeres, como en El Cuento de la Criada o en Big Litlle Lies.

Aunque esto sea necesario para visibilizar la problemática, la especialista indica que también hacen falta “series en las que las mujeres no solo tengamos que estar reivindicando, que no seamos solamente víctimas de violencia, sino que también nos divirtamos, como con Girls”.

Toda esta transformación de las series está causada por la presencia cada vez mayor de mujeres que trabajan en el equipo de producción, aunque todavía sea “muy escasa”, enfatiza Mariona Visa, profesora de Comunicación y Periodismo en la Universitat de Lleida.

Y esa contratación en materia de producción supone “que se contraten más directoras y guionistas” indica. La renovación también viene dada gracias al contexto actual que vivimos hoy en día, donde el feminismo está muy presente en nuestras vidas. Castejón destaca que “aunque las series no reflejen la realidad, sí que la interpretan y se nutren de ella”.

Las carreras de las actrices son más cortas que las de los actores

En el cine es muy común observar como las mujeres acaban antes que los hombres su carrera de interpretación; es decir, ellos pueden seguir teniendo importantes papeles protagonistas a pesar de estar en una edad más avanzada, y en cambio, en ellas es muy frecuente que su carrera termine a los 50 años. Esto supone una barrera que algunas series están empezando a romper, como Big Little Lies, protagonizada por Reese Witherspoon, Nicole Kidman y Shailene Woodley. María Castejón señala que “nadie apostaba por la serie justamente por los años que tenían las actrices”.

Feud, protagonizada por Susan Sarandon y Jessica Lange, también rompe con la limitación de edad. Esta serie está ambientada en los años 50 y cuenta la rivalidad de dos actrices del cine clásico, Bette Davis y Joan Crawford. Mariona Visa destaca sobre las actrices que “interpretan papeles desde el punto de vista de su decadencia física, de como se van haciendo mayores en la industria del cine. Además, ha sido una serie bien recibida por la crítica, es decir, cada vez empezamos a tener más personajes de mujeres que interesan al público porque están bien explicados”.

Una de las protagonistas de esta serie, Susan Sarandon, ya había empezado a romper con el típico estereotipo de personaje femenino en el cine gracias a la película de Thelma y Louise, acerca de dos mujeres que deciden hacer un viaje juntas para alejarse de la rutina de sus vidas y de sus frustraciones.

Desaparición del amor romántico como tema central

Las mujeres en la ficción siempre han sido relacionadas con el amor romántico, y además este tema se presentaba de una forma idealizada desde relaciones sentimentales tóxicas. Ahora el amor aparece contado desde otro punto de vista. Por ejemplo, la anteriormente mencionada Big Little Lies, explora el tema de la violencia de género y el tema de las relaciones complicadas, pero lo hace a través de una perspectiva femenina que critica la situación.

Para Mariona Visa, “tenemos a mujeres como sujeto de muchos más temas que no sean únicamente el personaje de la chica que acompaña al héroe durante la ficción. Ahora tenemos muchas más posibilidades”.

Insecure es una serie protagonizada por una mujer afroamericana que tiene como argumento principal el amor. Aunque habla del amor aporta un punto de vista interseccional ya que explora categorías culturales y sociales; intenta explicarse desde “la subjetividad femenina” resalta la profesora.

Por otro lado, un concepto que está apareciendo mucho en las series actuales es la sororidad, entendida como “la ayuda entre mujeres”. Esta idea aparecía en algunas ficciones televisivas de épocas anteriores, pero de forma muy leve. “Como las mujeres solían tener un rol meramente secundario, difícilmente podía surgir la sororidad puesto que no había más de un personaje femenino interesante en una ficción” afirma Mariona.

Alternativas al Test de Bechdel

El Test de Bechdel surgió gracias a la dibujante Alison Bechdel, que escribió una tira cómica titulada “The Rule” a mediados de la década de los años 80. En esta tira uno de los personajes dice que ella únicamente acepta ver una película si cumple con los siguientes requisitos: que aparezcan como mínimo dos personajes femeninos con nombre propio, que estos hablen entre sí y que la conversación trate de algo distinto a un hombre.

El movimiento feminista pensó en adoptar estas ideas de la tira cómica como test para observar si las películas ofrecían dinámicas de mujeres con cierta complejidad, sin basar sus personajes únicamente en su interacción con los hombres.

La mayoría de películas de Hollywood no pasan la prueba. Mariona Visa critica que las mujeres “siempre hemos sido espectadoras de cómo los hombres vivían sus aventuras, cómo se planteaban dudas de la madurez, de la llegada de los años de la paternidad…”. Así que el Test de Bechdel “pone de manifiesto la hegemonía masculina en la ficción y cómo sigue vigente” concluye.

Este test puede suponer un buen punto de partida para combatir la desigualdad de género en los papeles femeninos, pero hay que intentar mirar más allá de esas reglas. María Castejón recalca que “según mi especialidad en las ficciones, desde mi punto de vista feminista, el test de Bechdel es insuficiente. Pero para personas que no tienen esa mirada está muy bien porque es muy didáctico”.

Hay series que han ido más allá de este test, como Vis a vis, que narra las vivencias en prisión de una joven y sus complicadas relaciones con las reclusas. “El tema de la pluralidad racial a la hora de hacer el casting es algo que se tenía muy en cuenta puesto que hay protagonistas de diferente procedencia. Pero en la mayoría de ficciones todavía es una cuestión pendiente”, señala Mariona Visa.

Por lo tanto, actualmente muchas profesionales del sector proponen otros test como alternativas para terminar con la desigualdad de género en las ficciones desde otros puntos de vista. Por ejemplo, Lena Waithe, ganadora del Emmy al mejor guion por “Master of none” propone un test con más interseccionalidad, pide que haya como mínimo un personaje femenino que sea negro, que esté en posición de poder y en una relación sentimental sana. Otra prueba que mira desde otra perspectiva la desigualdad es la de la actriz y directora Rory Uphold, que sugiere mirar detrás de las cámaras y observar si el 50 por ciento del personal que trabaja son mujeres.

Series actuales con características feministas

Mariona Visa explica que para que una serie sea feminista es importante que “se exploren las subjetividades dentro de las mujeres y sean consideradas sujetos de acción” y que además se haga “sin estereotipos ni etiquetas ni prejuicios”. Un pensamiento muy común en la sociedad es que las ficciones hechas y protagonizadas por mujeres, o que traten temáticas como la maternidad o los problemas de conciliación familiar y laboral, deben ser calificadas como “series de mujeres”. La profesora critica esta creencia indicando que “no son temas de mujeres, son temas universales” y asimismo declara que igualmente “los hombres guionistas pueden desarrollar papeles de mujeres potentes”.

Por otro lado, María Castejón opina que deberíamos preguntarnos qué no tiene que aparecer en una serie para que no sea sexista. Por ejemplo, visibilizar más modelos femeninos que no solo sean madres, cuidadoras o mujeres objeto. Al igual que no mostrar “vulneraciones de los derechos humanos de las mujeres, siempre y cuando no sea desde un punto de vista crítico”, indica la especialista.

A tono con este análisis, proponemos un listado con algunas series actuales que presentan aspectos feministas o critican situaciones contra los derechos de las mujeres.

Big little lies: Narra la aparente vida perfecta de tres madres (Nicole Kidman, Reese Whiterspoon y Shailene Woodley) que se ven sorprendidas por un asesinato.

Girls: Describe las vidas desde un punto de vista cómico de un grupo de amigas veinteañeras que trata de encontrar su camino profesional y sentimental en Nueva York.

Transparent: Un profesor recién jubilado comunica a su familia que se siente mujer. Desde ese momento cada hijo e hija tomará una revelación diferente.

The Handmaid’s Tale (El cuento de la criada): Es una adaptación de la novela de Margaret Atwood, que tiene lugar en un futuro distópico donde tras el asesinato del presidente de los Estados Unidos y la mayoría del Congreso, se instaura en el país un régimen teocrático. En esa nueva sociedad las mujeres pasan a un segundo plano, sirviendo exclusivamente como objeto para la reproducción por un problema de fertilidad.

Orphan Black: Sarah es una mujer huérfana que es testigo del suicidio de una chica que es idéntica a ella. Por lo que decide asumir su identidad y su vida.

-Alias Grace: Cuenta la vida real de Grace Marks, una joven encerrada en la cárcel por asesinato y que, a través de las sesiones psicológicas con un doctor, sale a la luz su historia de miseria y abusos.

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